Las organizaciones de derechos humanos que plantean cuestiones relacionadas con las divisiones étnicas en el país «sólo alimentan los enfrentamientos y provocan odio y divisiones», dijo el presidente Mohamed Ould Abdel Aziz, luego de que asociaciones de derechos humanos denunciaran la matanza de 28 mauritanos negros en 1990 que eran acusados ​​de querer derrocar al gobierno.

En una conferencia de prensa, el Jefe de Estado reiteró que sus constantes referencias a las víctimas negras durante los años ’90 «sólo incitan al odio y las divisiones entre los ciudadanos del país». El presidente también reiteró que «la esclavitud en el país ya no existe», al contrario de lo que afirman las ONG, las cuales afirman que, a pesar de que se prohibió en 1991, la esclavitud de los ciudadanos negros oriundos del África subsahariana , denominados «haratin», es un fenómeno que lejos está de ser erradicado del país.

Los haratin, que en Mauritania son considerados como una auténtica casta, son los descendientes de los pueblos esclavizados en la época árabe que provenían de Sudán.

No están integrados en la sociedad, no pueden registrarse para votar ni tampoco enviar a sus hijos a la escuela. En 1989, después de varias manifestaciones organizadas por el partido Acción por el Cambio (AC, más tarde declarado ilegal), unos 100.000 haratin se vieron obligados a huir del país, y luego fueron deportados a Senegal y Malí. Allí es donde varios miles siguen viviendo como refugiados.

El mes pasado, una manifestación de activistas antiesclavistas fue dispersada ​​por la policía frente al Ministerio de Justicia de Nuakchot. Los abolicionistas (algunos centenares) se habían reunido fuera del edificio para exigir la liberación de dos de sus líderes, Biram Dah Abeid y Brahim Bilal Ramdhane.

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