Roberto Mazzini es vicepresidente de la Cooperativa Giolli con la que realiza actividades de formación del Teatro del Oprimido. La Cooperativa Giolli es uno de los promotores del IX Encuentro Internacional del Foro Paulo Freire, que tuvo lugar en Turín (Italia) del 17 al 20 de septiembre de 2014.

 
Roberto, ¿cuáles son los objetivos de este encuentro internacional y cómo se desarrollará en líneas generales?

El objetivo del encuentro es reforzar los lazos entre las personas y los grupos que en todo el mundo utilizan el método Freire (la Pedagogía de la concienciación) en los campos de la educación formal e informal, como enlace con la política.

 

Noviolencia, humanismo, espiritualidad, ¿qué es lo que dice y promueve este Foro sobre estos temas?

En el Foro se plantean preguntas sobre la crisis de nuestro modelo de desarrollo, sobre la crisis de la globalización y de las formas anteriores de crítica al capitalismo (como el comunismo) que han fracasado en su realización; se quiere profundizar sobre todo en las esferas del arte, de la ecología, de la creación de comunidades y de la participación.

¿Cómo nos puede ayudar Freire a replantearnos nuestro modelo de desarrollo, a enfrentarnos a la deshumanización de hoy en día para crear sujetos colectivos conscientes del riesgo al que nos enfrentamos y de las posibilidades inéditas que se abren, gracias justamente a la amplitud de la misma crisis mundial? Las personas que participarán intercambiarán sobre estos temas a partir de la propia experiencia, poniendo el énfasis en el aprendizaje desde la base, es decir, el intercambio entre quienes llevan a cabo actividades prácticas en el campo social y educativo todos los días. A partir de la propia experiencia se plantearán preguntas clave, en función de la esfera elegida, y se intentará profundizar en las posibles respuestas. Por lo tanto, no podemos decir a priori qué resultados se obtendrán, no existen relaciones fundamentales que hay que aprender, sino que se procederá a la construcción del saber sistematizando las innumerables prácticas que los mismo participantes desarrollan.

Por otra parte, esta manera de organizar el Foro es coherente con el pensamiento de Freire y Boal.

 

¿Puedes explicar a los que no conocen a estos personajes la relación originaria y actual entre Freire y Boal, entre la Pedagogía de los oprimidos y el Teatro del oprimido?

Históricamente los dos nacieron en Brasil en los años 1950 y 1960, por lo que comparten el mismo ambiente cultural que otorgaba al pueblo oprimido la capacidad de entrar en la historia y ofrecer su propia palabra sobre el mundo. De hecho, yo sostengo que el Teatro del Oprimido y la Pedagogía de Freire son dos caras de la misma moneda o también que Boal ha traducido a Freire en el campo teatral.

Son muchas las semejanzas, a partir de la idea clave de que no se pueden proponer nuestras ideas a los demás y convencerles, sino que es necesario partir del propio conocimiento que las personas tienen de su mundo para después profundizarlo, mediante el intercambio, como búsqueda común, no como relación jerárquica. De este modo, mientras que Freire enseña a los analfabetos a dar valor a su propio conocimiento en el diálogo con sus compañeros, Boal les estimula a pensar ellos mismos soluciones a la opresión y se distancia del teatro ideológico.

Lamentablemente, los dos pensadores y actores no han colaborado nunca estrechamente en proyectos comunes, pero sus coincidencias y coherencia es innegable.

 

En el mundo pedagógico a veces se percibe a Freire como un personaje del pasado, ¿tú qué opinas de su actualidad y su fuerza para transformar el mundo actual?

Lo mismo vale para Boal, pero yo creo que existiendo todavía la opresión, los dos son útiles para la búsqueda del cambio y de la liberación, sobre todo porque los dos métodos son creativos, no quieren la repetitividad, por tanto, desean una actualización del mundo de hoy en día que ha cambiado. Freire no ha repetido nunca los mismos procedimientos, sino que todas las veces se ha preguntado cuál era el recorrido más adecuado al contexto. Boal ha renovado sus técnicas confrontándose constantemente con la realidad, desde el Teatro Imagen con los indios peruanos hasta el Teatro Legislativo en el parlamento de Río.

Creo que son dos instrumentos potentes ya que dan poder a los grupos y a las personas, no indican la solución, sino que potencian la capacidad y las ganas de buscarla, y no sólo de manera individual, sino en conjunto.

Dado que existe la opresión, la Pedagogía y el Teatro del oprimido tienen sentido. Dado que son métodos mayéuticos, que estimulan el empoderamiento, tienen sentido también hoy en día. Dado que están en continua experimentación, ¿por qué no aplicarlos para enfrentarse a los desafíos que plantea la actualidad?

 

Tú desarrollas y coordinas numerosas actividades de formación mediante el Teatro del oprimido, ¿a qué necesidades sientes que tienes que hacer frente con tus alumnos, sobre todo con los más jóvenes?

Existe una gran necesidad de expresarse, de expresar los propios deseos y malestares. Una gran necesidad de tener voz, de verse reconocidos en la propia dignidad de sujetos y no de consumidores. Claro, no todos piden esto, pero la parte más avanzada de los jóvenes sí. El teatro de Boal suscita mucha curiosidad y fascinación, menos Freire, quizás porque parece que está más relacionado con el trabajo con los analfabetos, aunque en realidad, con la red nacional Freire-Gioilli estamos descubriendo que existen muchas realidades interesantes inspiradas en Freire, aunque no lo sepan.

Existe la necesidad de entender hoy en día la opresión que está enmascarada, la distancia entre quien decide y los ciudadanos es muy grande y huidiza, por lo que se precisa un método que ayude a orientarse, a descubrir los mecanismos y los sujetos que guían nuestras vidas en una dirección insostenible, ya sea desde el punto de vista material que desde el punto de vista social y psicológico.

Por último, diría que hay una gran necesidad de sentir esperanza y de reencontrar el placer del choque de valores, no en modo violento o dogmático, sino como afirmación de elecciones de campo necesarias, visto que una parte de la Humanidad está sofocada por los bienes de consumo y otra por la miseria y las guerras.

 

Uno de los temas centrales de Freire es el de la concienciación; ¿puedes profundizar este aspecto y como se concreta en la pedagogía y en el teatro?

La concienciación se confunde a veces con la propaganda o el tratar de convencer a los demás de nuestras ideas.

Todo lo contrario del pensamento de Freire y Boal.

Concienciar quiere decir descubrir juntos iniciando una búsqueda, no significa llevar nuestra verdad bonita y ya elaborada a los demás.

Significa ayudar a los grupos de oprimidos a descubrir que su saber es parcial, pero que junto con sus pares y en el intercambio con los demás, pueden profundizar el conocimiento del mundo y cambiarlo. Conocer es poder, pero si el conocimiento viene impuesto desde lo alto es un instrumento de dominio, no de liberación.

Por ello, la concienciación se construye con el diálogo. Freire utiliza sobre todo el diálogo verbal, mientras que Boal utiliza el diálogo teatral, esto es, el espectador-actor que entra en escena e intenta cambiar la opresión actuando.

En los dos casos el diálogo es fundamental. No como un simple discurso, sino como la escucha del otro, de la situación de opresión, de las exigencias de las diversas partes en juego, de los mecanismos de opresión. Hasta el diálogo con el opresor en esa situación específica, que a su vez, a veces está también oprimido, y al que, por lo tanto, se le puede ayudar a descubrirse opresor y liberarse, a veces de manera pacífica a veces con la lucha noviolenta.

Dialogar no quiere decir tampoco aceptar todo lo que el otro dice en nombre del diálogo, puede implicar también un choque verbal y una lucha para estimularlo a dialogar cuando no existe una intención inicial. Es esto nos recuerda un poco a Gandhi y la noviolencia.

Traducción del italiano de Natalia Hidalgo