David Matamoros Batson, presidente del Tribunal Supremo Electoral de Honduras confirmó que tras el escrutinio de las 4.753 actas reclamadas el ganador es el presidente, y por lo tanto inhibido para presentarse a elecciones, Juan Orlando Hernández con el 42.95 % de los votos, por delante del candidato de la Alianza de Oposición contra la Dictadura, Salvador Nasralla que terminó con 41,42 %.

El pueblo no respeta este recuento y acusan a la Unión Europea y a la OEA de ser cómplices del fraude del oficialismo. Cientos de miles de hondureños ocuparon las calles este domingo, una vez más, como viene sucediendo desde las sospechas de robo de votos en los comicios del 26 de noviembre.

La encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Honduras, Heide Fulton, hizo un llamado a los dirigentes políticos del país para que acepten el resultado de las elecciones.

“Reiteramos nuestro llamado a todos los involucrados en el proceso electoral a apoyar una determinación transparente, imparcial, oportuna y pacífica del resultado de la elección, consistente con la ley hondureña, de una manera que maximice la participación ciudadana y represente la voluntad del pueblo hondureño expresada en las elecciones del 26 de noviembre”, fueron las palabras de Fulton, que demuestran la parcialidad manifiesta del gobierno de Donald Trump.

La exclusión de los partidos opositores del recuento de las actas denunciadas, que permanecieron bajo la custodia de las Fuerzas Armadas leales al régimen de Hernández, le quita toda legitimidad a lo anunciado por el TSE.

En Tegucigalpa, Nasralla, junto al expresidente Manuel Zelaya volvió a exigir que se realicen unas nuevas elecciones libres de toda sospecha y con el apoyo de organismos internacionales imparciales.

La declaración del estado de excepción ha dado carta blanca a las fuerzas represivas para someter a la población a controles desproporcionados y ya son 14 las víctimas fatales de las balas gubernamentales.

En el mismo momento que escribo esta crónica, el corresponsal de Pressenza en Honduras nos cuenta de heridos de bala en una manifestación en Choluteca, donde además se disparó sobre un vehículo donde viajaban periodistas.

Expertos denunciaron que tras estudiar el estado de la antena de Radio Progreso, esta fue víctima de sabotaje y por eso no puede escucharse en la capital del país, ni en la zona central.

El resto de antenas de las radios corporativas, resultaron ilesas, ya que son las que reproducen el discurso hegemónico del dictador.

El director de Radio Progreso, Ismael Moreno, el Padre Melo, responsabiliza al gobierno y está interponiendo la denuncia respectiva, a nivel nacional e internacional.

El otro medio que enfrenta el poder despótico, Une TV, sufre amenazas constantes y ha tenido también cortes de señal. Los trabajadores de ambos medios temen ser víctimas de represalias, como ocurrió en 2009 tras el golpe de estado contra Zelaya.

El pueblo hondureño le pide a la comunidad internacional su solidaridad y atención, fundamentalmente hacia Une TV y Radio Progreso, que se han convertido en cabezas de la red de medios comunitarios que enfrentan la dictadura de Juan Orlando Hernández.