Un empresario español, Antonio García, ha traído a la capital el primer cajero que permite comprar y vender bitcoins.

Su objetivo es hacer publicidad del uso de esta moneda virtual y luchar contra las reticencias que suscita entre usuarios y autoridades financieras.

Es la divisa virtual más famosa pero también la que ha estado rodeada de más escándalos.

Por Pilar Blázquez para eldiario.es

Antonio García es un empresario español que lleva años montando negocios relacionados con la tecnología móvil. Pero en su última apuesta se define más como «un evangelizador» con visión de futuro que como empresario. Él es el culpable de que en pleno centro de Madrid se haya instalado un cajero en el que vender y comprar la moneda virtual Bitcoin es un proceso casi inmediato.

Cualquiera que haya intentado comprar Bitcoins por Internet se habrá dado cuenta que el proceso no es nada fácil. Se necesitan conocimientos informáticos y hay unos plazos de demora entre que se abre un monedero electrónico y se conecta con la cuenta del banco que no siempre casan bien con la elevada volatilidad que tiene esta moneda virtual.

Eso es lo que experimentó hace poco más de un año García y lo que le motivó a apostar por lo que en aquel momento era revolucionario, la presencia del primer cajero automático que una empresa de Las Vegas (EEUU) había instalado en Vancouver (Canadá). «Me puse en contacto con Robocoin para estudiar la posibilidad de traer el cajero a España con todas las garantías legales y aquí está un año después», asegura.

El cajero se encuentra en la entrada del hotel One Shot Recoletos 04, al lado de la Plaza de Cibeles de Madrid. Está unos pocos metros más abajo del primer cajero de bitcoins instalado en Madrid (puesto en marcha en septiembre pasado), que está ubicado en el Centro Comercial ABC Serrano. «La diferencia con ese cajero, es que además de comprar bitcoins también permite venderlos y, por lo tanto, recuperar euros», explica García.

«La cercanía es pura casualidad. Encontrar la ubicación ha sido lo más complicado de todo el proceso. Hasta que coincidí con Enrique Solís, uno de los propietarios de este hotel y muy receptivo con las tecnologías de futuro», explica.

Con el fin de esquivar todas las críticas que recayeron sobre aquel primer dispositivo, García ha trabajado para que ‘su’ cajero cumpla con todos los requerimientos de las normas internacionales contra el blanqueo de capitales y las exigencias de identificación de los usuarios. De esa forma, quienes quieran obtener bitcoins del cajero del Hotel One Shot deberán ir pertrechados con DNI o pasaporte y foto.

El proceso de identificación está incluso ligado a la verificación de identidad vía móvil. «Además, hemos limitado la cuantía de la operativa a los 2.500 euros en efectivo que marca la ley española», explica. E insiste en que «tanto el blanqueo como cualquier otro tipo de delito financiero se cometen también con euros y dólares y nadie se plantea retirarlos de la circulación por eso».

En cualquier caso, su objetivo es limar los recelos con los que muchos miran a las monedas virtuales, que como Bitcoin han estado salpicadas de muchos escándalos: casos de fraude, operaciones ilegales, tramas mafiosas y, por supuesto operaciones de blanqueo de capitales, que han provocado pérdidas de valor de la divisa virtual en apenas horas.

Tantas ganas como incertidumbres

La autodefinición de García como evangelizador no es gratuita, ya que él mismo es consciente del riesgo que implica la aventura empresarial en la que se ha embarcado. El primer cajero de Robocoin en Vancouver cambió en el primer mes de funcionamiento alrededor de un millón de dólares canadienses. Pero García es consciente de que «hoy por hoy no hay clientes suficientes en Madrid para alcanzar esas cifras».

Reconoce que ha invertido alrededor de 30.000 euros e incontables horas de trabajo, pero que no se atreve a aventurar cuándo podrá recuperar ese dinero. «En cualquier caso estoy convencido de que las monedas virtuales, como todo el movimiento P2P (intercambios entre personas), son una revolución que ha llegado para quedarse, a pesar de que a algunos no les guste», asegura.

Sin duda, frente a la pasión que el bitcoin levanta para personas como García (y otros como Bill Gates o Al Gore) está la aversión de otros muchos. Sobre todo, de las autoridades financieras.

Desde la Fed hasta el Banco de China, pasando por la Unión Europea han alertado de sus riesgos. El 8 de enero, la Autoridad Bancaria Europea actualizó un informe advirtiendo del riesgo de las monedas virtuales, entre los que destacan los de perder el dinero, robo por violación de las contraseñas, imposibilidad de reclamar ante una compra en mal estado, alta volatilidad del valor asociado a la especulación y, finalmente, verse involucrado en tramas de blanqueo de capitales.

Además, advertía de que “en la actualidad no hay ninguna normativa específica que proteja a los consumidores contra las pérdidas en caso de inviabilidad o cierre de una plataforma que intercambie o mantenga tales monedas”.

Los principales bancos de inversión del mundo han alertado del riesgo que tiene la burbuja de Bitcoin, sobre todo después de que hace un año llegara a cotizar a más de 1.000 dólares.