Por Daniel Cruz.-

A colación de la presentación del documental Pacte de Silenci, Calàbria 66 da voz a diversos colectivos que han plantado cara al poder.

El auditorio del Espai i moviment per l’Educació, la Cultura i el Veïnatge al barri de Sant Antoni de Barcelona Calàbria 66, espacio conseguido después de 14 años de reivindicación vecinal, presenta una audiencia variada y expectante. Parece que nadie sabe a qué viene, pero Roberto Martínez, coordinador y portavoz de la Plataforma Afectados BB SERVEIS, que promueve el evento, nos advierte que hoy “pasarán cosas de alto voltaje”. Está claro que el denominador común de esta tarde es el espíritu reivindicativo que se respira. Se respira y se transmite.

La primera invitada entra por videoconferencia. Se trata de Ana Garrido; es anunciada como la destapadora del caso Gürtel y, por ello se la presenta como una valiente que ha tenido que dejar su trabajo de funcionaria en el Ayuntamiento de Boadilla del Monte y que incluso ha sido amenazada de muerte.

La casualidad y, sobre todo, la solidaridad unió el caso Gürtel y la corrupta de BB-Serveis, ya que ambas tramas se destaparon en el mismo año 2009. “En ambos casos se trata de derechos arrebatados a las personas, tanto directa como indirectamente”, recuerda Garrido. Por su parte, después de haber sido despedida, ha conseguido una sentencia que la compensa económicamente tras darle la razón en que su despido fue improcedente. A pesar de que casi no cubre los gastos de abogados y otras gestiones, Garrido afirma que le ha valido una importante victoria moral. “Lo que importa es vencer  en la justicia, a pesar del esfuerzo. Gracias a todos los activistas que estáis en el auditorio, a Roberto, como portavoz de esta iniciativa y a Toni Navarro por la película”, expresa Garrido.

“Quien no se pelea no lo consigue. ¿Merece la pena no dormir, de juzgado en juzgado? Pues la respuesta fácil es que no, pero forma parte de nuestra vida y muchos de vosotros lo sabéis porque estáis en situaciones similares; lo importante es la denuncia pública que hace el documental”, dice Roberto Martínez que recuerda que hoy es el cumpleaños de la periodista, lo que levanta un nuevo y merecido aplauso.

“Os presento a Josele Sánchez, director de la Tribuna de Cartagena y amenazado de muerte por denunciar que Emilio Botin fue asesinado”. Así de terrorífico lo presenta Roberto, y todo por no recibir un soborno. Con una salutación en catalán -“bona tarda a tots”- empieza la intervención. Aunque los grandes medios lo han silenciado, más de 4 millones siguen a Sánchez en las redes sociales. A finales de octubre del año pasado destapó que Botin pudo haber sido asesinado y se dieron cuenta que ningún medio se había hecho eco del posible asesinato. Él mismo acusa a la hija y a la viuda del banquero, así como al “presunto” narcotraficante Jesus Samper, que también relaciona como amante de la viuda de Botín.

El banco Santander aparece relacionado con blanqueo de capitales sobre el narcotráfico en Colombia. Josele Sánchez no alcanza a cuantificar la cantiadad de personas afectadas. “Hace 3 semanas tuve la visita de una persona que me ofrecía 400.000 euros por dejar de escribir sobre Botin, retirarme del periodismo, no escribir ni una poesía durante 5 años, destruir pruebas sin entregarlas a nadie, así como no hacer ninguna alusión al Opus Dei” dice el periodista. “La última condición era aceptar un trabajo de turismo en Costa Rica, con un sospechoso salario de 7.000 dólares al mes”, añade.

“Hago constar ante el auditorio que no quiero suicidarme”, ironiza Sánchez. “Por motivos económicos ya no puedo tener seguridad privada y he tenido que mudarme a otra comunidad autónoma, donde nadie me conozca”. “Soy consciente de que acusar a Soraya Sáenz de Santamaría, al expresidente colombiano Ernesto Samper (tío de Jesus Samper) es un riesgo que me coloca en el punto de mira de poderosos enemigos” –todo muy bizarro, Josele Sánchez se reconoce en un periodismo valiente y en su labor de denuncia. “Mirarme al espejo y no sentirme un hijo de puta es el mejor regalo que me puedo dar cada día”, concluye Sánchez.

El actor César Bea está al frente de la lucha contra la estafa de las energías renovables, que cuenta con “más de 62.000 familias afectadas”. “En el año 2007 se hizo un llamamiento para que las familias invirtieran en este proyecto, pero el Estado, en 2011, incumplió su parte del contrato y nos dejó en la estacada; el PSOE primero, y el PP después. han arruinado a todas esas familias con un incumplimiento flagrante”. César –que hizo una huelga de hambre y ha llevado su lucha al corazón de Europa– está acabando un documental que se llamará Soldeout.

Se invita al acto a “Las Kellys” para dar voz a las que normalmente no aparecen en los medios, aunque en su caso el ascenso ha sido meteórico: “lo único que pedimos es que, si trabajamos en un hotel, que simplemente nos reconozcan como trabajadoras del hotel, solo eso”. “La externalizacion nos mata, y cada vez es peor. Las empresas outsourcing están en todos los niveles, y eso es sinónimo de precariedad…”

El pasado 10 de febrero los trabajadores de Titanlux salieron a la calle. “A veces experimentamos que la lucha colectiva no tiene sentido, que es una pérdida de tiempo, pero los trabajadores de Titanlux son un ejemplo de éxito”. Cuando en 2017 Titanlux hizo 100 años y llegó la 4a generación que heredó una deuda muy grande, la quisieron pagar reduciendo plantilla mediante acuerdos sobre todo a trabajadores mayores, pero no fue suficiente, y empezaron a despedir a otros que ya no estaban cerca de la edad de jubilación. “Nuestro pequeño sindicato se levantó y por asamblea decidió hacer una huelga de 3 horas 3 días a la semana, y finalmente la empresa se sentó a negociar y dijo que no volvería a haber despidos; después, tras 4 días de huelga indefinida la empresa se volvió a sentar y se consiguió que los trabajadores en proceso judicial (3) fueran readmitidos”. “De momento hemos conseguido lo que queríamos y por eso queremos transmitir este mensaje: la solidaridad de la plantilla hizo que hubiera 0% de producción. Es algo que los medios de masas silencian para que no cunda el ejemplo”, concluye el portavoz.

El siguiente turno de palabra fue para la Plataforma Sin Techo. Se lamentan de que el Ayuntamiento no les hace caso y no atienden ni la petición de reunión. Tan solo piden una operaciónn frío todo el año, un centro de acogida urgente, una casa de acogida fija. “No somos un número de expediente, pedimos un comedor 12 horas”. Se lamentan de que la iglesia tampoco ayuda. “Lucharemos por nuestros derechos y los derechos de las personas ante todo”, concluye el denunciante.

Marea Blanca, habitual de la casa (Calabria 66), afirma que si la sociedad maltrata a las personas mayores, es una sociedad insana y recuerda que Rivera Salud ha fichado a Boi Ruiz, el exconseller de salud que privatizó la sanidad. La organización expresa su empoderamiento: “salud es luchar y luchar es salud”.

Por parte de Marea Pensionista la denuncia va dirigida a la indignidad del robo del sistema público de pensiones, y la consiguiente pérdida de poder adquisitivo de miles de pensionistas. Un ejemplo de éxito nos llega de Argentina, donde la ciudadania “ha tumbado” una ley parecida a la que se quiere aplicar aquí.

Sebas Huguet, de estibadores portuarios, recuerda que gracias a la unión de trabajadores se está consiguiendo conquistas sociales, “tenemos que acelerar y ser solidarios”. “La lucha de Titanlux o las mareas es mi lucha, todos unidos hacia un sentido y trabajar eso, aunque tengamos discrepancias internas, que no deben transmitirse afuera”, dice Huguet.

Eva, activista de Podemos, también pone de relieve su lucha. En su caso, van a hacer una denuncia colectiva a la farmacéutica Bayer, a la que acusan de haber “envenenado” y destrozando las vidas de miles de mujeres  en todo el mundo (sólo en España hay 80.000) , con Essure (un dispositivo, un muelle que substituye a la ligadura de trompas tradicional). La lucha ha hecho que el caso haya llegado a los juzgados de Estados Unidos de la mano de la conocida jurista Erin Brockovich-Ellis. Por el momento, la asociación se constituye de 13.000 mujeres unidas en España, en contacto con las diferentes plataformas repartidas en todo el mundo, desde Europa a Brasil o Estados Unidos.

Para la Plataforma de atención domiciliaria, su lucha es invisible, como también afirman la invisibilidad de la gente a la que atienden. Son 4.000 trabajadoras que atienden a gente con dependencia. Piden el lógico apoyo porque están en negociaciones con el Congreso de los Diputados y el Ayuntamiento de Barcelona. El documental “Pacte de Silenci”, precisamente, ha contado con la participación de varias activistas de esta plataforma.

Finalmente se proyecta el film inédito. Roberto nos adelanta que acabaremos llorando, aunque se tarte de un documental de bajo presupuesto. “Ha sido más duro que un parto”. “Lo contamos nosotros porque no lo ha contado la prensa”, dice un emocionado Roberto. La intrahistoria empieza con la propuesta de Martínez a Navarro, cuando hace un par de años se conocieron y este le propuso hacer este documento gráfico. Navarro, que no es un novato (es director del Festival de Cine de DDHH de Madrid y Barcelona desde hace 15 años), se compromotió a llevar a cabo “este reto”. Toni, primero en catalán y después en español, toma la palabra: “Ha sido un año de trabajo, todo sin lucro… A mi madre le tuve que decir que ni siquiera yo sé de qué vivía. Necesitamos una Marea en cultura”. Resume en una frase que le da energía para seguir y sirve de arenga al público: «Salud, fuerza y adelante”.

A partir de aquí comienza el documental, del cual nos solicitan que no se hagan capturas ni muchos comentarios más allá de la sinopsis ya que va a ir a festivales donde se exige que no haya podido ser difundido previamente.

Personal que no cobrará, paraísos fiscales, ancianos desatendidos y subvenciones públicas se mezclan en Pacte de Silenci, un documental precario pero muy valiente. Esperamos que llegue a muchas cabezas y resuene en muchas conciencias. Especialmente en aquellas que puedan reparar los daños causados.