El gobierno de Ecuador condenó los acontecimientos políticos acaecidos en la República Federativa de Brasil, que condujeron a la destitución del cargo, este miércoles, de la presidenta de ese país, Dilma Rousseff, tras un juicio político en el Senado que inició el lunes pasado.

Tras conocerse la noticia, el presidente ecuatoriano, se pronunció en su cuenta en Twitter, donde escribió

«Destituyeron a Dilma. Una apología al abuso y la traición. Retiraremos nuestro encargado de la embajada. Jamás cohonestaremos estas…prácticas, que nos recuerdan las horas más obscuras de nuestra América.

Toda nuestra solidaridad con la compañera Dilma, con Lula, y…con todo el pueblo brasileño. ¡Hasta la victoria siempre!».

En tanto, en un comunicado difundido por la Cancillería, el Gobierno de Ecuador condenó «los acontecimientos políticos acaecidos en la República Federativa de Brasil, que en las últimas horas han resultado en la separación definitiva de su cargo de la Presidenta constitucional Dilma Rousseff, legítima depositaria del mandato popular».

En el texto se rechaza, además, «la flagrante subversión del orden democrático en Brasil, que considera un golpe de Estado solapado» y añade que «políticos adversarios y otras fuerzas de oposición se confabularon contra la democracia para desestabilizar al Gobierno y remover de su cargo de forma ilegítima a Rousseff.

Indica que el espurio procedimiento de destitución llevado adelante en instancia legislativa, que culminó con la decisión de este día, “no cumplió con el requisito fundamental de probar que la mandataria haya cometido delitos de responsabilidad”.

“El Gobierno del Ecuador no puede soslayar el hecho de que un número importante de los decisores en el proceso de juicio político a la Presidenta están siendo investigados por graves actos de corrupción”, añade.

Además, indica que ante estos hechos excepcionales, el Gobierno del Ecuador ha decidido llamar a consultas al encargado de negocios ante la República Federativa de Brasil.

“Estos lamentables sucesos, inaceptables en pleno siglo XXI, suponen un serio riesgo para la estabilidad de nuestra región y constituyen un grave retroceso en la consolidación de la democracia, que tanto esfuerzo y sacrificio ha significado para nuestros pueblos”, concluye el comunicado difundido por la Cancillería ecuatoriana.

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