Por Richard Ruíz Julién
Denominado el año anti-corrupción y de la reforma institucional, el conteo regresivo de este 2018 ya comenzó hoy para la Unión Africana (UA), tras la clausura de la trigésima cumbre de jefes de Estado y Gobierno.
El presidente de Ruanda, Paul Kagame, estará al frente del bloque panafricano, pero necesitará del apoyo decidido de los líderes del continente para hacer de África la región soñada por ellos y sus antecesores, en opinión de diarios como el Ethiopian Herald.

Crear el camino sustentable para la transformación es la principal tarea de Kagame, en un momento definido como crítico por analistas políticos para muchas naciones africanas, sometidas a la inseguridad, los conflictos, el terrorismo y diversas manifestaciones de violencia.

Las actividades de la jornada de clausura incluyeron un foro sobre la importancia del liderazgo de la mujer, una consulta de alto nivel sobre la ratificación del Protocolo de Maputo, la Reunión del Comité de Jefes de Estado y de Gobierno de África sobre Cambio Climático, debates sobre cómo enfrentar los problemas relacionados con el hambre y estudios sobre potencialidades en sectores clave, como la agricultura.

También las primeras damas de África participaron en la vigésima Asamblea General Ordinaria de la Organización contra el VIH/SIDA.

Los días de discusión de la cumbre de la UA abarcaron casi todos los retos en el continente, pero en opinión de expertos, el mayor desafío será poner en práctica los acuerdos tomados.

La cita fue definida por la prensa local y mundial como un éxito, tanto en cuestiones de deliberaciones como logísticas, y ahora sólo resta esperar el resultado de las discusiones.

Egipto fue elegido por los líderes africanos en Addis Abeba para encabezar la próxima sesión 31 de la Unión Africana en 2019.

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