La “Industria de Ayuda Humanitaria” –algunas verdades internas–  rechaza una Carta Abierta “A los Medios de la Industria de la re Ayuda Humanitaria”

BigDog dice (27 de abril de 2015) – Un espléndido cañonazo de advertencia a los medios, señor. Ahora, de alguien que trabajó 18 años como periodista y 18 años como lo que se ha dado en llamar “trabajador humanitario”.

  1. No ponga todas las agencias de noticias o los reporteros en un solo blog (una sola bolsa).
  2. Si las agencias de ayuda se sirven de los medios de prensa para ayudar a recolectar fondos para ambulancias, conviene estar bien seguros de que se gastarán correctamente. Por ejemplo, Haití o los Centros de Recuperación de Desastres (DRC), el terremoto y tsunami de Japón o el tifón de Birmania, Kosovo o Sierra Leona/Liberia, etc. Dios mío; el mismo Haití debería ser motivo para demandar judicialmente a una serie de instituciones de ayuda. Y Nepal borró a Vanuatu de un plumazo.
  3. Por favor, infórmenos cómo lo gastan. Cuánto se destina para ayuda real a las personas, así como en el caso de la ayuda en terreno. ¿Cuál es el costo real de los gastos generales? ¿Cuánto se destina a cosas cuestionables y programas que quedan en el aire o tienen poco que ver con un impacto real en asistencia? Hoy vi una foto en FB de trabajadores humanitarios con sus chaquetas naranjas, miles de ellos en sus computadoras en algún espacio improvisado en Nepal mandando correos tras correos para salvar gente. Intente usar esa imagen para publicidad de recolección de fondos.
  4. Por favor, brinde pruebas de que la enorme manada de agencias humanitarias que responden a Nepal NO desplegarán esfuerzos y servicios repetidos ni le sumarán presiones al entorno ya dañado, trayendo a cientos de benefactores, ni confundirán más a la gente local (y a la oficina local) con sus matrices, logos, fotógrafos y sus Land Cruisers consumidores de gasolina.
  5. Si hace un buen trabajo, las agencias de noticias lo cubrirán adecuadamente. Averigüe cuáles y después muéstreles su buen trabajo.
  6. Y, por último, no se enoje con los medios informativos. Sin ellos tendrá un Buck 65 para todos sus programas y ninguna tajada de gastos generales allí en la sede dónde los capuchinos saben tan bien.

Es un juego, amigo. Júeguelo.

Saludos,
Usted Sabe Quién
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El 28 de abril de 2015, Ender’s Shadow hace comentarios sobre el mismo texto, y dice:

Todo es verdad, pero… La realidad es que la Industria de la Ayuda Humanitaria es una máquina de búsqueda de publicidad, competitiva, que absorbe grandes sumas para auto-promocionarse. Probablemente esto sea inevitable, pero la competencia entre las ONG por ser las primeras en llegar a terreno para captar los fondos es una realidad que hay que admitir.

De modo parecido, el tema de los costos de generación de ingresos (publicidad, marketing, etc.) es doloroso. Es un secreto vergonzoso que la industria prefiere no abrir –aunque dado la incapacidad de la mayoría de la población para pensar en forma racional, quizá no quede alternativa. De modo parecido, el hecho de tener que pagar a los líderes locales para que la ayuda llegue a aquellos que la necesitan es una realidad difícil que, por lo general, se esconde.

La elección de los hoteles (precio por noche) y de los vehículos (tienen fama de andar siempre en vehículos utilitarios deportivos [SUV] que pueden ser muy apropiados para viajes fuera de la ciudad, pero…) necesita mayor transparencia. ¿Cuál es el viático por gastos diarios para su gente? ¿Cómo se sitúa con respecto al salario medio de la gente del lugar? ¿Necesita tantos expatriados? ¿Se publica en su agencia esta clase de datos con una mirada retrospectiva en relación con proyectos en los que está actualmente involucrada la agencia?

La Industria de Ayuda Humanitaria tiene fama de emplear consultores expatriados caros para preparar informes que en realidad nunca se revisan. Thinking Allowed

http://www.bbc.co.uk/programmes/b05r3z43

de esta semana se refiere a la gran cantidad de informes que se generaron en África Occidental sobre los factores que impulsaron a los jóvenes a arriesgarlo todo para poder llegar a Europa. Por supuesto que no es culpa SUYA, pero es un rasgo de la industria que le paga el salario.

Esto toca el meollo de la cuestión. Hace tiempo que las instituciones benéficas han optado por pagar las tarifas del mercado a los profesionales que necesitan para que sus organizaciones funcionen en forma eficiente. Sin embargo, esas tarifas del mercado significan salarios muchos más altos que el promedio pagado en el Reino Unido a los empleados de la industria, por no hablar de los que se les paga a la población local. Huele mal.

Dicho todo esto, acepto gran parte del peso de este puesto. Espero que las sugerencias de mayor transparencia sean útiles, aunque tal vez la realidad sea que, dado que los periodistas construyen su fama desatando un aluvión de críticas sobre decisiones racionales pero exigentes emocionalmente, siempre llevas la de perder. En el contexto de que el Tercer Mundo siempre está demandando más dinero, pero con poca publicidad efectiva de lo que se ha logrado, dependemos de un sentimiento de culpa para asegurar que las contribuciones sigan fluyendo (“cómo te atreves a sugerir que debiéramos recortar el presupuesto de Ayuda Extranjera…”). Que tu interés propio –como empleados de una industria que depende de este flujo– se alinee tan descaradamente con motivos más aceptables, hace que tu posición sea inherentemente problemática. Dado los fracasos evidentes de la ayuda extranjera en el pasado (¿de dónde sacaron el dinero los políticos corruptos para llenar sus cuentas bancarias del extranjero? Socialismo bueno, capitalismo malo), pedir que tengan fe pese a todo esto, es un gran pedido. Queremos creer, pero es necesario que usted entienda las raíces de nuestro escepticismo.

Si desea ver el original y sus secuelas:
https://aidspeak.wordpress.com/2015/04/27/open-letter-to-the-media-re-nepal-earthquake/