Crónica y fotografías: Elina Riquelme

La Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital de la República Argentina, recibió el 1 de mayo, a la presidenta de Brasil Dilma Rousseff (destituida por un golpe parlamentario en el año2016) para presentar su libro: «Lula, la verdad vencerá», que intenta, según ha dicho, poner luz sobre el proceso que ha llevado al encarcelamiento del ex presidente sin que hubiera prueba alguna de delitos cometidos por él.

En la Feria del libro (evento anual de gran relevancia), rodeada por representantes de organizaciones de DDHH como Adolfo Pérez Esquivel (argentino Premio Nobel de la Paz) y Estela de Carlotto (Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo), Ernesto Samper (ex Presidente de Colombia) Cuauhtémoc Cárdenas (ex jefe de gobierno de Ciudad de México) Pablo Gentili (secretario ejecutivo de CLACSO) Víctor Santa María (Sec. Gral. de Sindicato SUTERH) Nicolás Trotta (Rector UMET) y representantes de fuerzas políticas y Organizaciones Populares.

Cada uno de los participantes, tuvo un tiempo para expresar su apoyo y tod@s acordaron en considerar a Lula como un preso político y en condiciones inhumanas de detención.

Dilma habló de su libro, de su intención de dar a conocer la verdadera situación por la que atraviesa su país y la situación del ex presidente Luiz Inácio​ Da Silva preso sin las garantías procesales pertinentes y con riesgo para su vida.

Con un discurso en el que realizó el análisis político y social del momento actual en Brasil y en la región, destacó el  avance del neoliberalismo y los efectos de  debilitamiento de las instituciones democráticas con el poder económico sosteniendo gobiernos que despliegan un grado de violencia inusitado para reprimir cualquier reclamo popular ante la pérdida de derechos consagrados en las Constituciones Nacionales y en leyes específicas sancionadas en lo que se llamó “la década ganada”.

Respecto de esta situación, hizo un racconto de las diversas situaciones que debió afrontar su gobierno y destacó las diferencias entre los golpes militares de otros tiempos históricos y los nuevos “golpes blandos” que acontecen en algunos lugares del mundo (tema que ocupa a los analistas políticos y que se han ocupado de caracterizar)

“O golpe parlamentar, mediático e judicial é diferente. Ele escolhe os seus inimigos. As instituições democráticas são enfraquecidas por dentro e sofrem uma redução de sua potencialidade e de sua força.» (Dilma Rousseff)

Que esta nueva forma de golpes ocurra con el consentimiento de mayorías, expresa con claridad que la batalla principal es cultural y en ese sentido recordaba a M. Friedman diciendo que “sólo una crisis –real o percibida– da lugar a un cambio verdadero. Cuando esta crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que esa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelve políticamente inevitable”.

Dilma expresó claramente su mayor preocupación actual, que motivó esta acción suya de hacer un recorrido por los países, para alertar sobre la situación del ex presidente: «Todos nós devemos temer pelo Lula. Todos nós devemos estar atentos para denunciar qualquer novo ato de arbítrio em relação ao Lula.”

Luego de la Feria del Libro, participó de un acto en la CGT (Confederación General del Trabajo) antes de culminar su visita a la Argentina en un evento político- cultural en la sala Caras y Caretas, ubicada en el edificio de la Universidad Metropolitana para la Enseñanza y el Trabajo, UMET (primera universidad sostenida por sindicatos de trabajador@s) donde un grupo de actores, músicos y cantantes, ofrecieron su arte como un modo de abrazar a Dilma y hacer extensivo este abrazo al ex presidente Lula y transmitirle la fuerza para resistir el momento difícil por el que atraviesa.

Con la sala repleta, el cierre estuvo a cargo de León Gieco (músico) con su canción que ya es un himno en Argentina y en el mundo: “Sólo le pido a Dios”, cantada con la fuerza de los cientos de personas asistentes.

Con todos los artistas en el escenario, el cierre fue un grito profundo y sostenido: Lula libre!! Lula libre!!