Esa es la pregunta que nos hicimos en el conversatorio del sábado 22 de octubre, en la Escuela República de Panamá. La actividad estuvo enmarcada en el mes de la No Violencia y busca generar un espacio de encuentro y reflexión con toda la comunidad educativa, los vecinos del Barrio Yungay y todas las personas que quieran participar de este espacio de intercambio.

La iniciativa fue organizada por CoPeHU Chile (Corriente Pedagógica Humanista Universalista), quienes han desarrollado durante todo el mes diversas acciones con profesores, niñas, niños y adolescentes en diferentes espacios educativos.

Sin duda abordar el tema de la violencia es una necesidad de nuestros tiempos, cada vez hay más deshumanización, las personas están agresivas, complicadas, aceleradas, estresadas. Sin embargo, conectar con lo humano de cada uno es un bálsamo que nos hace recordar que un mundo no violento es posible.

Cada vez que diferentes personas llevan adelante acciones de humanización, se va generando una nueva cultura, una nueva sensibilidad, vamos construyendo un nuevo paradigma donde el ser humano debe ser el valor central.

Hoy podemos ver que la violencia no es sólo física o psicológica, podemos observar las diferentes formas en que se manifiesta, la violencia racial, de género, religiosa, económica, entre otras, comienzan a ser evidentes. Grandes mujeres y hombres han logrado hacer transformaciones con la metodología de la No Violencia activa, Silo dice: “Únicamente podrás terminar con la violencia en ti y en los demás y en el mundo que te rodea por la fe interna y la meditación interna. No hay falsas puertas para acabar con la violencia”

Porque la violencia está en uno, en los demás y en el mundo. Entonces la reflexión es: ¿Cómo salimos de nuestra propia violencia? La propuesta del “Humanismo Universalista” es: con la Coherencia interna; pensando, sintiendo y haciendo en una misma dirección, a través de esta meditación y práctica no sentiremos esa sensación de traición que experimentamos cuando actuamos en contradicción, lo que nos genera violencia con nosotros mismos. ¿Cómo salimos de la violencia interpersonal?, la respuesta es antigua: “La Regla de Oro”, el tratar a los otros como te gusta que te traten es una frase que resuena desde las religiones más antiguas. Finalmente, ¿Cómo enfrentamos la violencia social? La propuesta es la coherencia social, unirse en base a una nueva solidaridad, basada en la reciprocidad, en donde quien recibe ayuda, luego está dispuesto a brindarla, alentando a la comunidad a crear ámbitos en donde pueda desarrollarse la comunicación, el intercambio y la organización para dar respuestas a las necesidades más inmediatas.

Por esta razón, es evidente la importancia que tiene generar acciones en las escuelas, donde se encuentran las generaciones, donde se produce el aprendizaje, donde se construye el futuro, donde podemos plasmar nuestras aspiraciones para ese horizonte querido por todos.

Las profesoras que han desarrollado actividades este mes, son un ejemplo de cómo podemos ir sembrando lo nuevo. Niñas, niños y adolescentes han generado entusiastas y diversas propuestas para superar lo antiguo y sentar las bases de un mundo más humano y no violento.