Fuente: Radio Habana-Cuba a través de ALER

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, exhortó en la ciudad de Guayaquil, a los países que integran el ALBA a crear un nuevo orden mundial donde la supremacía la tenga el ser humano, los pueblos, y no el capital.

«Señaló que en América Latina las cosas han cambiado, ahora mandan los pueblos, no las élites y mucho menos el capital» y agregó que «si bien es cierto que no hemos podido solucionar todos los problemas, ya no dictan las hegemonías.
En Ecuador, Bolivia y Venezuela hay soberanía popular, y ese es el principal cambio en las repúblicas y es precisamente eso lo que no nos perdonan las élites», agregó en la apertura de la XII Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del organismo regional.
En ese sentido, el jefe de Estado ecuatoriano pidió mantener la unidad en el bloque regional y sus gobiernos contra lo que llamó «la entelequia del mercado y el imperialismo financiero», que sustituye a las intervenciones militares.
«Afirmó que por supuesto que todavía hay colonialismo, pero ya no se expresa en bombas, misiles o botas opresoras porque el nuevo imperialismo del mercado son los dólares y el abuso y eso no lo podemos permitir en nuestros pueblos», declaró Correa.
También el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, cuestionó duramente el papel de la OEA – Organización de Estados Americanos- al inaugurar aquí la XII Cumbre de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América.

Pidió a la Cumbre y a los pueblos de Nuestra América analizar y cuestionar a la propia OEA, y preguntó cómo se puede sostener la irracionalidad de que su sede sea el país que mantiene el criminal bloqueo a Cuba.
Bloqueo, recordó Correa, que incumple abierta y descaradamente la mitad de los artículos de la Carta Constitucional de la OEA y que ha sido condenado en 21 años consecutivos en la Asamblea General por la casi totalidad de los países miembros de las Naciones Unidas.
El primer mandatario recordó igualmente el tema de las Islas Malvinas, enclave colonial de Gran Bretaña frente a las costas argentinas y a más de mil kilómetros de Londres.
Consideró otra prioridad la revisión del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, que, afirmó, no pueden hacer quebrar los procesos de cambio como la acción de transnacionales utilizando corruptos centros de arbitraje internacional, pero sí indigna tanta hipocresía
Cómo es posible que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tenga su sede en Washington y reciba su financiamiento fundamental por países que, como Estados Unidos, no han ratificado el tratado o no pertenecen a la región.
No podemos, enfatizó, seguir soportando estas contradicciones de ciertas burocracias internacionales que intentan ponerse por encima de nuestros Estados.
Este es un espacio político para tomar decisiones y orientaciones políticas, basados en una ideología clara. Tenemos que discutir y procesar estas cosas al interior del ALBA y de los espacios integracionistas, dijo.
Se refirió igualmente al mayor caso de espionaje en la historia de la Humanidad denunciado por el exanalista de la CIA Edward Snowden, que, expresó Correa, viola descaradamente el derecho humano a la intimidad y la soberanía de los Estados rompiendo el derecho internacional.
Si seguimos callados, seremos cómplices de lo que está sucediendo, afirmó respecto a estos temas en la Cumbre del ALBA.
También reitero en inauguración de la XII Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del organismo regional la necesidad de impulsar tribunales arbitrales a partir de los organismos de integración regional como el ALBA, la Celac y la Unasur.
El dignatario ecuatoriano se refirió a tribunales internacionales que responden a intereses para perjudicar a los gobiernos progresistas que tienen en el pueblo su principal objetivo de crecimiento.
Por ello, exhortó el primer mandatario a sus homólogos del ALBA a «defender nuestros pueblos, mantener nuestra soberanía y la patria grande, de la que hablaban nuestros próceres como Bolívar y Sáenz porque sigue siendo una necesidad.
En otra parte de su discurso, el presidente Rafael Correa enfatizó que el desafío del Siglo XXI «para nuestros pueblos ancestrales y la Patria Grande es superar la pobreza sin perder nuestra identidad».
«Tenemos que estar claros que nuestros pueblos indígenas no viven bien, por eso debemos mantener la cultura de nuestros pueblos oriundos, pero creer que ellos deben seguir viviendo sin agua, luz y demás servicios no es cultura es miseria, y no podemos permitir la miseria», declaró Correa durante la XII Cumbre del ALBA.
Finalmente, Correa advirtió que fuerzas internas y externas buscan desestabilizar a las naciones progresistas por lo que insistió en la necesidad de que «nuestros gobiernos le hablen claro a los pueblos para que no sean confundidos por falsas izquierdas».
«Para sostener el cambio de época y hacerle frente a los peligros internos y externos es necesaria la unidad e integración», concluyó.
En ese sentido resaltó el legado de unidad que dejó el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, de quien afirmó que su espíritu está más vivo que nunca.
«Figuras como la de Hugo Chávez es lo que necesitamos, liderazgos que representan la voluntad de los pueblos», resaltó Correa.

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