Nora Cortiñas, titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, comentó este martes sobre el anuncio de la desclasificación de documentos de la Iglesia Católica y su implicación con los delitos cometidos durante la dictadura, “es una buena noticia, esperada muchos años, y es un modo de ir desandando la historia desde la verdad”.

Ayer el Vaticano y la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) anunciaron el término del “proceso de organización y digitalización” de esos documentos y que próximamente se abrirán a la consulta de las “víctimas y familiares directos de los desparecidos”.

“Tendremos que ver cómo se presentan”, adelantó Cortiñas en radio La Red, quien recordó que “hubo curas que integraron el Terrorismo de Estado”.

Entre ellos, citó a Pío Laghi (Nuncio en Buenos Aires desde julio de 1974 a diciembre de 1980) quien “estaba al tanto de todo lo que ocurría porque jugaba al tenis todos los días con (el genocida, Emilio) Massera”, citaba Info News.

La luchadora por los derechos humanos desestimó el concepto de reconciliación instalado durante los años noventa, que representa la impunidad. Ella considera que lo primero que debe trabajarse es la verdad y la justicia. Y remarcó que muchos religiosos eran testigos de lo que ocurría en los centros de detención ilegales y nunca contaron lo que allí vieron.

Cuarenta años después de que comenzaran los pedidos de información a la Iglesia Católica por lo que estaba ocurriendo en la dictadura cívico-militar de 1976 al 1983, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), junto al Vaticano, habilitaron sus archivos de esos años oscuros de la historia argentina. Se tratan de documentos, sobre cerca de 3000 casos y que estarán a disposición de familiares, víctimas y de la justicia.

El arzobispo José María Arancedo negó que hubiera habido complicidad con los dictadores y prefirió justificar que “tal vez la Iglesia no hizo todo lo que podría haber hecho” pero que en esos papeles seguramente aparecerán “más luces que sombras”.

“No está ausente el mea culpa y el pedido de perdón por lo que no se hizo”, dijo ayer el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli. El Vaticano adelantó la fecha de la desclasificación que, por ley, debe realizarse a los 50 años.

“Este trabajo se ha desarrollado teniendo en cuenta como premisa el servicio a la verdad, a la justicia y a la paz, continuando con el diálogo abierto a la cultura del encuentro en el pueblo argentino” informaron.

Luego de asumir como Papa, Bergoglio modificó la legislación del Vaticano para que sus archivos pudieran servir como pruebas en causas judiciales, pero siempre a partir del pedido de jueces o fiscales. Así llegó, por ejemplo, una carta del obispo Enrique Angelelli al expediente en el que se investigaba su asesinato, indicaba el diario argentino Página/12.

También el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel y fundador del Servicio de Paz y Justicia se mostró conforme con la decisión eclesiástica.

El artículo original se puede leer aquí