Con este eslogan y al mismo tiempo que el Parlamento elegía una vez más como presidente a Mariano Rajoy, ha tenido lugar en Madrid una manifestación como protesta por esta investidura. Una manifestación que se ha desarrollado pacíficamente mientras cientos de policías rodeaban el Congreso para «proteger» no se sabe de qué a los señores diputados.

 

Fotos de Verónica Simón y Paloma Barainca

Mariano Rajoy ha llegado al gobierno con el apoyo de la abstención del Partido Socialista y ha recibido este apoyo pese a que ha seguido defendiendo que aplicará las políticas que vienen dictadas desde Bruselas, políticas que ya han sido anunciadas y que implicarán nuevos recortes en pensiones, educación, sanidad, etc. en los próximos meses.

Esto ha ocurrido cuando los casos de corrupción del Partido Popular de Rajoy son innumerables y públicos; después de cuatro años de recortes salvajes mientras se entregaba el dinero de las pensiones públicas a la banca, por ejemplo; pese a la llamada Ley Mordaza que ha recortado la libertad de expresión y manifestación; pese al NO al apoyo a su investidura durante meses y en campaña electoral por parte de los socialistas, y lo más grave para ellos, a pesar de que esta decisión asumida por la mayoría de la bancada socialista después de un golpe de mano, llevada a cabo por el ex-presidente Felipe González y su seguidora Susana Díaz, haya supuesto la fractura interna del mismo.

Todas estas decisiones de los socialistas han generado el descontento de millones de sus votantes y la frustración de toda la izquierda española en general.

Ha sido un día que muchos han sentido de «traiciones» y de la imposición de ciertas oligarquías que nunca han dejado de servir a los intereses de los poderosos, llámense populares o socialistas.

Todo ello es lo que ha hecho que miles de personas de distintas tendencias hayan salido a la calle a manifestar su descontento con las políticas cada vez más alejadas de la decisión popular, que nacieron con la Constitución de 1978 y que ya el Movimiento de los Indignados cuestionara tan fuertemente.

Lo que ha pasado en la Cámara de los Diputados y la tensión que se ha vivido dentro; la cara de decenas de diputados socialistas contradiciendo a su conciencia; las acusaciones de traición; la renuncia de Pedro Sánchez (ex-secretario general del Partido Socialista), etc. es una muestra de las consecuencias de la imposición de acuerdos cupulares en contra de la voluntad de la mayoría de la población votante.

Vienen tiempos difíciles para millones de personas en este país, tiempos de ajustes y pérdida de derechos, pero con ello también la necesidad más urgente cada día de dar paso a una democracia directa, superando a ésta que se dice representativa y que sólo defiende a los intereses de minorías privilegiadas.