Desaparición forzada: caso Daniel Solano

Fiske Menuko, Puel Mapu. Sergio Heredia camina tranquilo por el pasillo de la sala de la Ciudad Judicial. Se sienta justo en el centro. La sala esta repleta. En frente de él hay tres jueces; detrás, la sociedad sensibilizada con la causa que espera ansiosa su testimonio. Su relato fue pausado y elocuente; estructurado y gradual. En la totalidad de su testimonio el abogado de la familia Solano logró unir todas las partes de la causa, inclusive aportando datos nuevos (que no habían sido mencionados en el juicio). Sergio Heredia explicó que abordó el caso junto a dos de sus hermanos y a su hija (que también son abogados). “Yo soy de Tartagal, de donde es oriundo Daniel y Gualberto Solano. Ellos pertenecen a una comunidad, la comunidad Cherenta del pueblo originario guaraní. En el mes de noviembre, a mitad de noviembre, como otro tartagalense más, me enteré de la desaparición (…) En los primeros días de diciembre se presentan en mi casa la familia Solano”. Sergio Heredia mantuvo la bronca en todo su relato. Masticaba las palabras contenidas por muchos años. “Cuatro años de mi vida custodiado por gendarmes y viviendo en una iglesia de Choele Choel. Los 365 días, las 24 horas”. También se emocionó cuando recordó el bastardeo y la burla sistemática que ejecutó, sobre el cuerpo de Gualberto Solano, el Estado provincial de Río Negro. “Querían que Gualberto vaya a dormir a la escuela de cadetes de la policía”. ¿Abogado? ¿Investigador? ¿Realizador audiovisual? ¿Qué nuevos hechos y nombres aporta a la causa, como testigo de la causa, Sergio Heredia? ¿Por qué el testimonio y la investigación de Sergio Heredia pueden generar un precedente jurídico histórico en la región?

Introducción

En la audiencia número 27 por la desaparición forzada de Daniel Solano, declararon seis personas, entre ellas el abogado querellante de la causa Sergio Heredia, un médico y un policía. También declararon una comerciante, un ex taxista y un hombre que estuvo en Macuba la madrugada del 5 de noviembre de 2011.

La declaración de estos últimos cinco testigos no fue relevante para la causa, fundamentalmente porque no fueron testigos presenciales y cercanos al caso. Toda la atención y la tensión estuvo en el testimonio del abogado de la familia Solano. A continuación serán mencionados algunos hechos concretos (novedosos) mencionados por el abogado querellante, teniendo en cuenta que en los primeros días de julio se realizarán los alegatos de clausura, y muchos elementos probatorios serán mencionadas nuevamente.

Kiñe. Uno

La investigación de Sergio Heredia

El testimonio de Sergio Heredia duró exactamente tres horas. El testimonio se dividió, a pedido de la querella, en dos exposiciones. Primero el abogado querellante y testigo de la causa explicó como llegó el caso a él y con qué escenario se encontró en Río Negro una vez que asumió la causa. Luego, en una segunda parte, expuso y detalló el papel que tuvieron en la investigación Héctor Martínez, Sandro Berthe y Gedeón Parra (recientemente demorado por amenazar a un testigo, antes que éste dé su testimonio en la causa).

Berthe no estuvo presente en la audiencia. Foto Gustavo Figueroa.

Una de las características de la investigación de la causa Solano es que fue el abogado querellante el que la realizó. Es decir: la querella realizó la labor de la fiscalía. “Toda la investigación de este proceso fue realizada por la querella. Yo estuve cinco años en Choele Choel. Los 365 días, las 24 horas, para que este caso se esclarezca. Entonces se investigó en tres lugares: en Lamarque, Choele Choel y en Tartagal (que es donde se hacía la captación de personas, es decir trata de personas, que eran sacadas de comunidades originarias de la ciudad de Mosconi, Coronel Cornejo, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero)”. En definitiva, la fiscalía no actuó como investigadora de la causa, más bien se ubicó en el rol de lectora de la causa. La pregunta es, ¿por qué la fiscalía no aportó ni una sola prueba a la causa?

Sergio Heredia no sólo tuvo que ocupar el rol y cumplir la funciones de una fiscalía incompetente, también tuvo que realizar nuevamente la investigación (burda) que presentaron e intentaron imponer (como la teoría oficial del caso) los policías imputados en la causa. “Me reúno con Héctor Martínez en un cuartito al fondo, dentro de la unidad regional. Me presento. Le muestro el expediente. Le cuento mis apreciaciones con respecto a esa investigación. Y el señor Martínez me cuenta que para él los sospechosos son los compañeros de Daniel Solano. Y se refiere específicamente a Víctor Torres, y a tres compañeros más. Yo le expliqué que no, que para mi los responsables son los policías que lo sacaron del boliche”.

Sergio Heredia tuvo que comenzar la investigación de cero. Tuvo que viajar de Salta para realizar en soledad una investigación que la institución policial, el poder judicial y empresarial, pretendían desviar. “Me llamó la atención lo burdo del sumario. Soy un abogado que tengo más de 30 años de ejercicio. Entonces, bastaba ver el expediente para darse cuenta que había un marcado encubrimiento hacia la policía. Lo primero que hicimos fue tomar conocimiento de la familia, de quién era Solano, de los compañeros de Solano, y comenzamos a investigar qué era lo que había hecho esta empresa Agrocosecha S. A. en Tartagal (que aquí se la conocía con el nombre de una cooperativa). Entonces hablo primero con un primo de Daniel Solano que había viajado con él en temporadas anteriores, como en 2010. Hablo con otros muchachos que también habían trabajado y conseguimos un recibo de sueldo de Daniel Solano del año 2010, que son analizados por nosotros, por los contadores nuestros (…) Cuando nosotros llegamos (a Río Negro) ni siquiera se sabía cuántos eran los compañeros de Daniel. No sabían qué eran 15. Cuando nosotros llegamos ni siquiera sabían quiénes habían salido con Daniel (la noche del 4 de noviembre de 2011)”.

La exposición de Heredia fue detallada y meticulosa. Foto Gustavo Figueroa.

En este punto del relato, Sergio Heredia hace una aclaración pertinente. La investigación no estuvo dirigida a investigar a la víctima y a su familia, como sí ocurre en todas las investigaciones que realizan el Estado y la institución policial sobre las desapariciones forzadas (que ellos mismos producen) dentro de la mal llamada patagonia argentina y el país (Santiago Maldonado y Carlos Painevil por citar sólo dos ejemplos).

“Entonces nosotros comenzamos a investigar en dos secciones: lo que paso el día de cobro y lo que paso en Macuba. Lo que no investigamos era a la víctima. ¿Era posible que Daniel Solano cambie de vida? Nosotros nos entrevistamos con la novia. Solano cobró ese día $ 800 pesos. Él le hace una llamada a su padre Gualberto Solano con un número de compra de Río Negro. Y le dice al padre: ‘vamos a realizar reclamos. Vamos a pedir el reintegro’. El último mensaje que hace Daniel Solano se lo hace a su novia cerca de la medianoche, donde le pide a la novia que le haga una carga de tarjeta de $ 10. Por lo tanto, nos preguntamos con el doctor Aparicio, ¿es posible que un joven que le pide a la novia $ 10 decida irse a trabajar a Neuquén (con el pequeño detalle que la billetera y el documento quedo en la gamela)?”

La articulación de hechos, elementos probatorios y nombres dentro de la causa forma una red (conceptual) que permite desde los primeros días (que Sergio Heredia asumió el caso) identificar cada uno de los escenarios implicados (muchos de ellos no habían sido mencionados hasta ahora en la causa).

“A través de un sistema de captación (toda una metodología delictiva) de punteros, se hacían anuncios por la radio en las distintas localidades, se hacían las reuniones en complejos deportivos con la total anuencia de las autoridades políticas de los diferentes pueblos. Eran subidos a una empresa trucha: el ‘tucumanito’. Hay constancias en el expediente que afirman que está autorizada para hacer viajes de turismo y no como transporte de obreros. Los obreros eran inscriptos en planillas como turistas”.

Epu. Dos

El caso de Hilario Corvalan y el negocio del ‘Tano’ Rodríguez

“Lo primero que hicimos nosotros fue dar a conocer el testimonio de Hilario Corvalán, a través de un video que se subió a YouTube. El testimonio de Hilario Corvalán es clave porque demuestra cómo funcionaba la violencia policial. Hilario Corvalán es un trabajador rural que se queja ante Agrocosecha S.A., y recibe una terrible golpiza por policías armados de Lamarque”.

La investigación del abogado de la familia Solano no se limita a la desaparición y el asesinato de Daniel. La permanencia de las causas reposando en el “sueño de los justos”, en una ciudad pequeña donde un protagonista cómplice de la causa, podía ocupar varios roles, rápidamente comienzan a reflotar y despertar como casos invisibilizados, arrojados en las periferias recónditas de la sociedad.

“Y hacemos hincapié en dos personas. Uno de ellos es Paulino Rivera. Según los investigadores el señor Paulino Rivera vivía en una pieza que le alquilaba al ‘Tano’ Rodríguez. Estamos hablando de un millonario que tiene una estancia que se llama ‘El negro muerto’. ¿Quién era el abogado de Paulino Rivera? El mismo abogado del señor García, el doctor Antonelli. Entonces, resultaba raro que Paulino Rivera, un señor que explota una estancia, que trae paraguayos y bolivianos para trabajar campos de cebolla, haya visto también a la víctima. Ahí empezamos a investigar, ¿quién era el ‘Tano’ Rodríguez? Era un proxeneta. En el caso del ‘Tano’ Rodríguez está vinculado a otros muertos de la causa. No falleció sólo Daniel Solano. También fallecieron Héctor Villagrán y Pedro Cabañas Cuba, vinculados al ‘Tano’ y a Paulino Rivero”.

Incluso Heredia antes de finalizar su testimonio mencionó dos casos recientes que se suman al de Daniel Solano; causas que, por supuesto, no fueron tapa de ningún medio masivo de la región, mucho menos fueron mencionadas recientemente luego de “la cobertura” del testimonio de Heredia.

Sergio Heredia expuso ante los jueces y el publico, durante tres horas. Foto Gustavo Figueroa.

“Nosotros ya tenemos causas conexas en el juzgado penal de Orán, porque el tráfico de cocaína está acreditado y está declarado. Porque nosotros hicimos una declaración por exhorto desde Tartagal como se llevaba la cocaína en los colectivos ‘El tucumanito’ que fue también declarado (hay vídeos públicos). Aún hoy ese extracto de cocaína se sigue realizando. Aún hoy se sigue explotando obreros. Hoy Expofrut sigue utilizando la misma estructura de Agrocosecha S.A., los mismos punteros. Sigue muriendo gente. Hubo una muerte recientemente de Roque Peladillo en Chimpay, en la gamela de Expofrut S.A. ¿Por qué muere Roque Peladillo? ¿Por qué no tiene agua, ni luz? ¿Se fue a bañar al canal y se ahogó? Yo estuve con la familia de Roque. Obviamente hicimos la denuncia. Dejó 5 niños. Roque Peladillo había sido acuchillado y estuvo en coma en Tartagal. Hace poco también murió Luis Orias, también ahogado, en Lamarque. Entonces estamos en este juicio donde no se habla de temas de Expofrut, pero las muertes siguen sucediendo (sin contar la muerte de Gualberto Solano). Entonces nosotros hemos abierto causas penales en Orán por el tema del narcotráfico, que se sigue aún realizando, y esperamos que las causas conexas (27) del caso Solano se agilicen”.

Küla. Tres

El encubrimiento

“Entonces, nosotros ya comenzamos a ver el encubrimiento. Nos llamó la atención la exposición policial del día lunes 7 (noviembre) que la firma un puntero, Hugo Domínguez, que fue realizada en Lamarque. Pero también tiene el detalle esa exposición que está firmada por Pablo Mercado. Sin embargo, Pablo Mercado, por esas cosas del destino, nunca fue citado. ¡Uno de los pocos casos que yo conozco como abogado en el que una persona que realiza una exposición no es citada! A mi me llamó la atención también que en la segunda foja del expediente está la copia del documento y la copia del CUIL de Daniel Solano. Eso significaba que sus antecedentes habían sido sacados del legajo de Solano. Nos llamó la atención donde había sido realizada la exposición; había sido en Lamarque, cuando la desaparición de Daniel había sido en Choele Choel. Me llamó la atención la creación de esa unidad de investigación (…) Veíamos que las investigaciones eran diferentes. Tomaba declaraciones Martínez y Parra. No había un lineamiento judicial en la investigación. ¡Era un mamarracho! Obviamente protegiendo (a la policía). ¿Quiénes son los primeros que van a declarar (en altas horas de la noche)? El señor García, el animador y la mujer que estaba en la mesa de entrada. Declararon en un lapso de 20 minutos, de noche y en la comisaría octava. Declaraciones refrendadas por el comisario (Gedeón) Parra. Después declaran dos de los policías que estuvieron de adicionales, con declaraciones idénticas, hasta con la misma coma”.

Específicamente no se puede hablar de un encubrimiento, sino más bien de un sistema de encubrimientos que se ramifica para proteger a varios organismos e instituciones, inclusive a personas particulares, como son el dueño de Macuba y los empresarios que dirigían Agrocosecha S. A.

“Comenzamos a investigar a la empresa. El primer gerente de la empresa es Bernardi, cuñado de la doctora Bosco. Hay un problema muy grande en Lamarque con respecto al  hacinamiento de obreros. ¿Quién intervenía en ese proceso? El doctor Bruno, abogado de la familia Solano y juez de faltas. ¿Quién era el secretario del juez de faltas? Cecilia Constanzo. ¿Quién era la inspectora? Yohana Heredia (que después pasó a ser administrativa). Y en Choele Choel, ¿quién era el juez de faltas? Cecilia Constanzo. ¿Y quién era el secretario? Bruno. ¿Y quién era la asesora legal de la Secretaria de Trabajo de Chimpay? Cecilia Constanzo”.

Heredia escuchando a la fiscal Teresa Giuffida, mientras lo observan los policías imputados de la causa. Foto Gustavo Figueroa

Uno de los mayores encubrimientos de la causa es el transporte de marihuana y cocaína dado que, como se mencionó en el capítulo anterior, este transporte era realizado en el mismo colectivo donde eran transportados los obreros. Es decir, se encubría dentro de las chacras de frutas del Alto Valle una estafa millonaria y un fructífero negocio de narcotráfico.

“El día 7 (de diciembre de 2012) yo hice una conferencia, una marcha y anuncié el asesinato de Daniel Solano. Dije que Daniel Solano estaba muerto y que había sido asesinado. Y que para mi habían dos vías de investigación (por supuesto que la policía era responsable) para que no haya consecuencias mayores, yo dije que podía haber complicidad de los compañeros. Y dije algo más grave, dije que estaba involucrada la droga. Dije: ‘donde hay norteños, hay droga’.

La bifurcación de este camino de encubrimientos lo produce un sólo testigo que está cercano a los imputados y los cómplices. En su relato y testimonio se contiene una de las pruebas más relevantes de la causa.

“Es importante (fundamental para mí) cuando recibimos la visita de Julio Scuadroni. Julio Scuadroni es sobrino de (Sandro) Berthe. ¿Qué nos dice Julio Scuadroni? Dónde esta ubicado el cuerpo de Daniel Solano: en el jagüel del campo “La manuela”. También nos dice Julio Scuadroni como fue asesinado Daniel Solano: de un disparo proveniente de una carabina que era del abuelo de él”.

Meli. Cuatro

El interrogatorio, el perejil y las libretas sanitarias

En la última parte de su relato Sergio Heredia explicó dos hechos relevantes en la causa: el rol de la comisaría octava dentro de los cabaret de Choele Choel y la decisión del oficial Irusta de depositar la responsabilidad de la muerte de Solano sobre la figura de Víctor Torres. El cierre de su testimonio estuvo protagonizado por las intervenciones del abogado defensor Ricardo Thompson (que colocó en evidencia el escaso conocimiento del expediente que poseen, en esta instancia del juicio, los cinco defensores).

“Primero: los que sacaron a Daniel Solano del boliche son policías. Segundo: yo hablé con Víctor Torres. Está filmado. Torres es filmado en el hotel “Los Andes”. Víctor Torres fue detenido el día domingo. La persona que lo traslada a Torres es Irusta, integrante de la investigación (consta en los libros). Es por eso que Irusta elige a Torres como perejil. ¡Irusta elige a Torres como perejil!”

Los vínculos y los nombres en la causa Solano son interminables. Los policías de la comisaría octava, como ya ha sido mencionado en otras crónicas, estaban vinculados a la venta ilegal de autos y terrenos, el negocio negro de nafta y la prostitución. En resumen la comisaría octava no se privaba de cometer y participar, como agentes (con poder) del Estado, de todo los delitos que una ciudad puede producir.

Heredia mira a su colega Leandro Aparicio en el inicio del testimonio. Foto Gustavo Figueroa.

“La comisaria octava realizaba las autorizaciones de las libretas sanitarias de las prostitutas (…) En esos cabaret trabajaba el animador de Macuba, Derli Escudero. El hermano de Escudero está construyendo una casa justo en el terreno de Carlos Rosa, donde también está construyendo Taborda. Es decir, que todos los cómplices de la causa Solano construyen en el terreno de Carlos Rosa. Terreno que eran vendidos y estafados en Choele Choel, y cuya firma se certificaba en la comisaría octava de Choele Choel”.

Por último, antes de abordar los alegatos de clausura del juicio, me gustaría citar un diálogo que mantienen Sergio Heredia y Ricardo Thompson al final del testimonio. Este diálogo será recordado como un documento y registro evidente de la inoperancia que puede mostrar una defensa incompetente no sólo para preguntar (provocando que esas preguntas perjudiquen a sus propios defendidos), sino además para asumir la responsabilidad (mínima y básica) de leer el expediente de la causa.

–Sergio Heredia: El oficial Héctor Martínez preparaba dobles informes para el expediente.

–Ricardo Thompson: ¿Y esos informes decían lo mismo?

–S.H.: No, no decían lo mismo.

–R.T.: ¿Y dónde están esos informes?

–S.H.: En el expediente.

–R.T.: ¿Los dobles?

–S.H.: Sí.

Sergio Heredia como abogado querellante fue investigador de la causa, amigo de la familia Solano, documentalista de las pruebas y los testimonios. Sergio Heredia no sólo se constituyó como querellante de la causa, sino también como referente histórico de uno de los mayores precedentes jurídicos en la historicidad de casos (impunes) ejecutados sobre jóvenes originarios en la mal llamada patagonia argentina. ¿Cuántos roles hay que ocupar para combatir a las fuerzas delictivas del Estado? ¿Cuánto dinero esta dispuesto a “invertir” una empresa corrupta para mantener un pacto de silencio que la protege? Mientras Expofrut sigue produciendo muertos (arrojándolos impune a las vertientes de los ríos contaminados del Alto Valle), en una pequeña sala de la Ciudad Judicial de Fiske Menuko se impide mencionar su nombre. “No es un objeto de este debate”, pronuncia inmutable y rígido el poder judicial de Río Negro. Quizás este precedente jurídico impida, de una vez por todas, que sigan apareciendo obreros ahogados junto a las manzanas podridas que perecen contaminadas junto a la tierra reseca de las chacras que fermentan un olor nauseabundo a kilómetros de distancia.