Por Victor M. Carriba.-

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, abogó hoy por que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) sustituya a la Organización de Estados Americanos (OEA) a la cual consideró un instrumento de dominación del gobierno estadounidense. El peso hegemónico de Estados Unidos y Canadá deslegitima y pervierte cualquier asunto dentro de la OEA, subrayó el mandatario ecuatoriano en entrevista con Prensa Latina.

En cambio, apuntó, la Celac es una gran esperanza porque la región necesita «algo nuevo, nuestro, mejor que la OEA, y eso es la Celac», cuya presidencia pro témpore asumirá Ecuador en 2015.

Correa, quien asistió a la II Cumbre de esa agrupación, que concluye este miércoles en La Habana, sugirió buscar alternativas para «procesar nuestros conflictos (dentro del área) y coordinar políticas y posiciones sin la injerencia desequilibrante de países hegemónicos».

Denunció como una ruptura que las sedes de la OEA y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos radiquen en Washington, «capital del país responsable del bloqueo criminal a Cuba» y que no ha ratificado el Pacto de San José, sobre el cual se sustenta el sistema regional.

La Celac tiene que ser el foro alternativo a la OEA. Necesitamos un nuevo sistema latinoamericano y caribeño de derechos humanos que esté de acuerdo con nuestros valores, principios y visiones, insistió.

Correa opinó que en esa materia hay cuestiones totalmente pervertidas por el Capital y la visión anglosajona, como ocurre con respecto a la llamada libertad de expresión.

Explicó que para los norteamericanos y la CIDH la cadena televisiva CNN es la antología de ese concepto, «pero para mí es la antítesis, la libertad del Capital. Nosotros vamos a luchar por la libertad de nuestros pueblos».

Sobre el espionaje realizado por Estados Unidos contra países, gobernantes, empresas, instituciones e individuos, el presidente ecuatoriano se preguntó dónde están la ONU y la OEA para condenar esas acciones.

Eso demuestra la doble moral internacional. La institucionalidad mundial, que la quieren presentar como avance de la civilización, es tan solo estructuras para defender las conveniencias del más fuerte. Ojalá algún día se inaugure la justicia internacional, indicó.

Puso en duda que la ONU defienda los principios de la democracia y deploró que un grupo de países tengan poder de veto permanente dentro de esa organización.

Al referirse a la necesidad de reformar la organización mundial, el jefe de Estado llamó a democratizar el Consejo de Seguridad y a cambiar las formas de aprobación de resoluciones, «que ningún país tenga poder de veto por importante que se crea».

Por otro lado, el presidente ecuatoriano llamó a eliminar las desigualdades y las injusticias para contar con una paz real en América Latina y el Caribe.

El concepto de paz va más allá de la ausencia de guerra, dijo al recordar que esa región, aún sin guerra, vive de manera permanente en un clima de violencia.

El mandatario sostuvo que la extrema desigualdad, la insultante opulencia al lado de la más intolerable miseria, son balas cotidianas contra los más pobres.

La II Cumbre de la Celac proclamó este miércoles a América Latina y el Caribe como una zona de paz, donde las diferencias se resuelvan de forma pacífica, a través del diálogo y la negociación u otras formas de solución.

Además exhortó a desterrar para siempre el uso y la amenaza del uso de la fuerza y al estricto cumplimiento de la obligación de no intervenir, directa o indirectamente, en los asuntos internos de cualquier otro Estado.

También instó a observar los principios de soberanía nacional, la igualdad de derechos y la libre determinación y a fomentar relaciones de amistad y cooperación, independientemente de las diferencias entre los sistemas políticos, económicos y sociales o niveles de desarrollo.