Continuando con los artículos propuestos sobre la obra de Silo, mencionada en el prólogo hecho a la nueva edición de Habla Silo de reciente publicación por León Alado Ediciones, España, ahora podemos presentar los textos siguientes, con el fin, precisamente, de acercar Silo al lector.

Con la visita al Asia, junto con un grupo de amigos que viajábamos desde distintos lugares, tuve la fortuna de estar presente en los dos actos que se hicieron: uno fue en Colombo, capital de Sri Lanka (ex Ceilán) donde Silo además de exponer en un acto público, conversó con miembros de la Sangha Budista. Después en la playa de Chawpatty, a las puertas de Bombay (hoy Mumbay). Esta fue una experiencia única por la aglomeración de gente que acudía ordenada y atentamente, al atardecer, a las instalaciones dispuestas a participar en el acto.

A Colombo fuimos llegando de apoco, de diversos lugares, y nos impresionó gratamente aquel clima tropical conjuntado con esa gente ancestral, siempre sonriente y amable. Puedo relatar un pequeño incidente muy revelador. Ocurrió que ni bien aterrizamos pedimos al chofer que nos llevara a cambiar moneda, veníamos de Tokio y es costumbre japonesa tener moneda local cuanto antes. De pronto, durante la espera en el mostrador del banco, el chofer, joven muy humilde, que también era intérprete, nos pregunta, sin más: _ ¿Qué es lo más importante para Uds.? (como extranjeros), mirando a las japonesas, quienes titubean y responden, __ Bueno, no sabemos bien, quizás, el dinero es lo más importante. Si eso… Inmediatamente el joven se ríe y les comenta a todos los presentes en el Banco, en cingalés, y rompen en risas… Nos dice entonces: “__ Aquí no es así, lo más importante es la religión, cualquiera sea la de cada persona, budista, hinduista, cristiana, es lo más importante y todos nos llevamos bien”. Ese fue nuestra entrada a este país, que puso en jaque las prioridades.

Los amigos Siloístas del lugar habían organizado varias actividades, un acto central, visitas a organizaciones y también al Primer Ministro. Quien recibió a Silo e intercambiaron sobre distintos temas. Al final de la misma, Silo le recomendó atender a la violencia (pues en aquella época estaba muy activa en una parte del país por la guerrilla secesionista) el PM le dijo que no era problema, el país es budista y muy pacífico. No obstante, tiempo después hubo un tremendo atentado en la capital contra la Presidenta del país con consecuencias fatales. Una vez más Silo es desoído en circunstancias muy precisas. (Recordemos que en la primera disertación en Mendoza, en el 69 le dijeron que no había violencia que la había en Vietnam…Poco tiempo después hubieron revueltas callejeras como nunca se habían visto, (con los titulares del Mendozazo, en referencia agrave conflicto desatado).

El intercambio de Silo con miembros de la Sangha budista de Sri Lanka en 1981 se dio fluidamente. Expuso que su mensaje era simple y dirigido al día a día de la gente, reconociendo las propias limitaciones y resaltando la importancia de “… saltar sobre sus propios problemas para dirigirse a otros.”

Aquí está el núcleo de su predica: dirigirse a otros. Basada en la premisa de que dar es mejor que recibir.” Y enfatiza: “…En la idea de que todo acto que termina en uno mismo genera contradicción y sufrimiento, y en la idea de que las acciones que terminan en otro son las únicas capaces de hacer superar el propio sufrimiento.” Y “….este encerramiento, este individualismo, esta vuelta de las acciones sobre sí mismo, están produciendo una desintegración total en el hombre de hoy… hay un solo acto que permite al ser humano romper su contradicción y sufrimiento permanente. Este es el acto moral en el que el ser humano se dirige a otros para hacer superar sus sufrimientos.” [1]

Las conversaciones continúan. En otro momento se destacará la importancia del guía, ante el comentario de un monje: –Con eso de unos ayudando a otros, ¿no existe el peligro de que “el ciego ayude al ciego”? A lo que Silo explicó que aunque fuera ciego tendría otros sentidos con los cuales podría ayudar al caminante en su recorrido.

Después asistimos al acto que fue traducido al inglés, al cingalés y tamil. Este tuvo lugar en un local cerrado en una bulliciosa zona de la capital del país, budista por antonomasia. Que fue un adelanto de lo que desarrollaría en la próxima cita: India.

A Bombay llegamos desde Colombo y ya habían muchos amigos de diversos lugares que nos habían precedido. El equipo encargado del acto estaba trabajando ‘full time’ en numerosas tareas, instalaciones, sonido, difusión, prensa, invitaciones y demás. Para la difusión se hizo algo original: elevarse un globo aerostático, cerca de la playa, con la frase Come to Silo’s talk.

En el hotel donde nos alojábamos se celebraba, al llegar, una conferencia de prensa, con traductor, a quien Silo le respondió ampliamente y los artículos publicados titulaban, por citar alguno, “Silo: the Argentinean philosopher in Bombay”…

Mientras que se hacen los preparativos, se instalan sillas, la tarima, los altavoces y micrófonos, Silo visita el lugar tranquilamente, apreciando la amabilidad de los transeúntes y conversa con algunos mediante intérprete. Las invitaciones personales y algún que otro de anuncio en prensa hicieron lo demás para que una concurrencia impresionante colmara el lugar.

El día del acto la gente llegaba con antelación ordenadamente a la playa, una brisa acompañaba hasta que se hizo viento al anochecer junto a la voz de Silo trasmitida en 4 idiomas: español, inglés, hindi y gujarati. Una jornada de antología.

6. En Sri Lanka. Silo arriba a la lejana Asia, donde se originaron las grandes enseñanzas y esta es la tierra del budismo más ortodoxo. Cumpliendo un gran ciclo histórico, su propuesta se universaliza. Ya es algo Mundial. En una plática con monjes budistas destacará la importancia de la fuerza moral en marcha y del acto solidario, con los actos de conducta lanzados a que lleguen a otros, como la acción válida. Creo es digno de destacar que en ningún otro lugar Silo fue recibido con la disposición y amabilidad primero por las autoridades del país y después por estas personas manifiestamente religiosas. Todo un detalle.

7. En Bombay, India. Mientras que se hacen los preparativos: se instalan sillas, la tarima, los altavoces y micrófonos, Silo visita el lugar tranquilamente, apreciando la amabilidad de los transeúntes. La invitación boca a boca y algún par de anuncios en prensa hicieron lo demás. Nuestros ojos no salían del asombro ante los miles de participantes que acudieron a escuchar a aquel hombre que a diferencia de tantos viajeros que vienen en búsqueda… este en cambio les hablaría de sus certezas, desgranando temas cruciales, como la deshumanización de la Tierra,

Nos dijo: “Bueno es todo lo que mejora la vida. Malo es todo lo que se opone a la vida. Bueno es lo que une al pueblo. Malo aquello que lo desune. Bueno es lo que afirma: “Todavía hay futuro”. Malo es decir: “No hay futuro ni sentido en la vida”. Bueno es dar a los pueblos fe en ellos mismos. Malo es el fanatismo que se opone a la vida.”

Aquel conmovedor discurso terminaba entrada la noche al proponer la experiencia de convertir el sentido de vida y comunicarlo a los demás, con aquello de: “__Quisiera repetir estas frases: “Ve hacia tus padres, tu pareja, tus compañeros, amigos y enemigos y diles con el corazón abierto: ‘Algo grande y nuevo ha pasado hoy en mí’ y explícales entonces, este mensaje de reconciliación.”

8. Acerca de lo humano. Seguimos en los 80, de regreso al Cono Sur, en el Gran Buenos Aires; donde se realiza un centro de estudios sobre su Pensamiento, del cual también participa. Ante las consultas, expone su visión de qué es lo humano, algo consustancial a su enfoque humanista que dará lugar, precisamente, al Nuevo Humanismo. Basado en estas explicaciones realizamos este ejercicio: “…Siento lo humano en mí, siento lo humano en ti”.

9. La religiosidad en el mundo actual. Ahora en la Casa Suiza, de la capital de Buenos Aires, reconocido centro de reuniones y conferencias, abarrotada por una audiencia anhelante de escuchar a Silo, que no expone desde hace algunos años, abordará un tema que le es muy cercano: la Religiosidad. El presentador hace un periplo por las exposiciones anteriores, destacando las hostilidades padecidas y cómo se han sorteado hasta poder alcanzar a este punto en que nuevamente es posible disertar en público. Con erudición alude al tema, aclara que no es el suyo un enfoque científico. Resalta que una nueva religiosidad ha surgido en el mundo actual con un trasfondo de rebelión, ha de provocar modificaciones de las fórmulas tradicionales y en más aspectos. Es, por cierto, expresión de lo sagrado en nuestro tiempo. Tópicos que seguirá tratando en décadas siguientes.

Al terminar con este punto temático, permítaseme relacionarlo con una frase que conocíamos de sus primeros escritos, cuando de joven ya perfilaba su pensamiento:

 Hay que resucitar a Dios.

Quiero un dios que me escuche y me hable. No
un eco muerto de mi silencio agudo
[2].

Otros temas en próximos artículos.



[1] Ver: Comentarios al Mensaje de Silo. Experiencia personal relacionada con La Acción Válida. De Karen Rohn. www.silosmessage.net, www.elmensajedesilo.net

[2] Unas de sus primeras frases escritas conocidas en una novela corta… Donde el término ‘resucitar’ puede entenderse mejor como renacer; un volver a manifestarse el espíritu humano ya rebelándose ante cualquier aparente derrota, según varías ideologías pesimistas del siglo XIX y XX.