Por Roger Cama

Estamos en una época en donde todo se ha descubierto, absolutamente todo. Es maravilloso, ya que se puede tomar conceptos enteros a voluntad y plasmarlos en lo que uno quiere desarrollar. Solo desde la ciencia ya se tiene un amplio abanico de respuestas. Pero la humanidad mayormente resuelve las cosas con respuestas que están en un anaquel, toda respuesta esta manufacturada. Solo se piensa en ir a comprar la solución, y ya. De hecho, esa solución tiene un precio, la salud tiene precio, la educación tiene precio, el amor tiene precio, el ser feliz inclusive tiene un precio. Todo el avance científico ha sido mercadeado y convertido en un gran negocio. Parece que todo va a la robotización del ser humano. Ya están fabricando abejas biónicas y un mundo sintético, y en algunos lugares del planeta piensan implantar microchips en las personas, se dice que razones de seguridad. Estas contienen información personal y bancaria.

Pero dentro de todo hay gente interesante, creativa, que investiga, cuestiona, impulsa nuevas corrientes de pensamiento y de acción en diversos campos y saca a relucir la gran mentira que nos envuelve y que consume nuestro tiempo, valioso regalo, nuestro mayor activo.

Ahora se sabe que uno puede tener una perfecta salud ordenando la alimentación y el estilo de vida sin tomar ningún medicamento ni vitamina sintética, y se hace con elementos que tenemos a la mano en el mercado más cercano. Se está tomando conocimiento antiguo que es base para nuevas experiencias, y éstas se potencian con conocimiento actual. En la agricultura por ejemplo se está acuñando el concepto de «Agricultura orgánica regenerativa». Jairo Restrepo, ingeniero e investigador, es uno de los pioneros en ésta época que impulsa una agricultura libre de químicos industriales y enseña a elaborar repelentes, biocidas, abonos naturales enriquecidos con microorganismos nativos del lugar que ayudan sinérgicamente a restablecer el suelo, a aumentar la resistencia a las plagas y hace ver la cruda dependencia que crea la industria agroquímica para afianzar el uso continuo de pesticidas.

Nimer Simeón, un investigador tenaz, nos devela que la alimentación está en desequilibrio por su mala combinación. Estas mezclas producen a largo plazo enfermedades graves. Él nos invita a ordenarla y a vivir plenamente libre de malestares. Nimer plantea que el hecho simple de combinar frutas con harinas y carnes causa múltiples enfermedades, o el exceso o carencia de estos grupos alimenticios causa las enfermedades más conocidas y cotidianas. Nos comparte estos descubrimientos y nos dice que para tener una buena salud es necesario ordenar la alimentación, tener una buena disposición emocional frente a la vida, llevar una buena vida espiritual y tener un sentido en la vida.

El trabajo del filósofo mendocino Enrique Dussel, es maravilloso, ya que el lejos de creerse la visión de la corriente histórica euro centrista y su visión parcial de la historia universal, él hace una completa recopilación de datos históricos en donde aparecen los mesopotámicos, los hindúes y los chinos como grandes naciones portadoras de la ciencia y el amplio manejo de tecnología de la época. Estos datos los ordena y traza una propia ruta histórica; comenzando por oriente, avanzando hacia Europa, cruzando América, sigue la secuencia dentro de ella, y en este momento histórico, él se ubica como latinoamericano, justamente en los Caminos del Inca, sendo pasaje colmado de historia. Como su trabajo es completo y universal, logra ubicar en esa nueva visión histórica a hindúes, orientales, americanos, etc., y les da su real importancia, ya que estos pueblos han contribuido con su conocimiento milenario a la humanidad.

Y así como estas personas inspiradas en su propósito vital que ayudan a crear un mundo nuevo y mejor, hay muchísimas más, y están por allí cocinando algo nuevo para nosotros. Hay que ponerse en onda, hay que ubicarse en el momento histórico actual teniendo una mirada liberadora más allá de los acontecimientos. Produce entusiasmo el hecho de hacer cosas nuevas, cosas hechas con nuestras propias manos, nos hace vibrar en otra frecuencia, donde las guerras y la violencia no tienen sentido.

La felicidad, libertad y el sentido de la vida son intangibles que se logran en base a nuestro estilo de vida ordenado. Se sabe que haciendo buenas acciones y llevando una vida de agradecimiento se vive bien y feliz. No por nada en todas las culturas nos dicen que hay que hacer cosas por los demás para nutrir el alma y agradecer en profundidad, a la vida, a nuestros padres y a todo lo bueno que bondadosamente hemos recibido.

«Las cosas están bien cuando marchan en conjunto» (Silo).

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