Por José Gabriel Feres**

Mucho se ha opinado sobre el voto político del Frente Amplio respecto a la segunda vuelta presidencial. Los más, han valorado su análisis, su transparencia, su posicionamiento de reconocimiento a la libertad de los y las votantes, su llamado a la reflexión y a que cada cual se haga cargo de sus propias decisiones. Pero no han faltado aquellos que han pretendido presentar esa declaración como falta de definiciones y alguno que por ahí se ha referido a ella como “ininteligible o cantinflada”.

Respecto a qué hacer en esta próxima votación, el Frente Amplio expresa:

“Como hemos dicho, no somos ni nos sentimos dueños de los votos de las personas y por eso nuestro primer llamado es a cada uno de nuestros votantes a reflexionar y expresarse en las urnas en esta segunda vuelta de acuerdo a sus propias convicciones y análisis…”

Por su parte y en el mismo sentido, el Partido Humanista señala en su declaración:

“Cada uno y cada una de ese millón trescientas mil personas que dieron su voto a Beatriz Sánchez tendrá que reflexionar y tomar en conciencia su propia decisión, ya que nadie es dueño del voto de otro, sino que sólo del propio.

…Comprendemos a quienes opten por votar en blanco o anular el voto y también a quienes voten contra Piñera y la derecha antihumanista que lo acompaña. Esta es la libertad de opción que creemos corresponde ejercitar hoy frente a esta segunda vuelta presidencial…»

Entendemos que “la libertad del ser humano es ante todo la capacidad de determinar por cuenta propia y sin presión externa, sus conductas y decisiones” y, por otra parte, “la Opción, es la capacidad humana de tomar decisiones libres con el conocimiento de las circunstancias, el planteamiento del objetivo de la acción y los medios idóneos del caso. Esta refleja el nivel de la libertad del ser humano y de la sociedad a que éste pertenece. De este modo, determina la autenticidad de la acción o su falsedad. El Nuevo Humanismo contribuye en la elaboración de hábitos prácticos de vida para realizar opciones de un modo consciente y sin presiones externas.” *

Sin duda esta mirada está muy lejos a la de la vieja política –aquella de los líderes y de las masas– y por tanto es comprensible que sea difícil de entender por esa suerte de “dinosaurios de la historia” que acomodan leyes y manejan medios de comunicación para intentar seguir vigentes. Así, se les hace difícil, por no decir imposible, comprender que el Frente Amplio ponga a disposición de los chilenos y chilenas sus consideraciones, para que, respetando la libertad que cada cual tiene (y que nadie se la otorga, ya que es propia del hecho de ser persona), reflexione y tome responsablemente su decisión.

Ya es hora que no sólo los viejos políticos se vayan para la casa, sino que también los vetustos opinólogos…

Aprovechamos de insistir en que, si bien la gran mayoría de los chilenos no quiere a Piñera nuevamente en el poder, no somos nosotros, el Frente Amplio, los que tenemos la responsabilidad de evitar que la Nueva Mayoría vuelva a entregarle el gobierno ¿Cómo no se preguntan porqué, habiendo ellos gobernado estos últimos cuatro años, estamos enfrentando nuevamente esa posibilidad? No se escucha de ellos la más mínima autocrítica y además, quieren presentar el problema como si fuera de todos. Ellos tienen también que considerar que tienen a su vez gran parte de la responsabilidad en la desafección de grandes sectores de la población respecto a lo político, expresada en una abstención que ya supera el 50%.

Las propuestas de cambio del Frente Amplio fueron ampliamente difundidas y son conocidas por todos, por tanto el candidato Guillier, así como los partidos de la Nueva Mayoría, saben qué es lo que quiere ese 20,27% que votó por Beatriz Sánchez. Si quieren contar con ese respaldo tendrán que reflexionar muy bien lo que dicen y hacen. Acá no se trata de una negociación de dirigencias sino de responder a las demandas expresadas por millones de personas en la reciente elección, que marcan profundas diferencias no sólo sobre medidas puntuales, sino que de un horizonte distinto que se quiere para Chile.

No seremos nosotros su excusa ante un eventual triunfo de esa derecha cavernaria.

* Del Diccionario del Nuevo Humanismo. Silo, 1994.

**Vice Presidente Partido Humanista