Cuando entramos en el bar de Kreuzberg donde me ha citado, Michelangelo Severgnini (Crema, Italia, 1974) saluda al camarero con familiaridad y le pide una cerveza en turco. Yo también pido una cerveza, pero en alemán, que es a lo máximo que llego. “En esta sala se reúne el grupo de Podemos”, me explica cambiando el turco por un castellano casi perfecto. En la sala donde vamos a realizar la entrevista se empezó a gestar el proyecto sobre el que vamos a hablar, se trata del documental Línea de Fuga —El Círculo de Podemos en Berlín, que se halla en la recta final de una campaña de crowdfunding para financiar una parte de la producción.

Natalia Ribés: Después de vivir en Turquía y de haber trabajado en distintas partes del mundo, te mudas a Berlín hace un año. ¿Por qué al llegar a esta ciudad, de entre todas las historias que se pueden contar, te interesas por un grupo de españoles que militan en un partido político como Podemos?

 Michelangelo Severgnini: Hay muchas razones. La primera es que hace dos años conocí a un chico que estaba en el grupo de Podemos en Berlín. Él vino a una proyección de un documental que hice en Turquía sobre la protesta de Gezi y desde entonces mantuvimos el contacto. Cuando vine a Berlín nos encontramos y me interesé por el grupo de Podemos. En realidad, estaba trabajando en otro proyecto, pero me di cuenta — esto era el verano pasado— de que esta historia, o la contaba en ese momento, o ya no iba a ser posible, ya que las elecciones iban a ser en diciembre. A partir de entonces fue todo muy rápido porque empecé en septiembre con las grabaciones y básicamente estaba solo. Decidí empezar así por si el proyecto no surgía, por si no era tan interesante. Al principio no estaba del todo seguro, pero tenía la idea de que podía salir algo. Después empecé a involucrar a más personas en el proyecto y ahora  trabajamos con una productora y, tal vez, otra se una al proyecto. Además, estamos con la campaña de crowdfunding y todo eso.

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Otra razón es que hablo un poco de español pero nunca lo utilicé en  mi vida, así que pensé que era raro pero interesante hacer en Berlín un trabajo en español [risas]. Otra razón es que siempre he trabajado en documentales con temas sociales y políticos. Me interesan mucho los movimientos sociales y la democracia directa y, como Podemos tiene en su agenda este tema, tenía mucha curiosidad por ver cómo sus miembros lo trataban.

Pero, claro, hay otras razones: porque estamos en Berlín y el grupo de Podemos de Berlín significa algo distinto al partido. Por ejemplo, yo digo siempre que, cuando estaba en Estambul, para los turcos yo era europeo. Sin embargo, al llegar a Berlín me di cuenta en seguida de que aquí soy un ciudadano del sur de Europa y esto es algo que comparto con los españoles. También comparto las razones por las que muchos de estos chicos y chicas dejaron España, que se parecen a las razones por las que yo dejé mi país. Y estamos viviendo juntos en Alemania, en Berlín. También es un símbolo de lo que está pasando en Europa. Me interesaba mucho el hecho de que aquí es muy fácil encontrar personas jóvenes de otros países de Europa. Y por eso es como un laboratorio, porque la gente habla y comparte sus propias historias y de ahí pueden salir ideas y reflexiones que, cuando vives en tu propio país, no puedes hacer, no puedes entender. Esto me parecía muy interesante.

Después, cuando empecé, descubrí el fenómeno de los ciudadanos europeos que viven en otro país de Europa y participan activamente en un partido político de su propio país. Esto es algo nuevo y yo tampoco me lo imaginaba así. Por lo menos, si hablamos de Podemos, y si hablamos del grupo de Podemos en Berlín, es algo muy relevante, porque estamos en Berlín…, porque está en Alemania… Creo que esto resultará algo más claro en el futuro. Tenemos muy claro qué significa para los europeos del sur emigrar al norte de Europa, es algo que pasó muchas veces en el pasado. Pero  trabajar para un partido de tu país, ahora que tenemos una Europa unida, significa algo más. Porque quiere decir que tu partido, aunque sea un partido español, puede hacer cosas directamente aquí, en Alemania. Cuando tú realizas una actividad con los partidos o  movimientos alemanes — o griegos, o polacos, o italianos— las cosas que cambien aquí tienen influencia inmediata en España porque las políticas europeas afectan a otros países. Este fenómeno me parece que salió muy claro en el documental y yo antes ni me lo imaginaba, porque vivía en Estambul y estaba un poco lejos de estas dinámicas.

Precisamente en los últimos tiempos no parece que haya muchos motivos para sentirse orgulloso de ser europeo, la gestión de la llegada de refugiados es quizá el ejemplo más sangrante. ¿Tú crees que una Europa diferente es posible?

Claro que es posible, y es necesaria. Pero es muy difícil. Yo pienso que hay muchas cosas interesantes en Podemos pero un partido, que surge de los ciudadanos e intenta cambiar las cosas dentro de las instituciones, no lo tiene fácil. Porque yo creo que precisamente el problema de Europa son las instituciones, el sistema. Por ejemplo, el sistema electoral. Yo no creo mucho en la democracia occidental porque me parece que este sistema a la larga cambia a los partidos. Tenemos muchos ejemplos en el pasado de partidos que salieron con la idea de cambiar las cosas y después fueron cambiados. Es un problema general. Creo que, si en el futuro es posible cambiar las cosas, será un cambio histórico. Creo que cada día está más claro que las cosas no pueden seguir así. Solo esta semana han muerto 800 refugiados cerca de la costa italiana. Europa hizo un acuerdo con Turquía para parar a los refugiados allí, pero ahora están saliendo otra vez hacia Italia. Esto es un problema muy grave. Yo conozco Siria y Oriente Medio y creo que las responsabilidades de Europa son muy grandes. Por ejemplo, ahora se habla del derecho de los refugiados a buscar asilo, pero creo que la primera cosa de la que tendríamos que plantear es de su derecho a volver. Si hablamos de este derecho para las españoles y para los italianos, también tenemos que hablar de este derecho para los sirios. Pero cuando te planteas el derecho a volver te das cuenta de que para los sirios, por el momento, no es posible. ¿Y por qué no es posible volver? ¿Qué pasó en Siria? Simplemente acogiendo a los refugiados el problema no se soluciona porque el problema está en el origen. ¿Qué está pasando en Siria? Y Europa, ¿qué hizo? Ésta es la primera pregunta, pero hay muchas más. Vamos a ver cuántas armas se vendieron a países como Arabia Saudí, que después pasó estas armas a los grupos islamistas que están combatiendo y matando a mucha gente en Siria. Después están también  las dictaduras. Pero la manera de solucionar el problema de las dictaduras no es dar armas a gente pobre para que se maten entre ellos.

Yo creo que llega un punto en el que tenemos que darnos cuenta de estas cosas y tenemos que construir una identidad europea porque estamos todos involucrados en lo que pasa. Pero, como yo soy italiano, tú eres española, aquel es alemán, entonces nadie se siente culpable. Ya hay estructuras en Europa que trabajan de forma supranacional, por lo tanto tenemos que empezar a dar una respuesta supranacional.

Volviendo a Línea de Fuga, el documental cuenta la historia de unos jóvenes emigrantes que, por un lado, quieren comenzar una nueva vida en el país de acogida, por otro siguen altamente conectados con lo que pasa en su país de origen, para lo cual la tecnología es fundamental. ¿Crees que la emigración de hoy en día es distinta a la de generaciones anteriores?

Sí, sí, claro. El tema de los medios y de internet es un motivo. El otro es el hecho de que estamos en la Unión Europea. Justamente Podemos hizo una campaña junto a otros grupos de españoles en el exterior diciendo “votad para volver” y éste es el punto. ¿Por qué cambiar España? La mayoría de los españoles que vinieron a Berlín lo hicieron porque las cosas en España no iban bien y por eso ellos saben más que nadie que las cosas tienen que cambiar. Por eso son los más interesados en que el sistema cambie en España y son los que más ganas tienen de trabajar para lograr un cambio. Y creo que esto es muy importante. En el grupo de Podemos en Berlín hay algunos que ya han formado una familia aquí y probablemente optarán por quedarse. Pero hay muchos que quieren volver a España. Pero hasta que las cosas no cambien, no es posible.

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Un elemento presente en varios de tus documentales son las personas que se rebelan contra el status quo, en distintas partes del mundo y con contextos muy diferentes, ¿Qué es lo que te atrae de la acción colectiva?

Sí. Como autor, cuando elijo un tema, a veces lo hago porque me produce una contradicción. Porque llevar a cabo acciones, hacer proyectos con mucha gente, comporta también muchos problemas porque hay dinámicas distintas, porque no es fácil organizar un movimiento de masa. Y yo quiero también observar, aprender. Y también me gustaría algún día poder cambiar mi opinión, porque creo que para llevar a cabo cambios históricos es necesario que toda la gente se mueva, se movilice. Éste es ahora uno de los temas más importantes en Europa: cómo organizamos la voluntad de la gente. Yo creo que la forma de los parlamentos está obsoleta, que no es capaz de dar respuestas a las necesidades de los ciudadanos. Siempre hablamos de la democracia europea pero, al final, yo creo que son “dictaduras a tiempo”, porque durante cuatro o cinco años tienen la posibilidad de decidirlo todo. Y te digo esto como italiano porque, por ejemplo en 2003, hicimos en Roma la manifestación más grande contra la guerra de Irak. Pero al final Italia estaba allí, con los Estados Unidos.

¿Y entonces qué podemos hacer? Yo creo que organizar a muchas personas alrededor de un proyecto es realmente una utopía porque después cada persona tiene su propia historia y tiene también su propia perspectiva. Entonces, es como una ilusión…

Un poco como Don Quijote, como definías al protagonista de El Hombre del Megáfono

Exacto. Yo personalmente tengo estas dudas, pero me fascina cuando veo gente que tiene la motivación para hacerlo y pienso que esta vez voy a aprender algo. Cuando vine por primera vez a esta sala en septiembre había una asamblea y me encontré con un grupo de chicos y chicas que eran muy interesantes, que tenían cosas que decir y que tenían motivaciones. Esto para un autor que hace documentales es la cosa más importante. Porque lo que va a salir de aquí es historia. Porque yo creo que, en su pequeño ambiente, estas personas, aquí, están haciendo historia. Y por mi parte, la historia no se comenta, se intenta contar.

Sí, precisamente, haciendo un repaso a tus documentales, vemos un mosaico de distintos lugares, desde Nápoles a Bagdad, pasando por Argelia o Turquía. Y siempre se intuye un interés por retratar la esencia de una época a partir de pequeñas historias, de gente común. ¿Es esa tu intención?

Sí, claro, absolutamente. Sí, la razón es ésta. No creo en las grandes ideas como motor de cambio. Yo creo en el trabajo de las personas pequeñas que cambian sus pequeñas cosas pero que al final pueden contribuir a un cambio general. Por ejemplo, el documental que hice en Estambul sobre Gezi. Fue un acontecimiento que involucró a mucha gente en Estambul en muy poco tiempo, en una semana. Y yo estaba allí y se podían contar muchas cosas, pero mi impulso fue el de contar la historia de un grupo que tocaba samba. Porque las historias pequeñas te dan la posibilidad de entrar en el fenómeno. Porque si haces una fotografía de frente tienes dos dimensiones: así y así [con una mano describe la base y la altura], pero cuando entras tienes también la dimensión de la profundidad. Las pequeñas historias te dan la posibilidad de estar dentro. Si no, lo que haces son enciclopedias, y eso no es lo que quiero hacer.

La película ya ha sido rodada y actualmente estáis llevando una campaña de crowdfunding para la música y la posproducción

Sí. Hacer un proyecto como éste no es fácil. Me di cuenta de que la cosa más importante que este proyecto quiere contar no es algo que esté todavía presente en la cabeza de la gente. Tuvimos la posibilidad de hacer el proyecto con españoles en España y entonces se nos planteó: “Podemos está aquí, en España, y si queremos comprender a Podemos tenemos que hacerlo aquí, no necesitamos una historia de los que están en Berlín. Qué pueden decir más que los de Podemos aquí en España”.  Y si se lo cuentas a gente que no son españoles podrían pensar: “Estos chicos pierden su tiempo haciendo cosas para creerse útiles”. Y no es así. En el documental queda muy bien reflejado, especialmente en los meses antes de las pasadas elecciones, que el grupo de Podemos en Berlín hizo un trabajo muy importante. De este grupo salieron dos propuestas de ley que fueron incluidas en el programa de Podemos y esto es un ejemplo directo de cómo el trabajo de estas personas es muy importante para España también. Tú conoces bien el problema del voto rogado en España. Significa que los que salen de España, que son los que están más interesados en cambiar el sistema, no pueden votar.

Sí, la participación electoral de los españoles en el extranjero ha descendido mucho desde que se introdujo el voto rogado

Sí, porque ellos son los que quieren cambiar el sistema. Es el sistema que se autodefiende. Y la contribución que surgió de este grupo es algo que desde España no hubiera podido surgir. Porque ellos saben muy bien lo que quiere decir estar en Berlín y estar lejos de su propio país y por eso no creo que sea superfluo contar esta historia. Y como te dije, vivir aquí en Berlín te da la posibilidad de estar en contacto diario con otros europeos de otros países. Esto te da una perspectiva que en España o en Italia nosotros no tendríamos porque no hay ese intercambio, ese compartir que te da la dimensión de lo que significa realmente ser europeo. Que hay reglas en Europa que hacen que, por ejemplo, aunque los griegos voten en un referéndum claramente por una cosa, después Tsipras tenga que hacer otra. Y esto pasa porque las leyes europeas no ofrecen la posibilidad. Esto significa que la lucha en tu propio país es importante, pero si no luchas a nivel europeo, al final no alcanzas tus objetivos. Yo no sé si esto esta claro en España, pero para los miembros del grupo de Podemos de Berlín está muy claro.

Además de dirigir documentales, eres músico y escritor. A parte de terminar Línea de Fuga, ¿tienes otros proyectos en marcha?

Yo hice un documental en Siria en 2005 que todavía se proyecta y muchas personas me animaron a continuar este proyecto contando una historia similar pero once años después. Y bueno, empece a grabar aquí en Berlín porque esa sensación de claustrofobia, del invierno berlinés, es muy importante para el documental. Pero para este proyecto hay que viajar mucho y todo tiene que estar muy cuidado, por eso necesitamos más tiempo. Pero creo que éste será el próximo proyecto.

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