La cuestión del desalojo de la sede de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador-CONAIE, así como el debate que produjo a nivel nacional e internacional, ha sido objeto de tres publicaciones en Pressenza. Hoy se vencía el plazo para proceder al desalojo. Sin embargo, no ha sucedido: un trámite administrativo ha sido interpuesto por la CONAIE y «puede tardar dos meses», según ha dicho la Ministra de Inclusión Económica y Social- MIES. Para cerrar (temporalmente) el ciclo de información sobre el tema, publicamos dos textos del diario público El Telégrafo. El primero, un artículo de Juan Paz y Miño, columnista de ese diario. El segundo, una nota que recoge las declaraciones de la Ministra Betty Tola.

Indígenas, movimientos sociales y política

Por Juan Paz y Miño

El inicio de un nuevo año motiva nuevas reflexiones históricas. Y en Ecuador vivimos una fase de ‘estabilización’ de la Revolución Ciudadana en sus alcances y sus límites, que obliga a retomar ciertos ámbitos de la historia, que parecen perderse.

Un movimiento tan antiguo e importante como la rebelión de los barrios de Quito (1765) nació en las casas de los vecinos de la ciudad colonial. Fue también en casa de Manuela Cañizares donde se reunieron los próceres que el 10 de Agosto de 1809 instalaron en Quito una Junta Soberana, con la que se inició el proceso de la independencia. Hoy, esas casas son baluartes y patrimonios históricos.

El siglo XIX está lleno de rebeliones indígenas y movilizaciones populares. A fines del mismo se organizaron los primeros sindicatos obreros, que el 15 de noviembre de 1922 lanzaron una lucha reivindicativa liquidada a fuego y sangre.

Gracias a los gobiernos de la Revolución Juliana (1925-1931), por primera vez la izquierda tuvo expresión y el Estado institucionalizó la atención a las clases trabajadoras. En el ambiente social y político de la época, surgieron organizaciones como la CTE (Confederación de Trabajadores del Ecuador, 1945) y la FEI (Federación Ecuatoriana de Indios, 1945) auspiciadas por el Partido Comunista; pero también la CEDOC (Confederación Ecuatoriana de Obreros Católicos –ese fue el nombre originario- 1938) patrocinada por jerarquías de la Iglesia y jóvenes conservadores.

La década de 1960 fue singular para la izquierda ecuatoriana, que se multiplicó en movimientos y partidos. En 1962, incluso con el patrocinio norteamericano, surgió la CEOSL (Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres). Pero las tres grandes centrales sindicales lograron converger hasta constituir el FUT (Frente Unitario de Trabajadores, 1980), que libró importantes y sonadas ‘huelgas nacionales’ hasta fines de los ochenta.

Desde 1990, en cambio, tomó auge el movimiento indígena con sus diversas organizaciones y la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, 1986) se convirtió en eje de la lucha social, pues otros movimientos eran incipientes y el FUT literalmente había desaparecido.

Sin duda, la Revolución Ciudadana (2007-2014) abrió un nuevo ciclo histórico favorable a las izquierdas y los movimientos sociales, que se potenciaron, aunque progresivamente se dividieron. La CONAIE y el FUT pasaron oficialmente a la oposición, y una serie de dirigentes enfilaron en posiciones absolutamente reaccionarias frente al país, mientras sus bases, en cambio, apoyaban permanentemente a la Revolución Ciudadana.

Pero la CONAIE, el FUT y los movimientos sociales han hecho política en la historia y gracias a ello han sido confrontadas las clases en el poder y los gobiernos a su servicio. Tales movimientos sociales seguirán haciendo política, cualquiera sea la sede o lugar donde se encuentren. Y también gracias a esa inevitable lucha, la propia Revolución Ciudadana tiene que encontrar demandas populares y saber ubicarse en las respuestas.

MIES acoge pedido de reposición de la Conaie sobre su sede

El Gobierno no desalojará todavía a la Conaie de su sede en Quito, lo cual estaba previsto para este martes, 6 de enero. Así lo dio a conocer la ministra de Inclusión Económica y Social (MIES), Betty Tola.

La titular de la cartera de Estado confirmó a EL TELÉGRAFO que hace dos semanas la Conaie presentó un recurso de reposición, el cual ya fue recibido y está siendo analizado. Este trámite dura cerca de dos meses, lapso durante el cual se aplaza el desalojo.

El MIES notificó en diciembre a la Conaie que debía desalojar la sede, que la organización indígena ocupa desde 1991 en comodato. La edificación sería utilizada para acoger un centro de rehabilitación para personas con problemas de adicción.