La Asamblea General de las Naciones Unidas condenó por amplia mayoría la decisión de Donald Trump de trasladar la Embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén y el reconocimiento asociado de la Ciudad Santa como capital de Israel.

Tres cuartas partes de los Estados miembros votaron a favor de la resolución. Entre ellos figuran Italia, junto con 25 países de la Unión Europea, entre ellos Francia, Alemania y el Reino Unido. La convocatoria de la Asamblea General fue solicitada por los representantes de Turquía y Yemen, tras el veto estadounidense a un proyecto de resolución similar al Consejo de Seguridad de la ONU.

Al límite de la amenaza está la intervención del embajador de los Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley: «Estados Unidos trasladará su embajada a Jerusalén, y esto es lo correcto. Ningún voto en las Naciones Unidas hará la diferencia. Pero este es un voto que Estados Unidos recordará, recordarán el día en que fueron atacados por ejercer su derecho como nación soberana. Esta votación marcará una diferencia en cuanto a la forma en que los estadounidenses miran a las Naciones Unidas y a los países que carecerán de respeto. Recordaremos esta votación.»

En la Asamblea General, ninguno de los 193 Estados representados tiene derecho de veto, a diferencia del Consejo de Seguridad, en el que los miembros permanentes -China, Francia, el Reino Unido, Rusia y los Estados Unidos- pueden bloquear cualquier resolución.

 

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