El puzzle inconexo del caos ordenado puede esbozarse mediante la llamada “Teoría de las Catástrofes” del científico francés René Thom y se basaría en dos conceptos antinómicos para intentar “comprender el orden jerárquico de la complejidad biológica”. Así, el concepto de estabilidad o equilibrio se refiere a un sistema que permanece estable aunque registre un cambio, principio que trasladado a la esfera política se traduciría en la Reforma del Régimen del 78 sin alterar sus principios esenciales (Monárquico, jacobino y neoliberal), tesis que defenderían los partidos del establishment dominante del Estado español (PP, PSOE y Ciudadanos). En la orilla antónima, encontramos el concepto de cambio cualitativo o discontinuidad que se produce cuando simples cambios cuantitativos pasan a ser otra cosa diferente y el sistema se transforma internamente de modo radical en una nueva realidad que modifica su situación de equilibro interno y se crea una situación nueva (Nuevo Régimen), tesis defendida tan sólo por Podemos y los grupos independentistas periféricos y que es asociada por el aparato mediático del sistema dominante (mass media) con el advenimiento del caos.

Ciudadanos, el cisne blanco del establishment

El establishment del Estado español estaría formado por las élites financiera-empresarial, política, militar, jerarquía católica, universitaria y mass media del Estado español, herederos naturales del legado del General Franco que habrían fagocitado todas las esferas de decisión (según se desprende de la lectura del libro “Oligarquía financiera y poder político en España” escrito por el ex-banquero Manuel Puerto Ducet), e iniciado asimismo una deriva totalitaria que habría ya convertido a la seudodemocracia española en rehén del establishment.

El actual sistema dominante o establishment de las sociedades occidentales utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas. En consecuencia, la estrategia electoral de los partidos del establishment se basará de nuevo en el mantra de la recuperación económica edulcorada con sibilinas promesas de aumento del techo de gasto autonómico, subidas salariales a funcionarios y jubilados así como reducciones fiscales al estar la sociedad española integrada por individuos unidimensionales que no dudarán en primar el “panem et circenses” frente al vértigo que suscitan las utopías. Así, tras las próximas elecciones Generales, es previsible la formación de un Gobierno PP-Ciudadanos que contará con la abstención del PSOE para escenificar la metamorfosis del Régimen del 78 y mediante una reforma edulcorada de la actual Constitución vigente, implementar un Estado monárquico, jacobino y eurocéntrico, siguiendo la máxima del gatopardismo (“Cambiar todo para que nada cambie”).

Ofensiva recentralizadora de Ciudadanos

Con el nuevo Gobierno de Coalición Ciudadanos-PP, asistiremos a la instauración de una nueva Doctrina autonómica por parte del nuevo Gobierno Central que consistiría en la implementación de un Estado basado en el sui generis “café para todos” que contará con las bendiciones del PSOE pero que sería un misil en la línea de flotación de la pervivencia de los regímenes forales diferenciados vasco y navarro y su capacidad auto-gestionaria. Así, se iniciará una ofensiva recentralizadora mediante el recurso sistemático ante el Tribunal Constitucional de leyes aprobadas en los Parlamentos Vasco y navarro basándose en el artículo 161.2 de la vigente Constitución que señala que “el Ejecutivo central podrá impugnar ante el Tribunal Constitucional las disposiciones y resoluciones adoptadas por los órganos de las CCAA”, lo que supondrá “de facto” vaciar de contenido las competencias legislativas de las Cámara forales vasco-navarras.

Igualmente se incrementará la cruzada mediática de Ciudadanos acusando al régimen foral vasco y navarro de “insolidaridad fiscal con el resto del Estado”, medidas restrictivas que podrían convertir tanto a Euskadi como a Navarra en autogobiernos devaluados, enconsertados y sometidos a los dictados del Gobierno Central o Tribunal Constitucional de turno.Para evitarlo, el Gobierno navarra podría recurrir a la declaración de Contrafuero ante “aquellas infracciones que afecten al fuero, leyes, ordenanzas, usos, franquezas, exenciones, libertades y privilegios presuntamente cometidas por el Gobierno central o Tribunales de Justicia y por la que se faculta al Gobierno de Navarra para solicitar su reparación al respecto de ese agravio”, quedando como última opción la reedición de la Gamazada de 1893-84, reacción popular de la ciudadanía navarra contra la intentona del ministro español Gamazo de suprimir el régimen fiscal navarro establecido en la Ley Paccionada de 1.841 y glosada en unos versos del paloteado de Monteagudo del verano del 1894 : ” Si el Gobierno de España sigue con sus pretensiones, se tomarán en Navarra serias determinaciones”.

La utopía deberá esperar

La utopía deberá esperar a que un determinado número de personas (Masa Crítica), alcance una conciencia más elevada , momento en que el individuo es capaz ya de realizar un salto evolutivo y lograr un cambio de mentalidad , tesis conocida como “Teoría del Centésimo Mono” y citada por el biólogo Lyan Watson en su obra “Lifetide” (1.979), por lo que se antoja inevitable un proceso de catarsis y posterior metanoia colectiva en el Estado español. Sin embargo, la crisis de Cataluña y la desafección política de la sociedad española motivada por los sangrantes casos de corrupción de la élite político-económica han hecho revisar los esquemas idílicos de la Transición y la vigencia de la Constitución del 78 en la que se sustenta el actual status quo. Así, tras un un parto agónico en el que agonizará lo viejo sin que amanezca lo nuevo, asistiremos al nacimiento del “Individuo Multidimensional” como generador de un tsunami popular de denuncia del actual déficit democrático, social y de valores e instaurador del caos constructivo que terminará por diluir el opiáceo inhibidor de la conciencia crítica (consumismo compulsivo), finiquitar las estructuras del obsoleto Régimen del 78 y proceder a la instauración de una República Confederal en el horizonte del 2021.