Los medios de subsistencia de millones de personas dependientes de la pesca están en peligro – El Director General de la FAO insta a los gobiernos a resolver las disputas sobre la financiación para la adaptación

Roma, 10 de julio de 2018 – Nuevos análisis y estudios publicados hoy por la FAO y más de 100 científicos que han colaborado con ella prevén que para 2050 el cambio climático habrá alterado la productividad de muchas de las pesquerías marinas y de agua dulce del mundo, con graves consecuencias para los medios de subsistencia de millones de personas de las más pobres del mundo.

El potencial productivo de la pesca en las zonas económicas marinas exclusivas (ZEE-Zona Ecológica y Económica) -esas franjas de 200 millas de territorio marino adyacentes a las costas- que toda nación costera tiene derecho a explotar, podría disminuir en promedio a menos de un 12%, pero esto enmascara las fluctuaciones más significativas en el potencial de producción a nivel regional, según sugieren los modelos.

El crítico, pero a menudo pasado por alto, sistema de agua doméstico, que incluye a cinco de los países menos desarrollados del mundo entre los 10 principales productores de pescado y que proporciona 11,6 millones de toneladas de alimentos para el consumo humano cada año, también se verá afectado, según el informe.

Estos impactos están relacionados con los cambios en la temperatura y el pH del agua, los cambios en los patrones de circulación oceánica, el aumento del nivel del mar y las alteraciones de las lluvias y tormentas que cambiarán la distribución y productividad de las especies, blanqueando corales y propagando enfermedades acuáticas, entre otros efectos.

Las proyecciones aparecen en una colección de 654 páginas de análisis e información mundial, regional y nacional publicada hoy por la FAO; la publicación más completa sobre cambio climático y pesca jamás realizada.

Impactos del cambio climático en la pesca y la acuicultura: resumen de los actuales conocimientos y opciones de adaptación y mitigación incluye tanto nuevas investigaciones como un resumen único de la información científica más reciente sobre cómo el cambio climático está alterando los océanos, lagos y ríos del mundo, y reformando las vidas de las comunidades que dependen de ellos.

Una serie de estudios de caso se centran en los desafíos -además de las soluciones de adaptación ya exploradas- en 13 grandes áreas marinas que se extienden desde el Ártico hasta el Mediterráneo.

El capítulo clave proporciona herramientas para la adaptación y opciones para ayudar a los países a hacer frente a este problema de manera que puedan cumplir sus compromisos de adaptación en el marco del Acuerdo de París sobre el Clima.

Con medidas apropiadas, el impacto del cambio climático puede ser minimizado, dice el informe.

En la presentación del informe, el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que preste el apoyo adecuado a los países para que se adapten al cambio climático. En
particular, Graziano da Silva invitó a los países miembros del consejo directivo del Fondo Verde para el Clima (GCF) a resolver sus desacuerdos sobre el financiamiento.

La falta de acuerdo en la Junta, la semana pasada, sobre la refinanciación del propio Fondo significa que podría agotarse ya el año próximo, subrayó el Director General.

«Corremos el riesgo de agotar el elemento más poderoso del Acuerdo de París sobre el Clima», afirmó.

«Cuando firmamos el Acuerdo de París, era una condición imprescindible ayudar a los países más pobres a adaptarse, y no hacerlo significaría no aplicar el acuerdo», añadió Graziano da Silva.

Escenarios de cambios en los océanos

En un ejercicio de modelización del informe, basado en el escenario «fuertemente mitigador» del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, la producción pesquera en las zonas económicas marinas de los países disminuiría entre un 2,8% y un 5,3% para 2050. Bajo otro modelo, la disminución podría variar dentro del mismo período del 7% al 12,1%.

Las mayores disminuciones se prevén en las zonas económicas marinas de los países tropicales, especialmente en el Pacífico Sur, mientras que en las regiones de mayor latitud es probable que aumente el potencial de captura.

El informe subraya que, incluso en las zonas donde la productividad será negativa, las capturas de pescado podrían seguir aumentando si los países aplican medidas de adaptación adecuadas y regímenes de ordenación pesquera eficaces.

Los cambios en los niveles de captura se producirán en parte debido a que las especies de peces cambiarán su distribución geográfica en respuesta al cambio climático. Esto ya ha sido bien documentado en el Atlántico Nororiental y Noroccidental, y también para el atún de alto valor.

Los cambios en las pautas de distribución y migración de estos peces podrían tener un impacto significativo en los ingresos nacionales de los países económicamente dependientes, en particular los pequeños estados insulares en desarrollo de la región del Pacífico.

A medida que se produzcan estos cambios en la distribución de las especies, se necesitarán nuevos acuerdos entre los pescadores dentro de las flotas pesqueras nacionales y entre países para permitir respuestas coordinadas, según el informe.

Aguas interiores y acuicultura en peligro

Los impactos productivos en los sistemas de aguas continentales variarán de un lugar a otro, pero ninguna región del mundo será inmune. El informe proporciona estimaciones de cómo cambiarán el clima, el uso del agua y el estrés demográfico en 149 países, y analiza la evolución futura de los ríos Yangtsé, Ganges y Mekong en Asia; la cuenca del río Congo y el sistema de los Grandes Lagos en África; en Europa, los lagos interiores de Finlandia; y en América del Sur, las cuencas de los ríos La Plata y Amazonas.

En el caso de la acuicultura de agua dulce, se considera que Viet Nam, Bangladesh, Laos y China son los países más vulnerables, mientras que en el caso de la acuicultura marina son Noruega y Chile, debido a la extensión de sus sistemas de cultivo de peces marinos y a su dependencia de unas pocas especies.

Opciones de adaptación

Según el informe, ya existe una serie de herramientas de gestión de la pesca que pueden utilizarse para responder al cambio climático, pero muchas de ellas tendrán que reorganizarse para responder a necesidades específicas en contextos específicos.

Para asegurar que las adaptaciones se refuercen mutuamente y no conduzcan a una mala adaptación, la FAO las agrupa en tres categorías: respuestas institucionales y de gestión; fortalecimiento y diversificación de los medios de subsistencia de las personas; mitigación de riesgos y apoyo a la capacidad de respuesta.

El reto del cambio climático puede ser abordado, según la FAO, y su nuevo informe muestra cómo hacerlo eficazmente, minimizando los impactos y maximizando las oportunidades.

Traducido del italiano por María Cristina Sánchez