Por Fernanda Ortíz

Somos mujeres y no será ni el calor ni el cansancio ni el sistema patriarcal el que será capaz de detener lo que construimos en conjunto, el que nos detendrá para poder ir en busca de las transformaciones que tanto exigimos. Si, somos mujeres y queremos reivindicar nuestras libertades para que finalmente sean respetadas.

Tras varios intentos de unir feministas que estén en busca de eliminar la violencia hacia la femineidad, tanto en mujeres como en hombres o hacia las diversidades sexuales, hoy nos atrevemos a encontrarnos las y los feministas humanistas, que venimos luchando en contra de la violencia y de forma paralela y específica, la violencia contra lo femenino.

Me parece que hay dos puntos importantes, primero el descubrimiento y valoración de nuestras características femeninas en cada una de nosotras y nosotros, que se puede ver presente desde la forma en la que me visto y expreso, hasta como me relaciono con mi familia y la sociedad en general y segundo, la necesidad de trabajar en conjunto con los hombres, reconociendo nuestras diferencias, pero complementándonos en esta lucha, ya que creemos que si queremos un cambio real y profundo en la sociedad, tiene que ser con todos los integrantes de esta misma.

Hoy si estamos vivas las 33 y lucharemos para que nadie muera solo por ser mujer, que levantaremos la voz cada vez que una mujer sea violentada física o sicológicamente, por el simple hecho de haber nacido mujer o por no acatar las normas culturales predispuestas por una sociedad machista y, por lo mismo viviremos para ser felices, para amar a quien queramos, para sentir placer, tanto en el sexo como en los actos cotidianos de nuestras vidas, para ser fuertes y valientes, para ser femeninas, para ser feministas y por sobre todas las cosas para ser humanistas.