Por Ana María Mahserdjian

Desde hace más de 20 días, Armenia está siendo ejemplo de cómo se pueden lograr cosas trascendentales para su pueblo, en forma pacífica, no-violenta, sin responder a la violencia con violencia.

Luego de detenciones arbitrarias, golpes de los policías a sus hermanos, sucedieron liberaciones, renuncias de militares y policías que se unieron a la gente. El mensaje fue y siguió siendo claro: no querían seguir con el mismo gobierno, quisieron romper el espiral vicioso de corrupción y enriquecimiento de unos pocos y pobreza para el resto de la gente. Lo lograron.

Este triunfo, llega en el mes de Mayo, justamente cuando se conmemora el centenario de la primera República de Armenia en 1918. Una canción armenia dice “solo los locos encuentran la solución”. Así fue en 1918 cuando en medio del genocidio que se estaba cometiendo en la Armenia Occidental, en la Oriental se libraron tres batallas, durante las cuales el enemigo que quintuplicaba el ejército rejuntado de armenios, comenzó a retroceder al ver el espíritu bravío de quienes habían decidido “Libertad o Muerte”.

Hoy, 100 años después, la revolución no-violenta, triunfa poniendo orden en el país, vence con la voluntad inquebrantable de su pueblo, haciéndole ver al partido mayoritario que no hay otro camino que estar con la gente.

Grandes desafíos se presentan ahora, esperamos que todos colaboremos, cada uno desde su lugar, en que este nuevo gobierno pueda avanzar, doblegando la corrupción, instalando, promoviendo acciones para que esta República de casi 42mil kilómetros cuadrados unidos a Artsaj, pueda crecer, afirmarse y para luego poder plantearse otros desafíos. Pero primero, frenar la corrupción, crear fuentes de trabajo para detener la emigración y lograr un regreso a la patria de quienes no han tenido más remedio que emigrar.

Mayo, mes de triunfos, comienza el desafío en manos de Nikol Pashinian, mentor de la lucha pacífica y esperanzada.