Me referiré tanto a las Primarias como a la final de la copa confederaciones. Respecto de esta última, considerando las expectativas que se tenían, Chile perdió, objetable o inobjetablemente, pero perdió. El resultado es elocuente. Podemos matizarlo con que fue producto de un error, que el equipo jugó bien, de igual a igual, dominando gran parte del partido, y que mereció ganar. Era la oportunidad, mal que mal Alemania se impuso con un equipo formado por juveniles, en tanto que Chile llegó con un equipo fogueado. Desgraciadamente, goles son amores. Y la expectativa era ganar, la parrilla estaba servida. Nos quedamos con los crespos hechos. Con todo, Chile termina con la cabeza en alto.

Si bien ya se ha iniciado una etapa de renovación con la inclusión de jugadores jóvenes, su columna vertebral siguen siendo Vidal, Sánchez, Bravo, Medel, Díaz, Aránguiz. Habrá que perseverar en este proceso, aunque debemos reconocer que difícilmente volveremos a tener una constelación de estrellas como la que nos ha deleitado a lo largo de estos años.

En lo político, escribo estas líneas cuando recién se cierran las mesas donde la población votó para definir a los candidatos presidenciales de las coaliciones ChileVamos, en representación de quienes defienden el modelo socioeconómico imperante, y del Frente Amplio, representando a los opositores del modelo. Tal como se preveía, no hubo sorpresas respecto de quienes ganarían: Piñera por ChileVamos, y Beatriz Sánchez por el Frente Amplio.

La vara para medir el éxito de ChileVamos estaba dada por su capacidad para convocar a más votantes que en las primarias de 4 años atrás, esto es, sobre los 800,000 votantes; y para verificar si a Piñera le iba bien o no, entre sus propios adherentes se habían propuesto ganar por más del 70% de los votos. De obtener menos de 500.000 votos en estas primarias, se le haría cuesta arriba triunfar en la elección presidencial. En ChileVamos también estarán viendo con lupa la votación de Ossandón, el principal adversario de Piñera por sus punzantes y sostenidas críticas centradas en la puerta giratoria entre los negocios y la política de que hace gala Piñera.

La vara para medir el éxito del Frente Amplio es más difícil de identificar dado que es primera vez que se presenta en estas instancias. Quizá una medida razonable sería contrastar la votación que alcance Piñera con el total de votos que logre capturar el Frente Amplio (FA). También habría que ver cuántos de los votos obtenidos por el FA provienen de quienes habitualmente se abstienen. Esto último desafortunadamente no será un dato fácil de conseguir, sobre todo en lo inmediato. Por tanto, si la suma de la votación de Beatriz Sánchez y Alberto Mayol se acercara a la de Piñera, dejaría muy bien posicionado al Frente Amplio de cara a las elecciones de noviembre; de lo contrario, se le pone pesada la pista. Beatriz ganó contundentemente, por lo que no se ven dificultades para que el total de votos del FA se sume a ella.

Quienes no participaron en estas primarias, y que están vinculados a los partidos que conforman la Nueva Mayoría, deben estar analizando lo que está saliendo de esta jornada. Le interesará que Piñera no salga fortalecido, esto es, que no alcance el 70% de los votos en su coalición y que sus votos no sumen más de 500.000; también le interesará que el total de votos del Frente Amplio no alcance a superar los 300.000 votos. De darse estas condiciones, los partidos de la Nueva Mayoría (DC, PS, PPD, PR y PC) pueden estar frotándose las manos y darse por “ganadores” sin haber participado en las primarias. Esto, aun cuando sigan sin ponerse de acuerdo respecto a la candidatura presidencial, al programa que se proponga al país, y a la lista parlamentaria. De lo contrario, los partidos de la Nueva Mayoría pueden ir preparándose para perder su hegemonía.

ChileVamos por su parte, tendrá que hacer el trabajo de cicatrizar las heridas que dejó una campaña en la que se dieron con todo. No será fácil sumar a Piñera los votos que logró Ossandón, dado que no obstante estar en una misma coalición, sus estilos, personalidades y enfoques, son diametralmente distintos.

Chile perdió en fútbol, pero ganó en política dado que las Primarias se lograron desarrollar con normalidad y tranquilidad para escoger a dos de quienes los representarán en las próximas elecciones presidenciales de noviembre