Fotos: Valdir Silveira

Se realizaron actos públicos en las capitales de todos los estados y suspensión de actividades en protesta contra la Reforma Previsional en discusión.

El argumento del gobierno es que la actual previsión social es deficitaria y está en quiebra porque sus pautas no han sido acordes al aumento de expectativa de vida de los brasileros. La tesis es rechazada por diversos especialistas.

Aquí el enlace a una entrevista sobre el tema (en portugués) del blogger Leonardo Sakamoto con especialistas.

Entre otras cosas el gobierno no menciona que diversas empresas acumulan millonarias deudas con el INSS (Instituto Nacional de Seguridad Social). Al mismo tiempo, contra la voluntad –créase– del Ministro de Trabajo, se logró y divulgó a través de la Ley de Acceso a la Información (LAI) la «Lista de transparencia sobre el trabajo esclavo contemporáneo», que revela las empresas que fueron procesadas a causa de comprobarse trabajos asimilables al régimen de esclavitud y que tuvieron fallos administrativos definitivos.

Aquí la lista de empresas (en portugués).

La reforma previsional impone a los trabajadores una perspectiva de jubilación integral inalcanzable para amplios sectores. Por ejemplo: para que un trabajador acceda a la jubilación integral, necesitaría aportar durante 49 años. La edad mínima para jubilarse debería ser de 65 años y haber trabajado un mínimo de 25, para obtener 60% del salario integral.

Es decir: no se espera que nadie se jubile integralmente, también porque en Brasil después de los 50 años difícilmente se consigue empleo en muchos sectores. Todo lleva a creer que la reforma responde al lobby de los bancos, aseguradoras y jubilación privada.

No será fácil lograr la aprobación en la Cámara de una reforma tan impopular, especialmente en el año previo a las elecciones legislativas estatales y federales. Así, el gobierno parece haber recurrido a una evidente maniobra de distribuir cargos y obtener apoyo de la mayoría de los congresistas en Brasilia, para garantizar la aprobación de la medida.

Es en este contexto que se organizaron diversas manifestaciones, huelgas de maestros y de otros sectores en diversas ciudades del país para evitar esa aprobación.

En la capital de Río de Janeiro diversos gremios, principalmente educadores de los sectores público y privado, iniciaron una huelga. En el acto estuvieron presentes diversas entidades de clase, sindicatos, movimientos sociales, partidos y personas de diversas edades en buen clima.

El acto finalizó frente a la estación de trenes Central do Brasil, lugar simbólico para los trabajadores.

Al momento de la concentración, la policía dio inicio a la tensión. Un grupo de anarquistas respondió. Hubo incluso un desacuerdo entre la CUT (Centra única de trabajadores) y los anarquistas, por pensar que el ataque había surgido de ellos. Después, el problema se diluyó.

Pero ya era tarde, y la policía siguió lanzando bombas de gas lacrimógeno para dispersar a la multitud.

La noche siguió con enfrentamientos entre policías y anarquistas, que usaron las tácticas Black Bloc contra las vidrieras de bancos y edificios corporativos.

Es la cuarta vez que la policía enfrenta la misma situación, en el mismo lugar. No creo que no sean capaces de detener la destrucción, lo que hace sospechar que su intención sea precisamente generar ese clima de destrucción y caos irrefrenable, tal vez para justificar en endurecimiento de leyes y la tipificación de terrorismo para actos de este tipo, con apoyo de la sociedad. Esperemos los ecos.

El 2017 estará marcado por intensa lucha. Los ataques a los derechos son constantes, exagerados y comprometen el futuro de amplios sectores de la sociedad que ven amenazada la calidad de vida que ganaron en la última década, lo que genera una sensación general de mucha inseguridad. Ojalá eso motive una incansable lucha por derechos y el total rechazo a estos retrocesos.

Siguen los registros. Primero un video panorámico y luego las fotos del acto: