Por Rodrigo Rojo / @eneas

El ex Primer Ministro de Italia, Silvio Berlusconi, enfrenta un proceso por evasión de impuestos que podría terminar con su carrera política e, incluso, enviarlo a la cárcel.

El también magnate de los medios de comunicación es acusado de ser el autor de un ardid para comprar los derechos de transmisión de películas estadounidenses en su red de televisión de paga, Mediaset, y falsear las declaraciones de impuestos. La fiscalía lo acusa, junto al presidente de Mediaset, Fedele Confalonieri, de haber inflado los precios de los derechos televisivos de cerca de 3 mil películas y haberse quedado con la diferencia, en una trampa que pudo haberles redituado 250 millones de euros.

El polémico político niega los cargos. Su defensa alega que, cuando se dio el fraude, Berlusconi era Primer Ministro y que, por lo tanto, no podía estar al corriente de las operaciones diarias de Mediaset.

El próximo martes la Suprema Corte podría ratificar la sentencia que condena a Berlusconi a 4 años de prisión y cinco de prohibición para ejercer cargos públicos. Sin embargo, se especula que la corte podría posponer su veredicto hasta Septiembre.

Lo que está en juego no es poco. El actual primer ministro, Enrico Letta, gobierna con una frágil coalición entre los Demócratas de centro izquierda y el grupo de Berlusconi, El Pueblo de la Libertad. De ratificarse la condena, la agrupación política fundada por el ex primer ministro podría retirar a sus funcionarios del gobierno, generando una crisis política de difícil resolución para el gobierno actual.

En una entrevista reciente en el diario Libero, Berlusconi declaró que preferiría pasar tiempo en prisión que hacer trabajos sociales “como un criminal que debe ser reducado”. También negó acogerse a una ley que le permite a las personas de la tercera edad cumplir su condena en detención domiciliaria: “Si me condenan voy a la cárcel”.

El político italiano está acostumbrado a los reflectores y a los problemas legales. Mientras se desarrolla este juicio por fraude, tiene otro proceso abierto por prostitución infantil. La fiscalía lo acusa de haber pagado a Karima El Mahroug, una bailarina marroquí, por servicios sexuales cuando ella tenía menos de 18 años. El juicio también contempla una acusación por abuso de poder al haber arreglado que la bailarina librara la detención policiaca cuando alguna vez fue acusada de robo. El 24 de Junio, Berlusconi fue encontrado culpable de ambas acusaciones, fue sentenciado a siete años en prisión y a ser inhabilitado para ejercer cargos públicos de por vida. Se espera que su defensa apele esta condena.

Desde que comenzó su carrera política en 1993, Berlusconi ha enfrentado varias veces a la justicia. Ha sido acusado de soborno, fraude contable, donaciones políticas ilegales, corrupción e incluso de tener vínculos con la mafia. Además, se ha visto envuelto en escándalos sexuales. En 2009 su esposa, Verónica Lario, hizo público un anuncio de divorcio cuando en diversos medios aparecen fotografías de las fiestas que Berlusconi organizaba con jovencitas. Su esposa lo llama “un dragón al que las vírgenes se le ofrecen para lograr éxito y crecimiento económico”. A partir de ese escándalo comenzaron a surgir otros casos de prostitución.

Si su carrera política ha podido sobrevivir pese a todas estas acusaciones, es gracias al enorme poder de El Pueblo de la Libertad –que unifica a los partidos Forza Italia y a Alianza Nacional–, al influyentismo e incluso a las amenazas. En 2008, pasó una ley que le otorgaba inmunidad al Primer Ministro mientras se mantuviera en funciones, aunque fue derogada un año después. En 2010, cuando enfrentaba lo peor del juicio por prostitución infantil, Berlusconi advirtió a los italianos que se manifestaban en su contra que el colapso del gobierno crearía gran inestabilidad.