Por Sergio Alvez 

Ocho trabajadoras de la empresa de limpieza SINA SRL decidieron denunciar la brutal explotación laboral que padecen en el Hospital de Jardín América, Misiones. Ocurre a días de que se cumpla un nuevo aniversario de la muerte impune de dos trabajadores de limpieza de otra empresa contratada por el Estado: SIP. El Estado provincial y su complicidad con empresas que vulneran derechos, pagan salarios de hambre y exponen a riesgo de vida a sus empleados.

  1. A mayo de 2017, las trabajadoras de la empresa de limpieza SINA SRL –8 mujeres en total– que prestan servicio en el Hospital de Jardín América (Misiones),  perciben una paga mensual que representa apenas el 37 por ciento del Salario Mínimo Vital y Móvil: 3 mil pesos. Trabajan 8 horas por día, de lunes a lunes y cuentan con dos francos por mes. Desde el viernes 5 de mayo, se encuentran de paro, reclamando por condiciones dignas de trabajo y porque encima, les deben dos meses de sueldo. El caso muestra a las claras el brutal fraude laboral de la tercerización en Salud Pública y la complicidad de un Ministerio de Trabajo provincial que mira para otro lado.
  2. “Me limpian el hospital y se van, porque ustedes van a volar” cuentan las trabajadoras que les dijo el director del Hospital de área Nivel II de Jardín América, Gustavo Alvarez, ofuscado por la decisión de las trabajadoras de la empresa SINA SRL, de hacer público el reclamo salarial y dar a conocer la situación de precarización y explotación laboral que padecen. “Tanto el director como el ministro de Salud Pública saben que nos pagan una miseria, saben que estamos siendo explotadas, saben que a veces ni guantes hay para trabajar, y todos hacen la vista gorda y encima nos amenazan” advierten desde la asamblea.
  3. SINA SRL, la empresa que explota y adeuda salarios a las trabajadoras de limpieza en el Hospital de Jardín América está radicada jurídicamente en la localidad de Garupá como una empresa cuya actividad principal es “Servicios de Seguridad e Investigación” y que como actividad secundaria presta “Servicios de Limpieza de edificios”.  Está vinculada a las licitaciones públicas –tanto en Seguridad como en Limpieza– con el Estado misionero desde el año 2011, a través de contratos millonarios. Las denuncias por precarización y explotación laboral no son nuevas contra esta empresa. Sin embargo la complicidad del Ministerio de Trabajo permite que la situación permanezca inalterable.
  4. La (ir)responsabilidad del gobierno provincial de Misiones –desde 2003 el Frente Renovador de la Concordia–  en la contratación de empresas que vulneran todos los derechos laborales y exponen a sus empleados a riesgos extremos, tampoco es novedosa. En 2008, Ricardo Caballero realizaba tareas de limpieza como empleado de la empresa SIP en un geriátrico público de Villa Lanús. Se intoxicó por manipular insumos indebidos, por no contar con las medidas de seguridad necesarias. Fue internado y pocas horas después  falleció. Otra de las víctimas fue Andrea Pérez, madre de tres niños que realizaba tareas en el Hospital Madariaga. Fue hospitalizada el mismo día que Ricardo, permaneció una semana internada y también falleció. Esa misma semana cuatro empleados tuvieron que ser internados al presentar dolencias similares y cuadros de intoxicación. El caso permanece impune y SIP sigue prestando servicios.
  5. Las trabajadoras de limpieza del hospital de Jardín América vuelven a poner en la discusión pública una coyuntura que exhibe con claridad que el Ministerio de Salud Pública de Misiones es un agente que promueve en su seno la explotación laboral. Esto abarca ya no sólo a las y los trabajadores de empresas tercerizadas, sino al propio personal. Un caso patente, donde la precarización,  los salarios de hambre y la explotación se conjugan con la violencia de género, es el de las promotoras de Salud. Cuenta Victoria Ruiz, promotora de Salud dependiente del Ministerio de Salud Pública de Misiones: “Podríamos decir de esclavitud. En principio porque no nos reconocen como trabajadoras sino como becarias, y eso nos quita todos los derechos a pesar de que en la práctica claramente somos trabajadoras. Y de maltrato. Nos hacen trabajar muchas más horas que las cuatro establecidas, sin los elementos e indumentaria necesarias, por un sueldo muy magro, el peor salario de toda la Salud Pública del país, y nos niegan derechos básicos, como la licencia por maternidad por ejemplo. Estamos totalmente precarizadas. Es un régimen violento.  El gobierno provincial ejerce violencia de género contra las promotoras de Salud. Vivimos promocionando derechos de lactancia, derechos que tienen las madres y las mujeres y nosotras no tenemos esos derechos porque el propio Estado que es nuestro empleador nos lo niega”.
  6. Al cierre de esta crónica, las trabajadoras de limpieza seguían en huelga. Su espacio de trabajo, fue intervenido y las autoridades del hospital cambiaron las cerraduras. Se trata de una tapera insalubre donde se guardan los precarios elementos de limpieza. Además de ellas, dos trabajadores de seguridad a los que la misma empresa les adeuda salarios, también se plegaron al reclamo.