Por Judith Purizaga G.

Se llama José Rivadeneyra Orihuela, tiene 32 años y es el flamante director del Lugar de la Memoria en la región Junín. Un sitio destinado a la reflexión sobre las dos décadas de violencia interna que vivió el Perú entre los años 1980 y 2000 cuando grupos subversivos y las fuerzas del orden se enfrentaron, colocando a su población en medio de un fuego cruzado, sin posibilidad de diálogo, entendimiento y peor aún, sin respeto a la vida humana. Fueron años desastrosos para el país, que dejaron como cifra estimada 69 mil 280 muertos en el conflicto armado interno.

Han pasado 11 años desde el Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación y desde entonces los gobiernos de turno abordaron a nivel institucional un proceso de memoria y reconciliación con el pasado. ¿Pero las propuestas han dado los frutos esperados? ¿Los deudos de las víctimas han logrado realmente superar la pérdida de sus familiares? ¿Fueron reparados con justicia? ¿Han podido sanar las heridas y emprender con optimismo el futuro? Aún no.

Hace falta quizá una nueva propuesta para abordar el tema de fondo: “la reconciliación no es con el pasado, sino con el futuro”. Revolucionaria propuesta que señala el director Rivadeneyra, de formación humanista, y que viene con todo a emprender diversas actividades que traspasan los muros del Lugar de la Memoria en Junín.

Pressenza: ¿En qué momento de tu vida te toma este cargo?

J.R.O.: Estoy en un sincero intento de avanzar y mejorar con respecto a mi coherencia personal, para desarrollar una acción social transformadora de las condiciones que generan mucho sufrimiento y violencia; en un intento de aportar a la superación de la violencia a nivel personal y social.

Pressenza: ¿A ti te tocó de cerca esta violencia política? ¿A nivel personal?

J.R.O.: Sí, tengo el caso de una tía cercana que fue desaparecida, no sabemos dónde está su cuerpo, solo contamos con un acta que dice que fue víctima de la violencia política que vivió el Perú.

Pressenza: ¿Tu familia y tú lo han logrado superar?

J.R.O.: Hemos avanzado en ello. Toda mi familia está abocada a la acción social solidaria. Comprendemos que no hay forma de salir del sufrimiento, del deseo de venganza, del resentimiento, la violencia sino es haciendo acciones que te permitan instalar una nueva condición, personal y social, para que no se repita. Que no se repita, es compromiso de todos. Si tú no quieres que te pase algo, trabaja para que eso no pase.

Pressenza: ¿Crees que el Estado peruano esté realmente interesado en abordar con seriedad el tema de la memoria y reconciliación de esos años de violencia? ¿No te parece que el tema es politizado?

J.R.O.: Donde estoy sí hay apoyo. En Junín, el Lugar de la Memoria es digno del proyecto que lo inspira, un proyecto maravilloso centrado en aportar a la verdad, justicia, memoria y reconciliación con respecto a lo que fue ese periodo nefasto que azotó a miles de personas en el Perú. Por ejemplo, ahora estamos recogiendo los aportes de los desplazados que llegaron de Ayacucho y Huancavelica. No es un intento de decir qué es la verdad absoluta, sino más bien, es un intento de construir una verdad reconociendo los distintos actores que estuvieron presentes y que fueron víctimas y victimarios.

La voluntad política que demostró el presidente regional de Junín, el Dr. Vladimir Cerrón, es un hito con respecto al reconocimiento de los derechos humanos, a no dejar pasar la página sobre las condiciones sociales y personales que hicieron posible que se manifestara tanta violencia.

En el Lugar de la Memoria de Junín, tú puedes encontrar “evidencia” y puedes visualizar qué es lo que le ocurre a una sociedad cuando es presa de la violencia, tú ahí tienes la manifestación monstruosa, horrible, de lo que le puede hacer la violencia a una sociedad. Vejar la vida humana por completo, degradarla, cosificarla a tal nivel que no hay posibilidad de desarrollo en ningún sentido. Entonces, ello nos lleva a pensar seriamente en cómo hacer para salir de los condicionantes que hicieron esto posible, aprender las lecciones; pero sobre todo, entender que este asunto se resuelve en el futuro y en la acción que nosotros podemos desencadenar de ahora en adelante. Por eso es importante el comprender lo que pasó, iniciar un proceso de reconciliación con nosotros mismos que aporte a una reconciliación social; la que será posible en la medida que ayudemos a convertir esto en una sociedad libre de toda forma de violencia.

Mientras la violencia sea un elemento bajo el cual se rigen las relaciones humanas estamos muy cerca de que se expresen manifestaciones monstruosas de violencia. Tú lo puedes ver a nivel físico, pero también hay expresiones monstruosas de violencia a nivel económico, a nivel psicológico, a nivel moral, tú lo puedes ver.

Por citar un ejemplo, tú puedes observar que hay un modelo de superación personal que consiste en que tú acabas la universidad, armas tu empresa, y por poner el capital vives del trabajo de los otros. Pasan años y ellos siguen trabajando y ganando el mismo sueldo, mientras tú vas ganando en base al sueldo de los demás. Eso es violencia económica, porque no considera la labor del otro, considera prioritariamente al capital.

Otro tipo de violencia es el que llevan los medios de comunicación al expresar las noticias, te van dibujando un paisaje caótico socialmente, generando inseguridad. No destacan lo positivo, las alternativas que el ser humano tiene para mejorar su sociedad. Y si no hay difusión de lo bueno, entonces en qué me inspiro para transformar el sistema. O sea, el panorama es sombrío.

Allá en Huancayo, provincia de Junín, es la ciudad con mayor índice de suicidios después de Lima, y de alcoholismo después de Puno. O sea te encuentras con una situación grave en lo social.

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Pressenza: ¿Crees que la sociedad de hoy es el resultado de los años de violencia que vivió fuertemente la sierra central?

J.R.O.: Claro, lo que lo generó sigue estando en nosotros.

Pressenza: ¿Cuál es tu propuesta concreta como director del Lugar de la Memoria en Huancayo?

J.R.O.: Tenemos varios componentes dentro del diseño de acciones. El primero pasa por el tema educativo, ahora estamos trabajando con la Dirección Regional de Educación Junín para promover la visita de los escolares al Lugar de la Memoria, como parte de su formación ética y ciudadana; a eso le estamos sumando una metodología de reconciliación al final del recorrido. Esto se está trabajando con el Centro Mundial de Estudios Humanistas, el cual nos está apoyando en todo el diseño. Hay investigadores del Mensaje de Silo que también están aportando en el “qué hacemos con las personas” terminado el recorrido y luego de haberse “encontrado” con la monstruosidad de lo que fue la violencia política de los años 1980 al 2000. Con ellos estamos trabajando en el ¿cómo hacemos? para que al salir del lugar cada uno desee profundamente dejar toda forma de violencia y asumir la reconciliación como herramienta de construcción de una sociedad más humana, justa y solidaria.

Pressenza: ¿Reconciliarse con el pasado, recordándolo? ¿No es contradictorio eso para sanar las heridas?

J.R.O.: No, para nada. Puede pensarse que es contradictorio por el marco conceptual. Para nosotros, y eso lo que he podido comprender con los trabajos realizados en los organismos del Movimiento Humanista, la reconciliación es con el futuro, no es con el pasado. Sobre el pasado lo que tenemos es una lección de lo que se vivió. Eso te ayuda a no olvidar. Tú lo ves, lo interpretas y haces una configuración personal con respecto a qué significa eso para ti. Entonces, ya tienes presente hacia dónde te puede llevar a violencia. Pero la reconciliación es hacia el futuro. O sea, cómo yo me reconcilio con mi sociedad, conmigo mismo, con las instituciones del Estado para avanzar en la construcción de esa nueva sociedad.

Esa es la reconciliación. Qué hago yo para construir a futuro ese mundo aspirado donde ningún ser humano esté por debajo de otro, por ejemplo.

Pressenza: La propuesta que señalas es bastante integral, en el sentido que aborda al sistema mismo, la realidad social… y para eso ¿qué otros aspectos la componen?

J.R.O.: Bueno, hay videos de los testimonios, hay documentales, un proyecto de centro de documentación especializado en derechos humanos y memoria, que pueda promover la generación de tesis o investigaciones; la única forma de comprender lo que pasó realmente es con la investigación, con el desarrollo del conocimiento en favor de la vida humana.

También nuestra propuesta aborda un aspecto cultural, a través de actividades que conecten con el arte y la sensibilidad de las nuevas generaciones para trabajar mucho el tema de la identidad, pero identidad con lo humano, con la vida; no solo con lo que es propio del lugar, necesitamos una nueva cultura que rescate al ser humano como prioridad.

Tenemos un componente social, con los que fueron víctimas y desplazados de la violencia política para ver cómo ellos construyen su relato de lo que fue y cómo hacemos con ellos la reconciliación de todo lo que se truncó, porque lo que se truncó ahí es la vida y lo que se tiene que reparar es la vida humana; con respecto a los desaparecidos y victimizados que todavía no están en el Lugar de la Memoria, ellos tienen que estar. Pero esa es la tarea en la que participan las asociaciones de víctimas como desplazados; nosotros actuamos como facilitadores.

Y luego ya viene otro componente que es la inclusión de otros aparatos estatales, se tiene que avanzar en una búsqueda de los desaparecidos, pensar en las reparaciones colectivas, individuales, el aumento de las reparaciones simbólicas. Es decir, creo que el Perú tiene que avanzar mucho en el desarrollo de una política de Estado que priorice el tema de derechos humanos, el tema de memoria y verdad, de reconciliación, comprender el momento histórico y cómo nos involucra a todos.

Yo creo que no es posible avanzar en reconciliar, sin encontrar la verdad y justicia, si se sigue mirando a la gente y se siguen mirando a sí mismos como víctima y victimario. Se tiene que avanzar reconociendo responsabilidades, pero sobre todo, en la construcción de aquello que uno quiere al futuro, o sea, las personas tienen que asumir el compromiso vital de trabajar por la paz, por la no violencia, por una sociedad más justa e igualitaria y por el sentimiento de justicia. No hay otra forma de salir del resentimiento y la venganza, uno tiene que hacer algo para salir.

Pressenza: Esta es una nueva propuesta: “trabajar por la paz”, ¿pero cómo se hace eso?

J.R.O.: Uno tiene que hacer algo para poder salir de esa condición interna que no te permite avanzar, ni construir nada nuevo. El Lugar de la Memoria es un sitio abierto que requiere de todos y todas. Necesitamos la acción solidaria. Por ello, estamos articulándonos con los otros lugares de la memoria en Ayacucho, Huancavelica y Lima. Estamos haciendo este esfuerzo para nutrirnos y mostrar la importancia de abordar el tema como una prioridad nacional. Han pasado más de diez años de la Comisión de la Verdad y es muy poco lo que se ha avanzado con respecto a la propuesta, a las recomendaciones que nos ha hecho la CVR.

Pressenza: ¿Este esfuerzo no se ha comprendido realmente a nivel institucional? ¿Hay un rechazo a abordar este tipo de temas?

J.R.O.: Bueno, el tema se ha politizado. Hay una mirada un poco corta con respecto a lo que significa el proyecto. ¿Cómo no reconocer lo que torció el camino y el desarrollo de la vida? O sea, ponlo en términos esenciales, más de 69 mil muertes no es menor, cuánta gente, cuántas generaciones, la mayoría quechua-hablantes… se está hablando de un grado de insensibilidad y un desconocimiento brutal de la condición humana. Es decir, sino se supera esa mirada que no reconoce la vida humana en su condición mayor, más allá del credo, de la condición física, más allá de todo parámetro cultural, no es posible avanzar en un proyecto de desarrollo humano y social, es imposible. Entonces, que cualquiera se oponga a un proyecto de esta naturaleza, muestra una mirada muy corta, porque este proyecto va a permitir el reconocimiento de la vida como prioridad y nos pone la tarea de trabajarlo como un valor central. ¿Y crees que otros gobiernos también brindarán el mismo apoyo? ¿Se ha entendido que un proyecto de esta naturaleza trasciende cualquier periodo de gobierno? Ojalá ¿no? Tiene que ser así. La sociedad civil tiene que hacer ejercicio de ciudadanía. Un proyecto tan importante no puede echarse abajo por miradas angostas.

Pressenza: ¿Y cuál es la propuesta humanista, a la cuál tú perteneces?

J.R.O.: Bueno, en principio no hay olvido, porque la conciencia y la memoria tienen que estar frescas para reconocer aquello que ocurrió, sin falsificación, tiene que ser una memoria verdadera, no justificar, sino reconocer que esto exactamente pasó. Entonces si pasó, no hay olvido.

Y segundo, establece que no hay perdón, porque el perdón en la historia humana en su momento ayudó, pero ahora reconocemos que tiene límites; establece una categoría moral superior con respecto al otro, donde la humanidad de uno se impone sobre el otro. Y entonces se convierte en un acto que se impone ante la vida.

Silo propone la reconciliación que consiste en revisar aquello que ocurrió, reflexionar y proponerse no repetir ese camino; además, exigir la reparación doblemente de aquello que uno hizo sobre el otro, adquiriendo el compromiso verdadero de no volver a transitar ese camino.

Pressenza: ¿Y cómo debería repararse?

J.R.O.: Es una pregunta interesante que cada uno debe tratar de responder. ¿Cómo reparo aquello que yo hice y que hizo daño a otros? ¿Cómo reparar aquello que afectó la vida y desarrollo de otras personas? La solución que hasta el momento se ha encontrado es a nivel externo, a nivel institucional y se piensa que con eso se va a reparar, pero si no hay un cambio profundo y esencial en la vida de las personas, es difícil porque se interponen otros intereses antes que la vida humana.

Hasta ahora todas las respuestas han sido desde las instituciones, pero no basta, así no se va a resolver porque están olvidando el tema de la condición humana sujeta a muchas circunstancias.

Entonces, el trabajo es con uno mismo, cada uno debe aprender a ser coherente, a tratar a los demás como nos gustaría ser tratado y el reflejo a nivel social se va a dar porque esta persona está armonizada, es justa y reconoce la humanidad del otro, se solidariza con aquellos que son vulnerados, hace eco de su pedido de justicia, supera la violencia moral donde uno es indiferente al sufrimiento de otro. Es compañero del trabajo de construcción social favorable para otros. O sea, tú, yo, podemos hacer cosas para que no se repita este periodo de monstruosidad.

Pressenza: Al final, ¿todo se resume en “recordar, para superar”?

J.R.O.: Así es, mi abordaje está inspirado en toda la obra de Silo. Él ha realizado un gran aporte a la humanidad, ha sentado las bases de una nueva cultura donde el ser humano es el valor central, una sensibilidad que se traduce en los diversos campos de acción del ser humano viendo a éste como una prioridad; después de eso, que venga todo. Pero ahora no es así.

Y es hermoso un Lugar de la Memoria, porque te acerca a ese pedido, porque te ayuda a reconocer la condición humana del otro. No es nomás quién hizo esto, quién torturó, mató, violó, no… sino es preguntarse ¿por qué pasó esto? Sin buscar culpables, sino reconociendo las múltiples responsabilidades. No quedarse en la foto, ni en la noticia, sino en la representación sincera de lo que pasó. Un Lugar de la Memoria es maravilloso porque nos permite reconocer que eso ocurrió, fue nefasto; por lo tanto queda en mí el deber moral de hacer una acción social coherente para que esto no ocurra. Si yo tengo arrastre de sufrimiento y violencia, no voy a poder actuar según la circunstancia actual que esta sociedad exige. Si esta sociedad es violenta, yo tengo que aprender a superar esta violencia en mí.

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Pressenza: ¿Cuál sería el resultado con el que te sentirías satisfecho en tu gestión como director del Lugar de la Memoria en Junín?

J.R.O.: Por ahora, que se instale el tema de reconciliación como una prioridad personal y social, y ojalá cada persona que visite el Lugar de la Memoria se vaya con la certeza de lo que es necesario mejorar, aprender a vivir sin violencia, ser solidario con el otro, a construir las condiciones para que nunca más se repita ello, y eso es solo a partir del reconocimiento de lo humano. No hay otra forma. Yo estaría muy feliz si cada persona que visita el lugar sale con una convicción de que esto no va a volver a suceder, por una reflexión sincera y porque asume un compromiso frente a su vida, a la vida de los demás y hace algo por construir una sociedad más justa, solidaria, humana, no violenta, alegre, que mira atrás y ve la prehistoria; y avanza hacia la plena historia humana.

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– Silo -seudónimo de Mario Luis Rodríguez Cobos (Mendoza, 06 de enero 1938 – Mendoza, 16 de septiembre 2010)- escritor argentino y fundador del Movimiento Humanista.

– “Silo es un Maestro y guía espiritual. En el 2007 se refiere, en el Parque de Estudio y Reflexión de Punta de Vacas, al tema de la reconciliación”.

– “Participo de la corriente de pensamiento del Nuevo Humanismo Universalista. Este proyecto tiene un Parque de Estudio y Reflexión que está ubicado cerca de Cañete, frente a Cerro Azul, se llama Ihuanco. En dicho Parque se desarrollan trabajos de estudio para profundizar en la acción, profundizar en el sentido de la vida, trabajar sobre el reconocimiento de la condición humana, de lo humano tanto en mí como en los demás”.