La expresión Los nuevos desaparecidos” se comenzó a escuchar en junio y desde entonces encabeza las manifestaciones de todos los jueves en la plaza de la Scala en Milán, frente a la sede de la Municipalidad y se seguirán realizando de aquí en más. Hablamos con una de la organizadoras, Raffaella Correnti, de Convergencia de las Culturas.

¿De dónde nace esta iniciativa?

De “Milanosenzafrontiere”, una red de organizaciones comprometidas desde hace tiempo con el tema de la inmigración, partidos e incluso individuos: nos juntamos para creare sinergias y dar una respuesta más evolucionada a la espiral de violencia y de racismo que está creciendo en torno a nosotros.

Siempre nos hemos ocupado de los vivos, de la denuncia del racismo y de las leyes sobre la inmigración, pero en un momento, a medida en que aumentaban los muertos ahogados en el Mediterráneo, nos pusimos en contacto con organizaciones de padres en el Maghreb, sobretodo de Algeria y de Túnez, que buscaban a sus hijos desaparecidos en el mar. La que para nosotros era una lucha, un compromiso de denuncia, para ellos era sufrimiento y pérdida de personas queridas, de jóvenes que buscaban un mundo mejor y encontraron la muerte. Pedimos que nos mandaran sus fotos: hablar de 25.000 muertos en el Mediterráneo desde el 2000 al 2015 es un número, una estadística que se olvida rápido, pero las imágenes de esos rostros te quedan grabados.

Decidimos usar la forma de lucha no violenta de las madres y de las abuelas de Plaza de Mayo, en Argentina, que durante y después de la dictadura militar cada jueves se reunían frente a la Casa Rosada, la sede del gobierno, girando en redondo con las fotos de los hijos desaparecidos. De este modo lograron hacer saber de un problema negado y con los años a encontrar a muchos de los nietos dados en adopción a familias cercanas al régimen después de la muerte de sus padres.

¿Qué quieren denunciar exactamente?

Los muertos en el Mediterráneo son los nuevos desaparecidos, non sólo porque han desaparecido físicamente, sino también porque han sido borrados del debate político y de cualquier derecho. No son muertes causadas por los contrabandistas, sino por la política ciega y racista de la Unión Europa, que intenta bloquear un proceso antiguo como el ser humano, o sea el impulso a desplazarse y a buscar condiciones de vida mejores. Hay que abrir corredores humanitarios, sino la gente continuará entregándose a los contrabandistas y muriendo porque no tiene alternativas. Quisiera citar dos personas que aparentemente no tienen que ver con este tema, Falcone y Borsellino, cuando decían que la mafia es un fenómeno humano y si se decide enfrentarlo se lo puede vencer. Los contrabandistas son mafiosos y delincuentes, pero hasta tanto un rico pueda desplazarse sin problemas tomando un avión y no pueda hacerlo un pobre, el pobre se verá obligado a poner su vida en manos de uno de estos criminales.

Debido a la enorme onda de prófugos de los últimos tiempos, además, se está creando el riesgo de una distinción absurda entre quien escapa de la guerra o del terrorismo, como en Siria, en Afganistán o en Irak y los llamados “migrantes económicos”, que escapan de la pobreza y según algunos no deberían tener derecho a ser acogidos en Europa. En realidad muchos de ellos vienen de países oprimidos por la violencia y por dictaduras o desde territorios contaminados por las multinacionales. Y yo no veo por qué una multinacional tiene derecho de ir a Eritrea, pero un joven eritreo que quiere escapar del servicio militar permanente de su país no puede venir aquí.

¿Según tú, la situación está cambiando?

Algunos países europeos, como Alemania, recientemente cambiaron de posición y después de estas aperturas los medios de comunicación comenzaron a darle más espacio a las iniciativas como la nuestra y a la gran onda de solidaridad de la gente común hacia los prófugos. No hay que olvidar sin embargo que la mismo tiempo se manifiestan peligrosas posiciones racistas, cuando no neo-nacistas, como es el caso de los encuentros de Casa Pound y Forza Nuova. Sin embargo una cosa está clara: los muros y los peligros del mar no detendrán este fenómeno. Cerrar las fronteras o destruir las barcazas de los traficantes de seres humanos no resolverá el problema. Lo repito, es la política de la Unión Europea la que debe cambiar.

Sostienen esta manifestación: Comitato Nuovi Desaparecidos, Dimensioni Diverse, Convergenza delle Culture, Arci Todo Cambia, Naga, L’Altra Europa, Arcilesbica Zami, Arcobaleni in Marcia, Rifondazione Comunista, Macao, CIG Arcigay Milano, Le Radici e Le Ali, Coordinamento Nord Sud del Mondo, Associazione Rose di Damasco Onlus, Parallelo Palestina, Mondo Senza Guerre e Senza Violenza Foppette, Associazione Nabad onlus (progetto Spazio Mondi Migranti), Intersexioni.

Para adherir: milanosenzafrontiere@gmail.com

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