Por Tarsicio Granizo

Biólogo, ex-subsecretario del Ministerio de Patrimonio

Pensaba mostrar un respetuoso silencio, pero no me ha sido posible.

Sí, hay pena y tristeza, especialmente entre quienes trabajamos duro por la Iniciativa Yasuní ITT, desde adentro, desde el Estado, desde el Gobierno. Pero ante ciertos argumentos que se oyen y se leen por ahí y por aquí, me permito puntualizar algunos elementos para el debate:

– La Iniciativa Yasuní ITT no fue per se una iniciativa para proteger el Parque Nacional Yasuní. No fue una iniciativa de conservación conceptualmente hablando. Fue pensada y creada específicamente como un mecanismo de mitigación al cambio climático. La idea era pedir una compensación económica a la comunidad internacional (léase países desarrollados), por evitar la emisión a la atmósfera del carbono que produciría el uso del petróleo del ITT. La conservación del Parque era un resultado tangencial y oportuno, pero secundario.

– ¿Pero por qué se pide una compensación? Basada en el principio de «responsabilidades comunes pero diferenciadas», existe una corresponsabilidad planetaria por el uso indebido del espacio atmosférico que es un bien público. Es decir, los países desarrollados se han hecho ricos entre otras cosas apropiándose de un espacio que pertenece a todos, la atmósfera, por lo que tienen una deuda histórica con el planeta. Si bien es cierto todos somos responsables del cambio climático, hay algunos más responsables que otros.

– Parte de los debates que se llevan a cabo en las negociaciones internacionales por parte de los países en desarrollo, es cómo «cobrar» esa deuda. Y se han desarrollado varios mecanismos en el marco de la Convención de Cambio Climático. El Ecuador propuso, luego de haber lanzado la Iniciativa Yasuni ITT y para contar con el respaldo de la Convención Contra el Cambio Climático (CCCC), el mecanismo de Emisiones Netas Evitadas (ENE). Este mecanismo fue aprobado luego de intensas negociaciones ecuatorianas en el seno de la CCCC.

– El mecanismo ENE consiste en que un país en desarrollo, que resuelve soberanamente disminuir o dejar de hacer una actividad que ocasiona emisiones a la atmósfera, puede pedir una compensación de los países desarrollados como parte del pago de su deuda histórica. El mecanismo no es totalmente nuevo, pues REDD (Reducing Emissions from Deforestation and Forest Degradation) tiene el mismo principio: un país que decide no tumbar sus bosques, y no liberar el carbono almacenado en ellos, recibe una compensación por ello. La idea del mecanismo ENE era el tener un soporte internacional para la Iniciativa, al igual que lo tiene REDD+.

– Por otro lado, cabe tener en cuenta que existen al menos 5 actividades petroleras dentro del Parque, desde hace muchos años, antes de este Gobierno (Bloques 14, 15, 16, 17 y 31) que afectan en menos o mayor grado al Yasuní. Evidentemente el ITT tiene casi el 25% de las reservas actuales del país, por lo que su situación era distinta al resto de actividades petroleras en el área. De nuevo, todas estas actividades petroleras fueron negociadas antes de este gobierno. Pero claro, antes no había debate y transparencia, por lo que muchas de ellas fueron llevadas a cabo sin la «bulla» que ahora se hace por el ITT.

– Adicionalmente hay hechos que hablan por si mismos: En 2005, el presupuesto del Estado para el apoyo al sistema nacional de áreas protegidas (Patrimonio de Areas Naturales del Estado -PANE- para decirlo con más propiedad, porque el sistema aun no existe) fue de 2,7 millones de dólares. En la actualidad es de 21 millones, es decir 8 veces más que hace una década (aunque los estudios dicen que el presupuesto requerido para el funcionamiento ideal del PANE sería de 44 millones); se ha triplicado el ingreso de visitantes a las áreas protegidas en los últimos 10 años; se ha duplicado la dotación de personal para las áreas; y los indicadores de eficiencia en el manejo muestran que se ha sobrepasado el umbral de manejo básico (52%). Por último, otros programas creados por este gobierno forman parte del «paquete» que busca hacer efectivos los derechos de la naturaleza, como el programa Socio-Bosque (ahora exportado a varios países), el Programa de Recuperación Ambiental y Social (PRAS), o los programas de los GAD para tratar los desechos, el saneamiento de las camaroneras ilegales, el control a la pesca de tiburón (reconocida por varias instituciones internacionales), entre otros.

– La explotación del ITT no alteraría más que otras actividades petroleras en el parque, la situación de los pueblos no contactados.

La explotación del ITT está lejos del área intangible QUE SIGUE SIENDO INTANGIBLE. Hay otros campos que están mucho más cerca de esta área, como el Armadillo.

– No puedo más que sonreír cuando se rasgan las vestiduras diciendo que la explotación del ITT traerá la desaparición de especies. Cualquier biólogo de primer año (y que no esté contagiado del odio oportunista contra el Gobierno) sabe que la extinción se produce por varias causas: deforestación, tala ilegal, conversión de ecosistemas, ingreso de colonización (que no es solo mestiza! También hay colonización indígena!) a áreas naturales, etc. Estos dramas ocurren desde hace años en nuestro país. La última bofetada de estupidez la leí hoy cuando alguien decía que el «olinguito», mamífero recientemente descubierto en el Ecuador, ya no tendría donde vivir si explotan el ITT, cuando esta especie NO vive en el Yasuní!!!

– El problema del «ecologismo» es su incapacidad de leer toda la novela. Solo ven un capítulo: el de la conservación (y me incluyo, como ambientalista). Pero señores/as, la conservación de los recursos naturales y de la biodiversidad ES UN HECHO POLITICO y no puede desvincularse de otros problemas sociales y económicos del país y del mundo. Sectorializar la lucha ambiental no es más que una respuesta pequeño-burguesa al problema de pobreza, exclusión y desigualdad. Pero claro, es fácil hablar con la barriga llena! Por cierto, en muchos de nuestros países el ecologismo (como lo conocemos en la actualidad) está vinculado a las clases dominantes. ¿por qué será? Mientras los ecologistas sigamos con esta visión estrecha del mundo, nunca nos van a hacer caso, porque si bien es cierto, podemos amarrarnos a los árboles o tirar pintura en los abrigos de piel (lo cual también es necesario y militante), no vinculamos la lucha ambiental como parte de una lucha mayor que incluye una sociedad más igualitaria cosa que a las oligarquías no les gusta!

– Decir que siempre hubo la intención de explotar el Yasuní, es una falacia y una canallada. El gobierno y el mismo Presidente lanzaron la idea, la defendieron, la impulsaron y trabajaron (trabajamos ) duro por ella. Es parte del análisis sectario y tendencioso de los mismos de siempre, de los oportunistas.

La tristeza, mi tristeza, es que  el fracaso de la Iniciativa Yasuní ITT nos aleja de una lucha más profunda desde el ecologismo social: una nueva matriz productiva, un cambio en la relación del ser humano con su entorno, la apropiación del Sumak Kawsay (de los pueblos indígenas) como política de Estado y no como discurso político, y de la sociedad del bioconocimiento. Nos aleja, nos retrasa, nos debilita.

Como nos alejan, nos retrasan y nos debilitan muchas decisiones de este caminar hacia esa utopía post-capitalista, o si se quiere neo socialista, en la que muchos soñamos. Porque no queremos una sociedad sostenible. Queremos una sociedad socialista, en la que la sostenibilidad sea uno de sus pilares.

19 de agosto de 2013.