Por Redacción Revolución

Vivimos, sin duda, una nueva forma de convivencia en el mundo; es la hora de los medios de comunicación. Ahora son ellos y el poder hegemónico quienes le “permiten” a los ciudadanos elegir quién será el nuevo gobernante que ellos manipularán, chantajearán y acosarán. En casi todo el mundo, son los medios hegemónicos los que avanzan sin que, en apariencia, alguien pueda detenerles.

Parece que estamos inmersos en la nueva generación de derechas, son los oligarcas los que se transportan arriba de la ola impulsada por el status quo.

El 25 de octubre pasado, fue en definitiva aleccionador para entender el fenómeno; la llegada al poder de forma absoluta de la derecha nacionalista en Polonia, se suma a la ola de los ultraderechas en Francia, Reino Unido, Dinamarca, Austria, Grecia y Hungría.

El asunto no es tema exclusivo de Europa. Durante las elecciones en las que ganó Maduro en Venezuela y Dilma en Brasil, quedó claro que los medios de comunicación le ganan terreno a los ciudadanos, cada País se vuelve “dos países”. Lo de el domingo en Colombia es una tragedia, la izquierda pierde Bogotá y casi desaparece en el resto del País; pero la tragedia se entiende no porque se manipule al “gran elector” a través de los medios, sino por lo baladí que resultaron los representantes de la izquierda institucional; sin la construcción de una opción viable, los medios avanzan incontenibles.

Es gracias a la “Década ganada” en América, que los otros gobiernos se mantienen, con las uñas, pero se mantiene. En Argentina se repitió el escenario de hace ya 12 meses de Brasil: una candidata de izquierda en el poder, confrontada con la fuerza hegemónica de los medios a punto de perder la elección.

Hoy los gobiernos progresistas de América, se mantienen con márgenes muy estrechos, pero se mantienen. Es sin duda el trabajo realizado en la llamada “Década ganada” lo que le da fuerza popular a los representantes de izquierda para no ser aplastados por la oligarquía. Esos serán seguramente los escenarios del futuro hasta el 2018: Las parlamentarias de Venezuela, las intermedias de Costa Rica, las presidenciales de Nicaragua, las presidenciales de Ecuador, el referéndum de Bolivia, el ballotage de Argentina; serán sin duda los nuevos escenarios “dos países” de los nuevos tiempos.

Guatemala se cuece aparte. Los ciudadanos elegían entre el malo y el peor. Guatemala es sin duda un laboratorio en el que estrategas echaron a andar un golpe de Estado 3.0, y ahora serán gobernados por un comediante cercano a las elites militares.

Vivimos, sin duda, el fenómeno de los “dos países”; el de los ciudadanos y esta masa sin autocrítica manipulada por los medios hegemónicos. ¿Tú, de qué lado prefieres estar?

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