Jordi Oriola es un director catalán que dirige documentales sociales. El productor que fundó Transforma Film (www.transformafilms.org) produce bajo una licencia Creative Commons, lo cual significa que favorece la difusión del mensaje por encima de cualquier intención comercial. Dirigió «FUCILI O MURALES. La lucha noviolenta del pueblo saharaui», que en este momento gira por Italia (al final de esta entrevista la lista de fechas y el trailer).

¿Cómo nació este documental?
El documental fue apoyado por dos ONG, la idea era reconstruir brevemente su historia de los últimos 42 años, y describir la situación actual, las dificultades en la situación actual, y la duda de si es mejor continuar con la lucha no violenta o retomar las armas? La idea era recoger voces no sólo en los campos de refugiados en Argelia, donde es más fácil ir, sino también de los que viven en la zona ocupada, incluidos los que reciben continuos abusos y represión.

¿Has tenido dificultades para viajar al territorio ocupado?
Muchas. Fui a Marraquech como turista, y fui por tierra hacia el sur, clandestinamente, pasando por siete controles policiales, que si se hubieran enterado de quién era, me hubieran detenido y enviado de vuelta, y no creo que con guantes blancos.

¿Cómo has podido filmar al Aaiún?
Estuve tres semanas cerrado en la casa de un activista, donde vendía la gente que tenía que entrevistar. Salí sólo dos veces, pero con mucha precaución: si ellos hubieran visto las imágenes que había filmado, me las hubieran requisado y a mí no me hubiera perjudicado mucho, pero si a los saharauis que me alojaban.

¿Qué tipo de resultado están teniendo las proyecciones?
La idea es que la mayoría de la gente vea y conozca una situación que el gobierno del Marruecos quiere mantener escondida. Si la situación «está bien» (cómo dicen los marroquíes), ¿por qué no te puedes mover libremente por los territorios ocupados y entrevistar la gente? ¿Por qué no se puede entrevistar al jóvenes saharauis que estudian en las universidades de Marruecos (puesto que no hay universidades en la zona del Sáhara)?

Europa tiene que conocer, la gente necesita saber, el hecho que sus gobiernos (en particular Francia, que ejerce el derecho de veto cada vez que hay una resolución de la ONU a favor del pueblo saharaui, y también España que todavía es formalmente la «metrópoli») no quieren respetar la ley internacional y el hecho que la propia ONU haya establecido el derecho en un referéndum de autodeterminación de los saharauis. Marruecos juega fuerte con los intereses económicos. Por ejemplo, el gobierno sueco, que dio un paso para reconocer el Sáhara Occidental como país, se retiró porque Ikea (empresa sueca) estuvo en el punto de mira de Marruecos con la amenaza de no poderse instalar en el Marruecos.

¿Donde se ha visto el documental?
Se ha subtitulado a varios idiomas: español, catalán, eusquera, portugués, italiano, francés, inglés, alemán y árabe. También lo hemos mostrado en Ginebra en la sede de las Naciones Unidas. Estoy trabajando para mostrarlo por Europa y, tan pronto como sea liberado de posibles competiciones, lo pondremos en la red de manera libre y aprovecharemos para difundirlo el máximo posible. En Marruecos, obviamente, es difícil incluso mencionar el tema, pero lo podrán ver en internet. También en esta gira italiana estoy recogiendo los correos electrónicos de aquellos que quieren dejarlo para irlos informando de lo que pasa y que puedan enviar esta información a las direcciones de «cartas al editor» de los diarios italianos, para presionar a la prensa. Por ejemplo: ¿cuántas personas saben que la primavera árabe nace en el campamento de Gdeim Izik construido en el desierto por los saharauis y brutalmente reprimido? Fue preparada durante meses y meses, recopilando sábanas que sirvieran para fabricar las miles de tiendas que se montaron en el desierto y que, después, fueron arrasadas.

Por un lado, en el campo de refugiados del desierto son «alimentados» por la ayuda humanitaria en una situación de dependencia y marginalidad, y por otro, en los territorios ocupados, viven en un clima de fuerte represión en las prisiones que son agujeros negros. Evidentemente, la frustración es alta y el riesgo de «tomar las armas» es un último gesto desesperado. La comunidad internacional tiene que ser consciente de esto. Ambas partes continúan con la resistencia, esta resistencia que tiene cada vez menos miedo: el miedo de exponerse a escribir en las paredes, de salir a las plazas, de entrar a la prisión, de hacer una huelga de hambre y arriesgar sus vidas. Los ejemplos son muchos, y los resultados están empezando a salir: en los últimos meses, la Unión Europea ha reconocido que no se puede comprar bienes (los fosfatos y el pescado son la principal riqueza del territorio saharaui) que llegan del territorio ocupado que es ilegal. También en Sudáfrica, el tribunal supremo paró un barco que transportaba fosfatos y que se había parado en uno de sus puertos. Son síntomas importantes que afectan a Marruecos más que un misil.

¿Qué podemos hacer?
Cualquiera de nosotros puede convertirse en un pequeño partidario de la causa saharaui, que nos afecta a todos, puesto que, es un asunto que, si se resolviera de manera justa y sin guerra, podría ser un buen ejemplo para el mundo musulmán, mostrando que hay una alternativa hacia la democracia y la justicia, sin violencia y sin terrorismo.
Hay que generar información y noticias sobre el conflicto. Es una batalla mediática, diplomática y política, en el sentido más elevado del término. Responder y superar la fuerza sucia del gobierno marroquí, que intenta silenciar el conflicto, con instrumentos de cultura, palabras e imágenes, es la premisa de un nuevo estado basado en los derechos humanos y civiles.

Calendario: http://www.transformafilms.org/?q=node/160
Trailer: https://vimeo.com/256167981

Andrea De Lotto