Por Partido de los Trabajadores | Traducción de Pressenza

El pasado viernes (3) la esposa del ex presidente de Brasil Lula da Silva, falleció víctima de un accidente cerebro vascular. Lula recibió el apoyo de miles de personas que le hicieron llegar su solidaridad desde todas partes del mundo. Muchas de ellas, además, asistieron al velatorio que se realizó en la sede del Sindicato de Metalúrgicos del ABC, en San Bernardo del Campo, Gran San Pablo, donde Lula y Marisa se conocieron y militaron. Sigue la reseña del PT, sintetizando el homenaje de Lula a su compañera.

 

El velatorio y los homenajes a Doña Marisa reunieron este sábado a miles de personas en el Sindicato de Metalúrgios del ABC, en San Bernardo del Campo, San Pablo. El ex presidente Lula recibió la solidaridad y el abrazo de militantes, dirigentes, colegas y familiares durante toda la ceremonia.

En homenaje a Marisa, una corona de flores firmada por Lula con la frase: “ahora el cielo gana la esttella que iluminó mi vida”.

Al finalizar la ceremonia, Lula agradeció a todos los que estuvieron en el lugar y a quienes enviaron manifestaciones de apoyo. Lula recordó la importancia del sindicato en su historia.

“Ustedes no tienen dimensión de la representatividad de este espacio en mi vida. Aquí aprendí a hablar, aquí le perdí el miedo al micrófono, aquí decidimos combatir la dictadura militar, creamos el nuevo sindicalismo, pensamos en construir la CUT y el PT, aquí diseñamos todas las huelgas que hicimos y a partir de aquí salió la inspiración para que muchos sindicatos del Brasil se transformaran en sindicato”, recordó.

“Aquí conocí a Marisa. Aquí me casé con ella. (…) Aquí tuvimos a nuestros hijos y aquí Marisa fue base para que yo me transformara en lo que me transformé”, siguió el ex presidente.

Lula exaltó el compañerismo de Marisa Leticia, que lo apoyó y permitió que llegara a la Presidencia de la República. “Yo soy resultado de esa muchacha que parecía frágil y que me garantizó que yo podría viajar, que ella se encargaba de los hijos”, afirmó.

El ex presidente citó diversos momentos de la historia del matrimonio, como el nacimiento de los hijos, que el acompañó siempre a la distancia, imposibilitado de asistir a los partos.

 “Yo asumí con ella el compromiso de asistir al parto de Luis Cláudio (el hijo más chico) y cuando estaba en la clínica me llama un compañero diciendo que teníamos una reunión urgente. Le pedí disculpas a Marisa otra vez y le dije ‘mi amor, esta tampoco es la vez’. Cuando volví al hospital, ya había nacido”.

 “Yo voy a seguir agradeciendo a Marisa hasta el día en que no pueda agradecer más. Y espero encontrarme con ella con ese mismo vestido que elegí para ponerle, para mostrar que no tenemos miedo de usar el rojo”.

Al final del discurso Lula condenó los ataques contra la ex primera dama. “Tengo 71 años y quiero probar (la verdad), para que los facinerosos que dijeron mentiras contra Marisa, tengan un día la humildad de pedirle disculpas”.

 “Tengo la conciencia tranquila, estoy seguro de la conciencia y del trabajo de mi mujer. Querida compañera Marisa, descanse en paz porque su “Lulinha paz y amor” va a seguir peleando para defender su honra y su imagen”.

Dom Angélico, obispo católico de la Diósesis de Blumenau, participó, junto a outros representantes de diversas religiones, de uma ceremonia religiosa dedicada a Marisa Letícia.

El presidente nacional del PT, Rui Falcão, homenajeó en nombre de todos los petistas a la ex primera dama. «Marisa fue compañera y luchó hombro a hombro con el presidente Lula. No era aquella mujer que se quedaba atrás. Ella tenía vida propia, conocía las luchas de los trabajadores», resaltó Falcão al desearle fuerza al ex presidente Lula.

Ver también Marisa era una guerrera.

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