Fotos de Isabelle Montané

El fin de semana del 7 y 8 de diciembre 2013 en Bassevelle (Francia) tuvo lugar el simposio «De Einstein a Magritte: más allá de nuestras verdades», en donde se mostró a los participantes una visión general de nuevos conocimientos, tecnologías y prácticas artísticas y espirituales, que cuestionan los hábitos de «pensar el mundo«. El simposio comenzó con una explicación de la física cuántica y sus visiones desestabilizantes del tiempo y la materia; la concepción no determinista del simposio llevó tanto a participantes como a oradores a pensar de manera diferente, sin que ningún modelo preconcebido haya sido propuesto.

Si los participantes fueron a veces sorprendidos por el cóctel variado de un programa muy atractivo, los conferencistas estaban intrigados y felices de haber sido invitado a hablar de sus especialidades: una investigadora belga en sistemas vulgarizó brillantemente y con simplicidad la física cuántica, un artístico universitario criticó el sin-sentido y la fealdad del arte contemporáneo, un joven investigador bretón [Región de Francia, NdT] presentó las posibles innovaciones de la nanotecnología en la medicina, una apasionada de la mecánica cuántica evocó sus prácticas espirituales.

A primera vista, el programa propuesto por los Centros de Estudios Humanistas de París y de Bruselas es desconcertante. Salvo si uno se aleja del modo de pensar corriente que impone una tesis y un camino  inflexible en su lógica… Tanto los auditores como los conferencistas se encontraban frente a la necesidad de construir por sí mismos una forma de entender la lógica del simposio. Desestabilizando los hábitos del pensar, se ponía así en la misma pregunta a todos los presentes, suprimiendo las fronteras habituales entre conocedores e ignorantes. Sólo se insinuaba el deseo de los organizadores de dar puntos de vista futuristas y alejados de las evidencias, de proponer de flexibilizar la manera de percibir y de pensar. «La materia está llena de vacíos y solo debe su masa a las relaciones entre estos componentes. » Esta declaración cuántica tan poética, y familiar a la filosofía, también puede evocar las relaciones dentro de una sociedad. Este tipo de reflexión propio de la física cuántica lleva a reflexiones que tienden a construir puentes entre campos tan lejanos como el arte, la espiritualidad y la química, puentes que conducen fuera de los caminos ya recorridos y que abren diferentes perspectivas del futuro.

Durante el segundo día, vimos el sentimiento de un artista de esculturas tecnológicas, así como a un investigador mexicano en ciencias sociales. Sorprendentemente, las conferencias estaban empezando a responderse unas a otras, enriqueciendo así los enlaces evidentes para todos. Las formas no deterministas del simposio se complementaban en un marco bien planteado, como lo habían previsto los organizadores, sin saber exactamente a donde todo esto llevaría a los participantes y los conferencistas. Este divertido cóctel de conocimientos dio más flexibilidad y libertad en la forma de actuar, de pensar y de sentir. Una buena parte de los participantes quedaron con una buena sed de conocimiento y de aprender.