MOVIMIENTO DE APOYO A SIRIA

Los participantes en la Conferencia por la Paz y la Solidaridad con la República Árabe Siria, reunidos en Madrid, los días 29 y 30 de abril, habiendo analizado y discutido en conferencia las causas y consecuencias de la guerra impuesta a la República Árabe Siria.

Reafirmando, su compromiso con la paz, con la lucha antiimperialista y con el pueblo de Siria y sus instituciones legítimas.

Considerando que la guerra que sufre Siria desde hace seis años no es fruto de revolución popular alguna, sino una guerra de agresión extranjera, decidida y desarrollada por potencias imperialistas lideradas por los Estados Unidos de Norteamérica, Francia y Reino Unido para destruir la soberanía e integridad de este país, volverlo a convertir en una colonia y liquidarlo como Estado y sociedad.

Considerando que esta guerra emplea todas las formas posibles de agresión para doblegar a su pueblo y destruir su Estado: sanciones económicas por parte de la Unión Europea; invasión por un ejército terrorista internacional apoyado por dichas potencias, que comete graves violaciones al Derecho Internacional; agresiones militares directas por parte de estas mismas potencias llamadas “coalición”; agresiones e invasión por Israel y Turquía; intentos de desmembrar su unidad; destrucción de su economía, de su sociedad y de sus valores, todo ello sostenido por un ejercicio de desinformación mediática sin precedentes.

Considerando que los Estados Unidos, Francia y Reino Unido, al desatar la agresión contra la Siria independiente buscan consolidar su hegemonía política en Oriente Medio; destruir el último Estado árabe de línea antisionista y antiimperialista; proteger a sus Estados clientes regionales como Turquía, Israel, Arabia Saudí, Qatar y Jordania que han sido activos agentes de la desestabilización de Siria, y golpear indirectamente a los países y movimientos vinculados a la resistencia al imperialismo.

Considerando que la destrucción de la República Árabe Siria sería una tragedia para la Humanidad entera, el fin de una antigua civilización rica en valores culturales y sociales, la muerte de millones de personas, el saqueo de sus riquezas, el sometimiento de los supervivientes a una tiranía medieval y la extensión de la guerra y el terrorismo por el mundo, sin que nuestro país se viese libre de consecuencias trágicas similares a la masacre de los trenes en 2004 en Madrid.

Afirman que la resistencia de Siria, su gobierno, ejército y pueblo son necesarios para frenar la expansión imperialista y el caos terrorista en el mundo.

Afirman que dicha resistencia está ampliamente amparada por el Derecho Internacional y la moral universal, es justa y debe ser apoyada por todas las fuerzas de paz.

Afirman que Siria tiene derecho a defenderse y que el Derecho Internacional legitima al gobierno sirio para solicitar el apoyo internacional que estime conveniente para enfrentar y derrotar la agresión extranjera que sufre.

Afirman que las fuerzas de paz tienen el derecho y el deber de organizar la solidaridad con la resistencia del pueblo y el gobierno de Siria, empeñada en mantener la soberanía, la integridad territorial, la seguridad y la paz en su territorio.

Afirman que seis años de guerra y sufrimiento señalan la urgencia de consolidar la vía de la negociación abierta para dar una oportunidad a la paz, el camino que inicie la reconstrucción del país, y el proceso donde sean los sirios quienes decidan su futuro. La Conferencia mantiene que esa ardua, urgente y laboriosa reconstrucción del país debe ser financiada en buena parte por los países que impusieron la guerra al pueblo sirio.

Mientras ese momento llega, es urgente ayudar a los refugiados de la guerra, para acogerlos en Europa, con programas efectivos aprobados por la Unión Europea y por los gobiernos de cada país miembro, trabajando, al mismo tiempo para hacer posible su retorno a Siria en el más breve plazo.

Dicen al legítimo gobierno de la República Árabe Siria y a su pueblo que, al margen de la posición de nuestro gobierno, los ciudadanos de este país no son enemigos sino amigos de la paz, y entienden las razones por las que Siria resiste desde hace seis años contra la agresión extranjera que sufre.

Dicen al legítimo gobierno de la República Árabe Siria y a su pueblo que hacen suyos los enormes sufrimientos humanos que han asumido desde 2011 para no perder su soberanía ni los valores de su sociedad que son los de la resistencia, la unidad, la integridad territorial, el arabismo, la multiconfesionalidad, la igualdad de género y la paz.

Instan al gobierno español a impulsar el levantamiento de las sanciones impuestas por la Unión Europea contra Siria.

Instan al gobierno español a que restablezca plenas relaciones diplomáticas a nivel político entre ambos países.

Instan al gobierno español a que no permita que desde suelo español salga, ni se organice agresión bélica ni terrorista alguna contra la República Árabe Siria.

Instan al gobierno español a que sus buenos oficios contribuyan a impulsar una vía diplomática que conduzca al fin de la guerra en Siria.

Instan al gobierno español a que provea ayuda humanitaria a la población civil que sufre las consecuencias de esta guerra injusta contra Siria, ya sea en territorio sirio o donde haya tenido que ponerse a resguardo para no perder la vida.

Instan al gobierno español a que revise relaciones con aquellos países reaccionarios, que propalan ideologías radicales que inspiran el terrorismo y que se empeñan en seguir agrediendo a la República Árabe Siria.

Por último, resuelven promover la amistad y la solidaridad con el pueblo sirio y sus instituciones y llaman a construir con urgencia un movimiento internacional de solidaridad que se exprese en centros de trabajo y medios de comunicación, en conferencias y manifestaciones que denuncien ante la población la ignominia de una guerra impuesta y de unos gobernantes que se comportan como tratantes de la destrucción y del odio, y que se haga llegar la exigencia del fin de la guerra a gobiernos e instituciones internacionales.

Llaman a redoblar los esfuerzos en favor de una paz justa y una solución política negociada más pronto que tarde.