Por Dalia Chiu

Un profundo dolor se respira en el salón de honor de la Universidad de Chile, y una gran emoción Ellos están muy presentes, sus imágenes acompañan a sus familiares, que de manos del rector, reciben sus títulos póstumos – eran tan jóvenes- exclama la máxima autoridad universitaria.

Los padres de Dagoberto San Martin Vergara llevan la juvenil imagen de su hijo en una chapita prendida en las solapas de sus abrigos, se ve un muchacho serio y guapo, la mamá de Dago me sonríe cuando le digo que conocí a su hijo, allá por el año 1973 en el bucólico campus Antumapu, mechona de agronomía yo, alumno de segundo año él, mi recuerdo es un luminoso casino universitario almorzando en la misma mesa , ¿habrá sido un día soleado de otoño como hoy ? ¿qué habrán conversado una chica de 18 años más bien hippie y un joven de 21 militante del Mir? No lo recuerdo, tampoco supe de su desaparición forzada por agentes del estado en el año 74; cuando entró la guadaña al campus me fui de allí y no volví nunca más.

Ayer se me llenaron los ojos de lágrimas, tanto sufrimiento, tantas calles y tantas puertas que deben haber golpeado los padres de él y de todos en la búsqueda desesperada de sus hijos, no es difícil imaginar ese dolor, para nada, un dolor que siento, no ha cesado hasta el día de hoy.

Las fotos son de Dalia Chiu