Carta del Movimiento por una psicología colectiva

A lo largo del último año, buscamos cumplir el compromiso público asumido de avanzar, profundizar y perfeccionar el proyecto político desarrollado por el Consejo Regional de Psicología de São Paulo (CRP SP), pautando la necesidad de una psicología que pueda dialogar con las demandas sociales brasileñas en un contexto de reflujo y destrucción de conquistas históricas en el campo de los derechos, ampliando el alcance de sus acciones de forma descentralizada, regionalizada e interiorizada, ampliando e innovando formas de gestión participativas, rigurosas y transparentes que hagan frente al proyecto liberal de privatización y mercantilización del espacio público.

En ese proceso, pasamos a lidiar con conflictos de conducción debidos a prácticas arraigadas en la cultura institucional de esta autarquía. Por los principios que nos eligieron para la gestión del CRP SP y por lo que la categoría deliberó en los Congresos Regionales y Nacional de Psicología, enfrentamos arreglos de poder que eran conformados a través de privilegios institucionales, políticos y financieros, en la forma, por ejemplo, de solicitudes a favor de financiación/asociación, demandas por obtención de privilegios financieros a través de los costos de participación, así como el apareamiento de espacios de militancia a partir de autor representación en movimientos.

Como consecuencia, sufrimos intentos de sabotaje y de paralización de los trabajos de la gestión, así como ataques y descalificación personal y profesional. Las estructuras centrales en la organización del CRP SP, a ejemplo de las comisiones de Políticas Públicas, de Derechos Humanos y de Orientación y Fiscalización, dejaron de ejecutar las acciones políticas de su competencia para poder sostener un relato de quiebra de la dirección de la entidad, degradando, en nombre de una disputa por poder, compromisos históricos del CRP SP.

Este proceso culmina, ahora, en un golpe interno que derrumba la dirección del CRP SP para colocar en su lugar a representantes y defensores de los intereses que vieron amenazados sus privilegios, mantenidos hasta entonces a través de la vieja forma de hacer política: a través de acuerdos y monopolización espacios públicos a partir de apenas un grupo político que se considera como «la única psicología progresista de Brasil». Esta intervención tuvo apoyo de consejeros del CFP y de liderazgos del movimiento Cuidar de la profesión.

Consumado el golpe, anunciamos públicamente nuestro rompimiento político con el grupo que pasa a asumir la dirección del CRP SP. Rompemos no por abandonar los principios, las directrices y la plataforma política que nos eligió, sino reafirmándolos en su plenitud. Conocemos el modo de hacer gestión de aquellas que asumen la dirección, pues algunas/algunos ya son coordinadoras/es de núcleos y comisiones, y sabemos que no se pautan en el interés público sino en formas de apropiación privada de la institución. No ejercen en el cotidiano de la gestión los principios y las directrices del proyecto político elegido por la categoría y por eso no lo representan efectivamente.

Rompemos, pero no renunciamos al mandato que nos ha sido confiado por la categoría. Honrando cada uno de los votos que recibimos, seguiremos defendiendo los mismos principios y orientándonos por las mismas directrices. En el ejercicio de la oposición al grupo que asume la dirección del CRP SP, requeriremos, de forma intransigente, que respeten la elección de la categoría cuando definió el proyecto político que debería estar al frente del Consejo.

Rompemos también con el movimiento Cuidar de la profesión por entender que el proyecto que defendemos no comporta el uso de la mentira como táctica de disputa política tampoco personalismos que descalifican e infantilizan la categoría. No admite cabestro o coronelismo. Con una práctica que no corresponde al discurso presentado y reaccionando para sofocar cualquier posibilidad de reinvención de sus prácticas en la gestión, el movimiento, al menos en São Paulo, pasa a adoptar una postura conservadora que no está a la altura de su contribución histórica y del desafío de calificar la inserción de la psicología en la sociedad.

Reafirmamos que este rompimiento no significa abandono de principios, negación de la plataforma política elegida por la categoría o el incumplimiento de lo que la categoría deliberó en sus congresos. También no significa que pasamos a componer o a no alinearnos con cualquier otro grupo o movimiento organizado para las elecciones en el Sistema Consejos de Psicología. Significa que creemos en la posibilidad de construir una alternativa verdaderamente democrática de hacer avanzar el proyecto que defendemos para la psicología y para la sociedad brasileña. Una alternativa en que la defensa de la ampliación de la inserción social de la psicología, de la eficiencia técnica, de la responsabilidad ética y de la ciudadanía sea efectivamente conjugada con una forma participativa, rigurosa y transparente de hacer gestión de las entidades, pautada en el interés público y verdaderamente inclusiva. Una alternativa que reconozca que las exigencias de la sociedad brasileña en ese contexto histórico no admite más el refugio conservador en «métodos» que, colocados más allá de cualquier crítica, se convierten en dogmas. Una alternativa que efectivamente INTEGRA la psicología en la potencia de su diversidad, una psicología COLECTIVA.

São Paulo, 28 de septiembre de 2017

 

Andrea Mataresi

Aristeu Bertelli da Silva

Bruna Lavinas Jardim Falleiros

Clarice Pimentel Paulon

Ed Otsuka

Evelyn Sayeg

Mary Ueta

Maurício Marinho Iwai

Vinicius Cesca de Lima