La Sociedad por los Pueblos Amenazados (SPM, por sus siglas en francés) de Suiza, publicó su informe titulado “Zonas de sombra en el paraíso del sol: Derechos Humanos y turismo en Sri Lanka”.

Este informe da cuenta de las violaciones sistemáticas de los derechos humanos que el país es víctima a través del desarrollo turístico. Los pescadores no tienen más acceso al mar, las expropiaciones son moneda corriente y la población local no es suficientemente informada de los proyectos turísticos previstos.

En las regiones donde se concentraron los estudios de la SPM, hay más de 1200 familias que están directamente concernidas por las repercusiones negativas. La SPM compromete también a los operadores turísticos suizos de cumplir con su obligación de respetar los derechos humanos.

En 2014, más de 1,5 millones de turistas pasaron sus vacaciones en Sri Lanka. Con más de 20.000 visitantes, la Suiza constituye el quinto grupo turístico de Europa occidental más importante. Mientras el gobierno de Sri Lanka difunde en el exterior la imagen de un país que volvió a la normalidad cuando la realidad es completamente diferente.

En su informe, La SPM se concentra en 3 regiones de alto potencial turístico: Kuchchaveli, Passikudah y Kalpitiya, e intenta determinar hasta qué punto son violados los derechos humanos de sus habitantes con los proyectos turísticos y en qué medida aprovechan del turismo la población local. El balance es decepcionante: los hoteles y complejos hoteleros impiden el acceso al mar de los pescadores, lo que compromete severamente la economía de familias enteras. También, ciertos habitantes ven sus tierras confiscadas y solo una pequeña parte de la población local consigue ganarse la vida gracias al turismo.

Los operadores turísticos apuntados con el dedo

A pesar de que la situación global sobre los derechos humanos es preocupante, al menos 21 operadores turísticos suizos proponen hoteles en las regiones turísticas analizadas. La Sociedad por los Pueblos Amenazados tiene en cuenta los esfuerzos actuales y voluntarios de varios de estos operadores turísticos para cumplir con su obligación de respetar los derechos humanos en su trabajo. Pero lamentablemente el informe muestra claramente que esos esfuerzos no son suficientes para impedir la ausencia de procesos de consulta, las expropiaciones, los desplazamientos de la población y las limitaciones de acceso al mar.

La SPM reivindica

-Los operadores turísticos no tienen derecho a proponer hoteles que fueron construidos en tierras que fueron expropiadas y que limitan el acceso al mar a las familias de pescadores locales, utilizando prácticas discriminadoras contra las mujeres y los menores, o impidiendo a los empleados de sindicalizarse o restringiendo este derecho.

-Los operadores turísticos no tienen derecho de proponer hoteles gerenciados por la Armada o toda actividad turística organizada por ella, en tanto que ninguna prueba ha sido aportada para demostrar que esos hoteles no se construyeron sobre tierras expropiadas y su construcción y actividades propuestas no afectan los derechos humanos.

-Los operadores turísticos deben revisar regularmente el cumplimiento de su obligación de respeto de los derechos humanos y asegurar que se cumpla sobre toda la cadena de valor agregado, incluidos los hoteles y las actividades turísticas que proponen, para que sus actividades y aquellas de sus proveedores y prestadores de servicios no violan ningún derecho humano.

-Los operadores turísticos deben introducir mecanismos que les permitan a las personas injuriadas de denunciar los hechos. Las violaciones de los derechos humanos en el sector del turismo deben ser contrarrestados por acciones concretas y los prejuicios sufridos deben ser reparados.

La SPM compromete al nuevo gobierno de Sri Lanka de modificar su estrategia turística, a aplicar las leyes y los reglamentos en vigor y a proteger la población, además de todas las minorías contra toda violación de los derechos humanos. El desarrollo turístico es vital para la economía de Sri Lanka, pero eso no debe hacerse a expensas del respeto de los derechos humanos, recurriendo a expropiaciones o desplazamientos de la población. Los operadores turísticos suizos son llamados a demostrar una mayor vigilancia y a hacer valer su obligación de respetar los derechos humanos.