Argentina colocó en órbita esta tarde un satélite geo estacional que ofrece servicios de telecomunicaciones a todo el territorio nacional -incluidas las Islas Malvinas-, la Antártida, los países limítrofes: Chile, Uruguay, Paraguay, sur de Brasil y Bolivia. La construcción del Arsat-1 es producto del desarrollo científico argentino y fue lanzado desde Kourou, en  la Guayana francesa. El Arsat-2, ya concluido y en periodo de prueba, permitirá ampliar el área de cobertura a toda Sudamérica y 3 cubrirá norte américa.

Arsat-1 fue fabricado en la ciudad de San Carlos de Bariloche, Río Negro, por las empresa estatales “Invap” y “Argentina Soluciones Satelitales” (ArSat). Tiene una vida útil de 15 años y costó 270 millones de dólares que se amortizarán rápidamente con la venta de servicios de telefonía celular sobre IP, televisión digital terrestre, Internet y transmisión de datos, lo que permite integrar zonas aisladas. El presidente de Arsat, Matías Bianchi, informó que “en la misma órbita estacionaria tenemos un satélite alquilado del que irán migrando clientes hacia la facilidad nacional” (Telam). Los satélites proyectados son tres: hoy se concretó el primero, Arsat-2 entrará en órbita  en 2015 y Arsat-3 en 2017.

Hoy, el 80% del tráfico que se consume en Internet se produce en el exterior; al tener esa infraestructura montada, Argentina incrementará además la porción de contenidos en la producción de televisión de habla hispana”, explicó Bianchi.

Este hito histórico en el desarrollo de la ciencia y la tecnología argentina abarca triunfos en varias áreas: en la política, esta decisión del presidente Néstor Kirchner en 2006, fue convertida en una política de Estado con la continuidad que le dio el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner; otro aspecto a considerar es el laboral, evidenciado en la creación de 1100 puestos de trabajo calificado en un buen número de pymes; el económico no va en saga de los anteriores, ya que este satélite permite alquilar espacios y servicios a varios países, a la par que se ahorran 25 millones de dólares anuales; el social es un logro importante, ya que la integración de las zonas más alejadas del territorio nacional y de los países próximos igualará las posibilidades de comunicación e interacción. No es presuntuoso afirmar, como lo hizo el chino Houlin Zhao, de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, que “es un ejemplo para los países en desarrollo en todo el mundo”.

En nuestra visión desde el humanismo, el logro más importante es el cultural: la Argentina -y esto arrastrará a otros países- ha entrado a un nuevo estadio de su ciencia que permite a la población ampliar el horizonte cultural integrando el espacio estelar a su cotidianeidad. Los jóvenes disponen de más de una decena de carreras universitarias creadas al calor de la iniciativa de Néstor Kirchner, el 26 de abril en 2006, cuando fundó Arsat y puso en marcha el proyecto. Junto al plan ya concretado de dotación de computadoras a millones de niños y adolescentes esta experiencia se suma con naturalidad a una nueva dimensión. Ahora no sólo se abarca la extensión -Latinoamérica se ha incorporado sin traumas al pensamiento nacional- sino también la altura. Los astros, las estrellas, las galaxias son parte del legado que reciben los niños desde hoy. No sería presuntuoso pensar que esta influencia benéfica se extenderá a muchos jóvenes de nuestra América que se motivarán a estudiar las ciencias relacionadas con el desarrollo científico y tecnológico. Es un aporte a un nuevo imaginario para los muchachos de nuestra América.

Es un momento inédito en el desarrollo de la región. Enhorabuena.

http://luisammann.com/2014/10/16/argentina-en-el-espacio/