En Quito tuve la oportunidad de participar, el pasado 20 y 21 de julio, del Foro de Comunicación para la Integración de Nuestra América. Conocí militantes, periodistas, activistas de distintos países que buscan sintonizar con compañeros, compañeras, amigos y amigas de otros lugares en busca de la integración, la complementación, la cooperación, el ponerse de acuerdo, el ayudarse para que ese horizonte futuro de una región integrada, hermanada y fortalecida sea cada vez más cercana y perceptible en la distancia.

Pude registrar que asoma una sensibilidad nueva en el pueblo latinoamericano -o en un sector importante al menos- en busca de las coincidencias con los otros distintos pero hermanados en la pertenencia a una región que tiene la oportunidad de dar un importante paso adelante en la historia. Es un sentir, un modo de acción que busca los puntos en común, para avanzar en aunar fuerzas, en poner lo mejor de sí mismo y de su organización social, su medio alternativo o popular, en función de esa construcción mayor de una sociedad, una región más justa, igualitaria, donde los pueblos, las mayorías sean cada vez más dignas y felices.

A veces pareciera que una energía, una fuerza que contagia en una dirección mueve a los pueblos imbuidos en aspiraciones comunes. Eso actúa “como por sí solo” y las personas, movimientos, organizaciones sociales, pueden sintonizar con esas aspiraciones superadoras e intencionalmente ponerlas en marcha de distinto modo según su lugar, su campo de actividad, su vocación, sus condiciones sociales en las que viven, pero sintonizados en un sentido compartido

Un propósito mayor, un propósito común, percibo que de tanto en tanto mueve a los pueblos. Quizás para cada ser humano o para cada pueblo como conjunto se enuncie de distinto modo, o hasta es posible que no esté claramente configurado para cada uno. Pero igual este ser humano intencional actúa consecuentemente por sensibilidad en esa dirección con la cual sintoniza.

En Ecuador en ocasión del Foro de Comunicación para la Integración de Nuestra América se plantearon desafíos, pero también dificultades; se establecieron acciones comunes para difundir el ideal de integración desde los pueblos, se armaron proyectos para sumar a otros medios de comunicación populares en este sentido. Se habló del difícil mundo en el que vivimos, pero también se dijo sobre la posibilidad siempre presente de transformarlo hacia un ideal de paz, de humanización y de una vida digna y plena para todos los seres humanos que habitamos en la región.

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