Las miles de personas que seguían la investidura desde plaza Sant Jaume han estallado en el grito de «Sí se puede» una vez la candidata de Barcelona en Comú ha sido nombrada.

Colau, que ha conseguido reunir apoyos de la mayoría absoluta del pleno, ha agradecido a la ciudadanía «haber hecho posible lo imposible».

Por Arturo Puente

Un salón del Consell de Cent repleto ha sido testigo este sábado del nombramiento de la primera mujer alcaldesa de la historia Barcelona. Ada Colau se ha convertido en la 119ª cabeza del ayuntamiento de la capital catalana, la 6ª desde el retorno de la democracia, con los 11 votos de Barcelona en Comú, los 5 de ERC, 4 del PSC y uno de la CUP-Capgirem, 21 en total. Colau ha agradecido el nombramiento «a la ciudadanía, por haber hecho posible lo imposible», a las entidades sociales presentes, «imprescindibles» según la alcaldesa, y a los nuevos concejales electos.

Trinitat Capdevilla, como concejal no candidata a la alcaldía de más edad, ha entregado la vara de la ciudad a una Ada Colau a la que le temblaba la voz de la emoción. Fuera del ayuntamiento, en plaza Sant Jaume, las miles de personas que seguían a través de pantallas gigantes la ceremonia histórica han estallado en el grito de «Sí se puede» una vez la de Barcelona en Comú ha sido nombrada alcaldesa. El lema que la PAH convirtió en la sintonía de la lucha ciudadana contra los capítulos más despiadados de la crisis se ha colado en el ayuntamiento, a la vez que su líder más destacada se sentaba para presidir el primer pleno de la legislatura.

Ada Colau formará gobierno en solitario, aunque dejará la estructura abierta para la posible futura incorporación de ERC y PSC. El nuevo ejecutivo municipal estará dividido en 4 grandes áreas, capitaneadas por Gerardo Pisarello (Trabajo, Economía y Planificación estratégica), Laia Ortiz (Derechos sociales), Jaume Asens (Ciudadanía, Participación y Transparencia) y Janet Sanz (Ecología, Urbanismo y Movilidad).

«No confiéis nunca en que os representaremos bien»

Ada Colau ha pronunciado un discurso de gran contenido emotivo y mencionando las diferentes luchas de las que se nutre la candidatura de Barcelona en Comú. « El movimiento feminista nos enseñó que la autoridad se gana, no se impone», ha asegurado la alcaldesa. «Para nosotros era muy importante que estuviesen aquí tanto nuestras autoridades política como las autoridades sociales. Porque aquellos que defienden el bien común en el día a día son realmente los imprescindibles». La candidatura ha invitado a la ceremonia a cientos de entidades sociales y vecinales de la ciudad, presentes en el salón del Consell de Cent.

«En estas elecciones ha habido un voto por el cambio, y este cambio se va a producir. Pero también ha habido un voto para las diferencias, la pluralidad y los matices», ha indicado, razón por la que Colau se ha mostrado dispuesta a ser «la alcaldesa de todos, de los 73 barrios por igual». Ha agradecido a ERC, PSC y CUP el voto de confianza, un gesto que desde BComú recogen «con humildad». También ha tenido tiempo para apartar las diferencias con el exalcalde Xavier Trias, al que ha agradecido su «dedicación» y del que ha afirmado estar convencida de que «ha hecho lo que ha considerado mejor para la ciudad». Uno de los momentos de más carga emotiva ha llegado al cuarto de hora del discurso, cuando Colau ha recordado a la luchadora antifranquista Emilia Salvo, presente en la sala, y a la histórica activista vecinal de la Barceloneta Emília Llorca, fallecida en 2009.

Ada Colau ha querido mostrarse más abierta que nunca a la colaboración con todos los ciudadanos, agentes y grupos políticos de Barcelona. «Estamos aquí para que nunca más haya ciudadanos de primera y de segunda», ha recalcado, pero ha pedido colaboración en la tarea a toda la ciudadanía de Barcelona ya que, ha dicho Colau, «yo sola no soy nadie». «No es falsa modestia, es algo que he aprendido», ha zanjado. Dejando clara la necesidad del respaldo social y de su disposición a cumplir la máxima zapatista de «mandar obedeciendo», Colau ha reclamado a los barceloneses: «No confiéis nunca en que os representaremos bien. Echadnos si no hacemos lo que hemos prometido».

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