Por: César Bejarano y Rolando Cama

Desde la aparición del ser humano, lo que apreciamos es un rotundo éxito de creaciones e innovaciones materiales cada vez más sofisticadas, muchas de ellas innecesarias. Sin embargo, el ser humano no ha fluido a plenitud, no ha logrado generar felicidad y paz permanente.

Nuestras vidas giran sobre un sistema creado por el mismo ser humano, seguramente con buena intención, creyendo que la felicidad se basa en torno al dinero, la competencia y el poder; pero con el tiempo nos ha convertido en esclavos mecanizados.

Este sistema ha encasillado y encerrado a la verdadera esencia que el ser humano posee desde que viene al mundo; y que está oculta debido a que nos dejamos distraer, seducir y dominar por diversos factores externos.

El sistema nos ha insertado imágenes inválidas creando necesidades que no nos permiten disfrutar de la vida; al hacernos luchar por tenerlas y al no lograrlo nos genera temor e inseguridad. Más aún, los medios de comunicación exacerban la violencia con noticias trágicas para, supuestamente mantenernos informados y prevenidos, pero encerrándonos en un pozo lleno de angustia; asimismo, las empresas multinacionales nos hipnotizan con sueños materiales irrelevantes, sueños impuestos, sueños que cuestan tiempo y sacrificios innecesarios.

Nos hacen olvidar que somos dignos de ser felices con cosas simples, que realmente necesitamos discriminar los excesos y el consumismo. Sin embargo, el sistema a través de los medios de comunicación nos hace creer que los lastres materiales nos van a dar esa felicidad que tanto ansiamos.

Encontrar el camino puede ser algo complejo al comienzo, pero una vez iniciado sientes el placer de una verdadera felicidad. Todos tenemos que ser conscientes que tenemos el poder interno para ser felices. La felicidad está en cada uno de nosotros y para disfrutarla tenemos que unirnos en este camino evolutivo. El desarrollo emocional y espiritual aumenta al hacer buenas acciones y cada acción se vuelve fundamental para todos nosotros, cada acción nos dará la agradable sensación de paz.

La fe es la fuerza de nuestra esencia, esto nos lleva a tomar lo mejor de nosotros. El tema es profundizar en una fe profunda, una fe verdadera, no una fe ingenua que nos debilita. Una fe fundamentada, sólida, es la que necesitamos.

Sin embargo, en los individuos, en las sociedades, en el mundo se ha perdido la fe. Esta fue dada a políticos, a las corporaciones, a nuestra gente cercana y fue traicionada; ahora toca volver a apelar a la fe interna, ya que es la fuente que mueve a la acción. Sin la fe interna nos movemos débilmente, sin sentido. En este momento es necesario abrirse al mundo y desarrollarse completamente en todo sentido, es esa dirección la que puede sacarnos de esta crisis personal y social actual.

Pon fe en ti mismo y ponla en la gente que puede ayudarte a cumplir tu propósito, ese propósito que vibra en tu interior; hazte preguntas importantes, toma decisiones importantes, apela a esa fuerza interior y haz que se manifieste, te envuelva y tome la acción con fuerza, bondad y sabiduría.

Continúa poniendo fe en la vida, escoge sabiamente y confía plenamente en las personas; si te traicionan se rompe el acuerdo inmediatamente y te liberas, te abres a nuevas posibilidades, nuevas oportunidades.

La fe es un regalo puesto en cada uno de nosotros, es inacabable y hay que darlo cada día para fortalecernos mutuamente y llevarnos hacia la libertad interna, hacia la felicidad. Todo se mueve por la fe: los individuos, los hogares, los pueblos, el mundo entero.

Cada vez que te sientas mal o que sientas que un problema parece invencible, ayuda a alguien, acude hacia tu hermano y al ayudarlo, te ayudarás; nada es aislado, ve con humildad, da con el corazón y recibirás los mejores dones de esta vida; siéntete agradecido, reconoce esto y te iluminarás.

Recuerda: si logras fortalecer tu fe, verás lo mejor de quienes te rodean. La fe en este mundo no está perdida, solo está guardada y hoy es el día ideal para que aflore y sea tu luz para construir un maravilloso mundo para todos: justo, pacífico, coherente y lleno de felicidad.

Por eso hoy, yo pongo mi fe en ti y confío que harás lo mejor, confío en ti porque me conozco y reconozco eso en ti, y sé que hay una vasta sabiduría en nuestro interior, hay mucha luz, esperanza y paz.

No obstante, recuerda que todo proceso de cambio atraviesa por una crisis, es salir de tu zona de confort; pero una vez superada esta corta etapa, los beneficios son notorios e invalorables para ti y para toda la humanidad.

Nota: Algunas frases fueron tomadas como referencia de los siguientes textos:

  • «El mensaje de Silo», de Mario Luis Rodríguez Cobos (Silo), nos llama a conectarnos con una profunda experiencia humana de sentido, con nuestra fuerza espiritual capaz de cambiar nuestro estado actual y convertirlo en sentido y plenitud; es de libre interpretación y libre acción.
  • «La mirada del sentido», de Dario Ergas Benmayor, Santiago de Chile, Catalonia, 2016. Desarrollo Emocional.