El 25 de diciembre del 2016, nacimiento de Jesús de Nazareth y por ello celebración de la Navidad en el mundo de las tradiciones judeo-cristianas, se cumplió un mes exacto del fallecimiento de Fidel Castro Ruz.

Si bien los funerales y el duelo nacional duraron nueve días y más tarde el pueblo continuó con visibles muestras de dolor – a una semana del entierro aún se podían encontrar en toda la isla no pocas casas con banderas cubanas, fotos del líder y carteles con el letrero Yo soy Fidel -, el gobierno ha decido bajarle el tono a las festividades navideñas y de advenimiento de año nuevo.

En los pueblos del centro del país se ha sentido con gran impacto esta medida. Remedios y Zulueta, dos poblaciones de la provincia de Villa Clara, han perdido la posibilidad de celebrar en tiempo sus típicas parrandas.

Remedios, una de las siete villas fundacionales de Cuba, celebra cada año entre la noche y madrugada del 24 para el 25 de diciembre un enfrentamiento con carrozas, fuegos artificiales, pirotecnia múltiple, música y juerga entre los barrios del Gavilán del Carmen y San Salvador.

Tanto las canciones A noite dos mascarados de Chico Buarque, como Fiesta de Joan Serrat y la Teoría del Carnaval de Mijaíl Bajtin, se pueden vivir en tiempo real en esta ceremonia.

Durante los doce meses en pura y dura secritud, y tejiendo hasta una red de espionaje, ambos bandos confeccionan sendas carrozas – llamados trabajos de plaza-, basadas en alguna temática especial la cual no se repite más. Sobre las plataformas bailan las muchachas más bellas escogidas con anterioridad.

En Zulueta, Guanijibes y La Loma son los contendientes. Una población de unas pocas centenas de personas se visten de rojo y azul cada equipo –algo que empleaban los antiguos partidos conservador y liberal para las campañas electoreras-, la práctica de las carrozas y la pirotecnia es igual que la de sus vecinos remedianos. Gana el bloque que más cohetes lance desde que salen las carrozas hasta que amanece.

Sin embargo, con el duelo extendido se ha pospuesto todo. No será hasta enero que las celebrarán.

Inlcuso, dicha medida ha sido adoptada por algunos centros laborales. Más que una propuesta sindical a petición de la masa trabajadora parece una decisión de la dirección.

Algunos coinciden con lo establecido y creen que es muy temprano para un jolgorio como los de Remedios y Zulueta, donde hasta el turismo internacional asiste en paquetes vendidos por las turoperadoras.

Si bien esto puede ser cierto y una fiesta de tamaña proporción a solo un mes de los tremendos funerales se pudiera ver como hipocresía, festejo reprimido de los opositores o doble moral, quien comprenda el espíritu festivo de la nación cubana no se debe asombrar de nada y saber ante todo que se deben tomar con total sinceridad, tanto el respeto y duelo por Fidel Castro, como las fiestas navideñas y de año nuevo.

Así es el Caribe. Así lo entendió Alejo Carpentier desde lo real maravilloso y Gabriel García Márquez desde el realismo mágico.

Cuenta el mencionado escritor colombiano en su libro Vivir para contarla, que durante el alzamiento general en Bogotá tras el asesinato del líder popular Jorge Eliécer Gaitán el nueve de abril de 1948 y ante tanta violencia vista, decidió partir hacia la costa caribe, de donde era originario.

Tras llegar a Cartagena de Indias, el futuro Premio Nobel de Literatura se encontró con un fenómeno imposible en Rusia o Alemania: ante la ausencia de poder y quizá a modo de una rebelión lúdico-hedonista, la ciudad era una fiesta.

Cuba, archipiélago del Caribe, también existe desde la sinergia placer-dolor/dolor-placer y por ello ha sobrevivido a embates que solo quien haya vivido la isla se puede explicar.

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