En su libro ‘Las guerras del agua’, la física india Vandana Shiva alerta de los riesgos de tratar este recurso como una mercancía.

«Si los conflictos del agua fueran tratados como conflictos por el agua las élites se verían obligadas a abordar la justicia del agua».

Por Gabriel Díaz para eldiario.es

Nacida en India, Vandana Shiva es física y activista defensora del medio ambiente y los derechos de las mujeres. El periódico británico The Guardian la definió como una de las científicas más destacadas y prometedoras del mundo. En su libro “Las guerras del agua”, Shiva destaca que este recurso es un derecho humano fundamental que no puede ser tratado como una mercancía. En el mundo, 768 millones de personas no tienen acceso al agua potable.

Pregunta: ¿Qué importancia tiene el agua para la vida humana, las comunidades y la naturaleza? ¿Qué importancia tiene para usted y su cultura?

Respuesta: El agua es la sangre misma de la vida. El 70% del planeta, el 70% de las plantas, el 70% de nuestro cuerpo es agua. Sin agua no hay vida. El agua circula a través de todas las especies y por el ciclo hidrológico, que nos conecta a todos en una comunidad. Es la comunidad del agua.

Yo nací en el Himalaya y crecí en la región que es la fuente del Ganges. El movimiento Chipko al que me uní hace una década es un movimiento de mujeres para proteger el bosque y el agua. Durante 10 años hemos estado construyendo movimientos para evitar la privatización de las aguas del Ganges. Nuestro lema es ‘Nuestra madre Ganges no está en venta’. Los detuvimos.

Varios analistas internacionales señalan que el siglo XXI estará marcado por las guerras del agua.

Las guerras por el agua ya están ocurriendo. Los recursos hídricos disminuyen, la demanda de agua aumenta. Los medios de comunicación y los políticos encubren los conflictos del agua y los presentan como si fueran religiosos y étnicos. Eso facilita la división y las políticas de gobierno. Si los conflictos del agua fueran tratados como conflictos por el agua las élites se verían obligadas a abordar la justicia del agua, la democracia del agua y la paz del agua.

En su libro ‘Las guerras del agua’ resalta la importancia de lograr una democracia real del agua. ¿Podría explicar los principios fundamentales de esta idea?

En el núcleo de la solución del mercado a la contaminación está la suposición de que el agua existe en cantidad ilimitada. La idea de que los mercados pueden mitigar la contaminación facilitando una mayor asignación no tiene en cuenta que la desviación de agua para un área produce la escasez de agua en otros lugares. En contraste con las teorías de las empresas que promueven una solución de mercado para la contaminación, las organizaciones de base reclaman soluciones políticas y ecológicas.

Las comunidades que luchan contra la contaminación industrial han propuesto un proyecto de ley sobre la Comunidad de Derechos Ambientales, que incluye los derechos para “limpiar” la industria, a la seguridad frente a la exposición nociva, a la prevención, al conocimiento, a la participación, a la protección y la observancia; a una indemnización y a la limpieza. Todos estos derechos son elementos básicos en una democracia del agua, en la que se protege el derecho al agua potable para todos los ciudadanos. Los mercados no pueden garantizar ninguno de estos derechos.

El libro también insiste en el negocio gigante que representa la venta de agua embotellada.

Una mujer llamada Mylamma inició un movimiento en contra de un gigante como Coca Cola en la planta de Plachimada y, junto con ella, una pequeña aldea de Keral consiguió cerrar la planta. Dicha planta en Plachimada recibió el encargo en marzo de 2000 de producir 1.224.000 botellas de productos de Coca Cola al día y una licencia condicional para instalar una bomba de agua con motor. Sin embargo, la compañía comenzó a extraer ilegalmente millones de litros de agua limpia. Comenzaron a extraer 1,5 millones de litros por día. El nivel del agua comenzó a caer y la instalación indiscriminada de pozos para aprovechar el agua subterránea tuvo graves consecuencias para los cultivos. Como resultado hubo una notificación contra la empresa y su licencia fue cancelada. Trataron de sobornar al presidente del panchayat (concejo comunal), pero no tuvieron éxito. No sólo el robo de agua, sino también la contaminación del ambiente y las áreas cercanas por el vertido del material de desecho, que estaba causando un grave peligro para la salud.

Como resultado de estos vertidos de pozos, siempre de agua potable, las instalaciones de la agricultura se han secado. El oficial médico del distrito les informó que el agua no era apta para beber. Las mujeres de Plachimada no iban a permitir esta hidro-piratería y comenzó una protesta a las puertas de Coca Cola y se lanzó un ultimátum a los mismos. En el litigio de interés público fue presentado por uno de los panchayats en contra de Coca Cola en el Tribunal Superior de Kerala, y el tribunal también apoyó a la gente y la Justicia Balakrishan Nair ordenó a Coca Cola detener la piratería de agua de Plachimada.

Usted cita ejemplos de cómo los grandes proyectos hidráulicos, las alteraciones del curso de los ríos o construcciones de presas, en general tienen consecuencias irreversibles para las comunidades.

Los proyectos en los valles de los ríos se consideran generalmente la solución para las necesidades de agua para la agricultura, el control de las inundaciones y la mitigación de la sequía. En las últimas tres décadas, la India ha sido testigo de la construcción de unas 1.554 presas. Entre 1951 y 1980, el gobierno gastó 1,5 mil millones de dólares en las presas de riego de gran o mediano plazo. Sin embargo, el retorno de esta inversión ha sido mucho menor de lo previsto. En las tierras de regadío donde se deberían haber producido al menos cinco toneladas de grano por hectárea, se ha mantenido en 1,27 toneladas por hectárea.

Las pérdidas anuales debido a la inesperada baja disponibilidad de agua, una fuerte sedimentación, reducción de la capacidad de almacenamiento, y el anegamiento, ascienden ahora a 89 millones de dólares. La construcción de represas en dos de los ríos más sagrados de la India, el Ganges y el Narmada, ha generado una vehemente protesta de las mujeres, los campesinos y tribus cuyas vidas y modos de subsistencia han sido interrumpidos y los lugares sagrados han sido amenazados. La gente de Narmada Valley no solamente resiste el desplazamiento debido a las presas de Sardar Sarovar y Narmada, están librando una guerra contra la destrucción de civilizaciones enteras.

¿Cuáles son las claves para el desarrollo de proyectos que combinen los avances de la tecnología y el cuidado responsable del medio ambiente?

Para garantizar la sostenibilidad y la equidad en la gestión del agua y el uso del agua dos indicadores son de vital importancia: cómo afecta el ciclo hidrológico, y de qué forma impacta en el agua de la gente. Si estos dos criterios se tienen en cuenta podemos garantizar la sostenibilidad en el uso del agua y la equidad y la democracia en la gestión del agua. Durante las dos últimas décadas, los movimientos por la democracia del agua han aumentado y han desafiado la idea de que el agua es una mercancía así como las políticas de privatización del agua.

En Nueva Delhi se detuvo la privatización del abastecimiento de agua de la ciudad mediante la Alianza Ciudadana para la Democracia del Agua. En Italia en un referéndum los ciudadanos votaron la democracia del agua en junio de 2011. En abril de 2011 la ONU adoptó una resolución sobre el agua como un derecho humano. Incluso con toda la codicia de las multinacionales, la energía democrática de los movimientos sociales también está creciendo y desafiando a la privatización del agua.

Entonces mucha gente está reaccionando frente a políticas que degradan la naturaleza y la forma de vida de muchas comunidades.

Desde el movimiento 15M para ocupar Wall Street, la Primavera Árabe al Invierno Ruso, personas de todo el mundo se están levantando contra la corrupción, la deshonestidad y la falta de democracia real en la clase política, que a su vez está atada por una camisa de fuerza de las políticas de privatización impuestas por las instituciones financieras. Nuestras democracias han pasado de ser del pueblo, para el pueblo y por el pueblo, a ser de las corporaciones, por las corporaciones y para las corporaciones.

Principios de la ‘democracia del agua’

1. Recibimos el agua libremente de la naturaleza.

2. Todas las especies y los ecosistemas tienen derecho a una parte de agua en el planeta.

3. La vida está interconectada a través del agua. Todos tenemos el deber de garantizar que nuestras acciones no causen daños a otras especies y a otras personas.

4. El agua debe ser accesible para las necesidades de sustento. La compra y venta con fines de lucro viola nuestro derecho inherente.

5. El agua es limitada y puede agotarse si no se usa sosteniblemente.

6. Toda persona tiene el deber de conservar el agua y la sostenibilidad del uso del agua, dentro de los límites ecológicos y justos.

7. El agua no es una invención humana y no tiene fronteras. Es por naturaleza un bien común. No puede ser de propiedad como la propiedad privada y venderse como una mercancía.

8. Nadie tiene el derecho de abusar, de malgastar, verter residuos o contaminar los sistemas de agua.

9. El agua es intrínsecamente diferente de otros recursos y sus productores. No puede ser tratada como una mercancía.