Por Sergio Bastías

Mientras más arraigo tiene una actividad, mayor es la fuerza de los vínculos que se forman. Sobretodo si se intercambia entre personas que pueden volver a encontrarse, sobre aquello que se necesita.

Las llamadas «Ferias de las Pulgas» en Chile, son instancias de participación y vida comunitaria entre vecinos de un mismo barrio, que se dan habitualmente con periodicidad semanal, instalándose en los lugares mayormente concurridos por quienes viven en un mismo sector y por lo tanto se encuentran, cara a cara, con posibilidades de ir reforzando el conocimiento recíproco.
Además de ofrecer productos y servicios a bajo costo, los vecinos comparten entre ellos y también discuten sobre la vida comunitaria de barrio, de aquello que les preocupa y les interesa; en una instancia humanista de vida de barrio.
También se usa la economía del trueque para intercambiar productos entre vecinos, así como otros reciben productos gratis y los ofrecen también gratis, simplemente a cambio de una sonrisa o una conversación.
Son instancias muy valorables, en las que está presente el germen de la organización arraigada, de lo que deviene luego en los clubes, las iniciativas y la Junta de Vecinos, base de lo que hoy constituye la sociedad.
Las fotos son de Sergio Bastías: