Estuvimos hablando de esa fragmentación que se vive en Colombia, de esa cantidad de colombianos y colombianas que prefirieron no ir a votar, esa cantidad de colombianos y colombianas que prefirieron votar para que se mantenga el estatus quo, tanto el político, como el económico, que siga esta enorme desigualdad en Colombia. Pero del otro lado había una fórmula que era la de Gustavo Petro y Ángela María Robledo, que proponía otra Colombia, proponía una Colombia Humana, proponía combatir estas desigualdades y junto a ellos queríamos pensar cómo nos tomamos este jarro de agua fría de los resultados y que nos ayude a saber qué está pasando en Colombia ahora mismo. Bienvenida, Ángela a Continentes y contenidos aquí en Radio Hache.

Bueno, aquí con una derrota agridulce porque si bien no ganamos la presidencia y la vicepresidencia, de todas maneras sí es una votación histórica para Colombia, la que hemos logrado de ocho millones de votos. Donde en las tres semanas de la segunda vuelta casi logramos doblar nuestra votación, eso significa que hay un país nuevo que se asoma, que quedó ratificado el 27 de mayo con los diez millones de votos que, en su momento fueron votos que se podrían denominar desatados de la clientela, de la corrupción, de las prácticas mafiosas y que del lado del hoy presidente electo tuvieron que estar toda la vieja política, juntarse absolutamente toda para enfrentar este nuevo país que se asoma en Colombia y que hay que seguir consolidando con mucho trabajo. Ya en el Congreso de la República, como nos lo permite una reforma que se hizo en el Estatuto de la Oposición y que nos va a permitir, entonces, estar allí con una bancada. Estamos organizando una reunión para este próximo jueves con la bancada que podríamos denominar “progresista” del Congreso, donde tendremos una tarea prioritaria que es proteger el proceso de paz, que ya con decisiones que se han tomado en estos días se empieza a ver amenazado.

Que importante esta construcción de unidad para resistir lo que todos tememos va a ser un recrudecimiento de las políticas neoliberales, por un lado, y también un atentado hacia este proceso de paz, que era tan esperanzador no solamente para los colombianos, sino mirado desde fuera, desde la patria latinoamericana, era algo que veníamos anhelando desde hace tanto.

Sí, efectivamente y hemos protegido cerca de cuatro mil vidas, en especial de jóvenes, porque ellos son los que van a la guerra en Colombia. Y sobre todo los jóvenes de los pueblos indígenas, de las comunidades afro, los hijos de los campesinos, que en esta Colombia que recorrí, como presidenta de la Comisión de Paz, escuché a tantos padres y madres, “un hijo en la guerrilla”, “un hijo en el ejército”, sin oportunidades para cultivar la tierra, sin oportunidades educativas, vivir en el tercer país más desigual del mundo también resulta muy difícil para quienes no están acogidos en los cómodos refugios individuales y en esto que dices tú, “que todo siga igual en Colombia”. Hay personas, analistas que dicen eso, pero nosotros creemos que ya empieza a escribirse una nueva página de una historia y de un ejercicio en resistencia, en resistencia democrática, en resistencia pacífica, pero eso es lo que vamos a hacer en el Congreso, una bancada en resistencia.

Yo creo que antes del último tramo de la campaña electoral, éramos escépticos, mirábamos lo que pasaba en Colombia con cierto escepticismo, veíamos que había posibilidades de que la izquierda o el progresismo duplicara sus números, pero realmente hubo unas muestras de fervor ciudadano, en un montón de ciudades alrededor de todo Colombia, que me parece que es lo que configura este nuevo escenario que nos estabas describiendo, Ángela. Te quiero felicitar públicamente por esa insistencia y esa lucha para conformar alianzas, para hasta el último momento estar ahí, peleando para que no se escapara esta posibilidad que, esperemos, ahora desde la oposición, desde esa bancada en el parlamento se pueda gestar una Colombia distinta.

Es la responsabilidad que tenemos. Son dos curules muy especiales, los que vamos a tener, Gustavo y yo. Él en el Senado, en este congreso bicameral que tenemos, y yo en la Cámara, pero son curules que representan, como bien lo dices tú, representan ocho millones de personas que en toda la diversidad de estas nuevas ciudadanías que afloran con un proceso de paz, todavía precario, pero que poco a poco empieza a dejar un saldo de democracia en Colombia, de la mano de las mujeres, de los indígenas, de los pueblos afros y los ambientalistas, de los animalistas, de los campesinos, esto es una diversidad maravillosa, y las personas viejas en Colombia que viven una vejez con mucho dolor.

Y las feministas también formarán parte de esto nuevo.

¡Claro! Un mandato de las feministas. Imagínate, por quien he peleado tanto en mi vida, derechos y le hemos ido arrebatando a esta cultura patriarcal: dignidad. Pero que falta tanto, por supuesto que ahí están mis amigas feministas que me acompañaron de manera incondicional en estas semanas de campaña tan ardua, pero tan hermosa.

Ángela, aquí en nuestro programa, miramos realmente en profundidad lo que pasa en nuestro continente y en el resto del planeta. Seguimos muy de cerca las negociaciones de paz, luego las firmas de los acuerdos y vimos cómo el silencio de las armas había hecho aflorar un montón de conflictos que estaban invisibilizados, que estaban casi desconocidos para una enorme cantidad de colombianos y que se pusieron arriba de la mesa, se pudieron empezar a hablar, a discutir, a comentar, a resistir. Me parece que es muy importante esa posibilidad que abre, justamente, la paz, que se empiecen a ver todos los otros problemas que tiene Colombia, que estaban subsumidos en un silencio terrible o que estaban tapados por el estruendo de las bombas y que Colombia Humana fue la ú8nica fuerza que habló claramente de todas estas reivindicaciones que vos estás hablando, de todos esos colectivos que no fueron representados por el resto de la política. Así que es muy importante ahora cómo se genera una cohesión.

Sí, es que vivimos en un país donde los eufemismos están a la orden del día, aquí al asesinato de los jóvenes en la época de Álvaro Uribe, fueron cerca de cuatro mil, se les llamaba “falsos positivos”, cuando realmente eran ejecuciones extrajudiciales. Aquí al exterminio de jóvenes líderes, defensores de la tierra, defensores de todo el plan de sustitución de cultivos que han muerto, más de 200 líderes después de que se firmó el acuerdo de paz, se dice que mueren por problemas de faldas o de linderos. Aquí a la pobreza extrema se le dice que es “bajos recursos”, creo que lo hicimos Gustavo y yo, fue ponerles palabras concretas, crudas, a esta realidad nuestra, que si bien con la fuerza de este pueblo colombiano ha sobrevivido a tantos y tantos años en guerra y en desigualdad, con esa dignidad y esa fuerza, no estaba nombrado con las palabras que eran. Y eso es lo que hay que hacer ahora y eso es lo que yo creo que ha despertado una indignación. Una indignación ahora sin armas, una indignación imaginativa, pero que va a exigirles a este nuevo gobierno, porque vamos a estar en la calle muchas veces defendiendo lo poco que tenemos, pero exigiéndole fortalecer esta democracia tan precaria.

Me parece que diste en el clavo, me parece que es importantísimo que todas esas problemáticas las conozca el gran público colombiano. Sean conocidas en todas las ciudades. La comunicación tiene que ser la clave para que sean cada vez más los colombianos que se involucren en todas estas luchas y que vayan a votar, nosotros no podemos creer que sean tan pocos los colombianos que votan.

Y a pesar de que de alguna manera, en estas últimas votaciones algo movimos de la abstención, un país en guerra rompe eso. Sí logramos moverla un poco, un par de puntos. Pero no es nada frente a un país que tiene tantos retos y que necesita de la conciencia de todos y todas las colombianas para reinventarnos esta Colombia, esta Colombia que pide una segunda oportunidad para vivir con dignidad, que exige. Y vamos a ver qué logramos en estas reuniones que hemos empezado a adelantar con compañeros de la Alianza Verde, del Polo Democrático, algunos liberales en rebeldía, la bancada de Decentes, nuestros compañeros campesinos, indígenas que tienen circunscripciones especiales y que pueden llegar al Congreso, pues todavía hay mucha subrepresentación de esos sectores. Las mujeres que llegan al Congreso de la República, muy pocas son voces de mujeres inteligentes, muchas de ellas son esposas, primas, tías de parapolíticos. Ese todavía es el congreso que tenemos, pero bueno, esa es la realidad que nos ha tocado vivir y es la que tenemos que afrontar colectivamente de la mano de estas organizaciones y estas ciudadanías libres, como las llama Gustavo Petro.

Hola Ángela, soy Edison Burbano. Como colombiano, ya no como periodista, quiero darte las gracias por lo que ha hecho por el país. Nos sentimos representados desde Argentina, muchos colombianos salimos exiliados por pensar diferente en nuestro país, exiliados económicos, también por falta de oportunidades en la Academia, por no tener acceso a la educación pública. Damos gracias a la fórmula de la Colombia Humana por hacernos creer la esperanza de que se podía construir una nueva Colombia. En nombre de la campaña de Gustavo Petro en Argentina, de La Bodega de Petro en Argentina, felicitamos y que cuenta con nuestro apoyo, que los que estamos en el exterior también queremos aportar a esta Colombia Humana, a seguir luchando por la paz. Era un deseo en poco tiempo regresar a Colombia, construir la Colombia Humana, no se pudo esta vez, pero estamos acá en la resistencia. Los resultados de Gustavo Petro en Argentina, junto a Ángela María Robledo sacó el 72,91 %, 5398 votos, Iván Duque 23 %. Desde acá les damos las gracias por traernos una esperanza.

Nos preocupa el tema de la paz, la Justicia Especial para la Paz que es la columna vertebral de los acuerdos, parece que el día de ayer el Congreso dilató ese debate, ¿qué mensaje da para los colombianos que estamos en el exterior y estamos preocupados por esta Colombia que viene de Iván Duque y Uribe?

Pues vamos a seguir insistiendo. Edison, gracias por tu comentario, por tu trabajo, por lo que han hecho. Vamos a seguir insistiendo porque en la Ley 1448 hay un déficit legislativo respecto a las víctimas en el exterior, las víctimas del conflicto. Pero, en general en Colombia hay una ausencia de políticas para lo que ha ocurrido. Nosotros tenemos un país fuera del país, son cerca de seis millones de personas que por distintas razones, como bien lo dices, salieron de Colombia y hay que buscar la forma de que regresen. Y sobre la JEP, está en vilo, ya se siente lo que va a ser esa relación tan cercana y tan difícil, y tan perversa diría yo, entre el Ejecutivo y el Legislativo, pero hay cantidades de personas hoy, frente al Capitolio esperando que se tramite el proyecto, ya dice el presidente Santos que si no se discute, va a haber sesiones extraordinarias. El Congreso funciona a veces como si fuera un colegio donde el rector dice que hay que trabajar y si no se quedan sin recreo, más o menos eso es lo que pasa. Entonces, hay que esperar, tenemos una enorme expectativa respecto a que salga el procedimiento, porque es la única forma de que empiece a operar la Justicia Especial para la Paz, que es la justicia que ha permitido pasar de las dictaduras a las democracias, o de la guerra a la paz. Y aquí lo que quieren las víctimas, sobre todo, es verdad y reparación, más que cárcel. Aquí hay muchos que le tienen más miedo a la verdad que a la cárcel. Pero, bueno, ahí vamos a estar, cuentan con nosotros. Vamos a ver qué se puede hacer, no es fácil, pero este país nos lo tenemos que reinventar entre todos y todas, no se olviden ustedes que están aquí, que los sentimos en nuestro corazón y que ojalá algún día no muy lejano puedan regresar a su tierra, a esta Colombia que los necesita.

Ángela, me gustaría antes de despedirnos, hacerte una pregunta más personal, porque atrás de estos personajes que recorren incansablemente, que van de un mitin a otro, que hablan con tantas personas y se reúnen con unos y con otros, hay personas de carne y hueso que tienen familia, que tienen gente cercana, amigos y que van dejando, relegando todo eso en pos de un compromiso, de un proyecto. Han sido muy atacados ustedes, las cantidades de mentiras que se han dicho de la Colombia Humana, han sido terribles. ¿Cómo viviste todo eso? Ahora, capaz que pudiste bajar un poquito la guardia y mirarte en tu casa, con los tuyos, ¿cómo viviste todo eso, cómo te sentís?

Bueno, yo soy una guerrera sin armas, esas hermosas guerreras que pintaba el maestro Armando Villegas, con flores, pero guerreando. Eso fue lo que hice, pero fue un pararme muy fuerte, con mucho apoyo, en mucha gente y eso me dio fuerza para enfrentar, sobre todo los grandes medios de comunicación, donde Gustavo y yo desnudamos la mezquindad de esos grandes medios y sus intereses, los grandes intereses económicos que los soportan. Los desafiamos con nuestras respuestas, con nuestra fuerza, con nuestra inteligencia. Y claro, es difícil, estoy acá en el reposo de la guerrera, pero ya organizando reuniones porque hay que mantener la vida, el entusiasmo. Y yo creo que cuando está uno seguro de lo que está haciendo y yo siento que fue el momento histórico que me tocó, lo asumí con mucha fuerza. Entonces, hay que cuidarse, hay que autocuidarse, eso nos lo enseñan la práctica de la Grecia Antigua, en esas estoy, aquí combinando. Pero una familia que me apoyó, con enormes debates, si está uno allá, pero siempre, en especial mis hijos, han entendido que tienen una madre libertaria, que los ama pero que también ama lo que hace. Y ahí está esa fuerza, yo creo. Vamos a ver, hay que cuidarse, hay que protegerse, tenemos una misión difícil, pero bueno… a eso vamos y yo les agradezco enormemente este espacio y que ojalá podamos tener interlocución más adelante. Un abrazo de hermana latinoamericana.