Álex Mungia Salazar
Dr. en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México, Profesor Investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla BUAP

Las normas internacionales existentes, las recomendaciones de política concertadas entre los representantes de casi todos los gobiernos del mundo, enfatizan elementos fundamentales para toda política migratoria viable, exhaustiva y sostenible. El mundo demanda un enfoque de la gestión de las migraciones que ponga el énfasis en la protección de los derechos fundamentales de todos los migrantes y en la lucha contra la explotación y la trata de personas, a los efectos de asegurar la legitimidad y responsabilidad sociales basadas en el imperio de la ley. La legitimidad social, y la cooperación pública, de la aplicación de la ley y la lucha contra el delito no puede establecerse por la fuerza.

Una verdadera aplicación de normas mínimas y condiciones de empleo nacionales para todos los sectores que actúen como sistema complementario para penalizar el abuso contra los trabajadores, y desalentar el empleo irregular. Una plena aplicación del plan de acción contra la discriminación y la xenofobia para impulsar una cohesión social, como son:

a) La incorporación en la legislación nacional de normas relativas a la protección de los derechos de no nacionales;
b) Declarar ilegal e inaceptable toda conducta o acción de discriminación con base racista o xenófoba;
c) Elaborar las medidas y procedimientos administrativos necesarios para asegurar la plena aplicación de la legislación, así como la responsabilidad de los funcionarios gubernamentales;
d) Establecer órganos nacionales independientes de vigilancia del respeto de los derechos humanos y la no discriminación, con atribuciones de monitoreo y aplicación de la legislación, y recepción de quejas individuales;
e) Promover el respeto de la diversidad y la interacción multicultural;
f) Alentar a los medios de comunicación a hacer hincapié en las imágenes positivas de la migración y la diversidad;
g) Incorporar en los programas de estudio la formación multicultural y de la diversidad, y
h) Movilizar la cooperación de la sociedad civil.

Una política de migraciones laboralesdebe ser elaborada y puesta en práctica en consulta con los interlocutores sociales, es decir tomando en cuenta los intereses de las organizaciones de trabajadores y de empleadores interesadas, condición para que una política resulte viable y sostenible, por lo cual, la implementación de una política migratoria requiere además:

a) Políticas de movilidad profesional de la mano de obra en los espacios de integración regional;
b) Una reconsideración de los términos de ayuda, comercio y relaciones internacionales que facilite un desarrollo equitativo;
c) La creación de instituciones especializadas en la coordinación, puesta en práctica y monitoreo de políticas;
d) La lucha contra la trata y la explotación de migrantes por la delincuencia organizada; y e) La elaboración de políticas con atención al género que aseguren la igualdad de tratamiento y de remuneración.

En los últimos años el control o la gestión de las migraciones se convirtieron en una prioridad para muchos gobiernos. Prácticamente en todas las regiones del mundo se establecieron procesos de diálogo intergubernamental dirigidos a la coordinación de políticas. Sin embargo, en un considerable número de países, la responsabilidad de la gestión de las migraciones laborales ha pasado a ser competencia de los ministerios o secretarías del interior o de gobernación en lugar de los ministerios o secretarías del trabajo, sustentando un marco de seguridad nacional en lugar de un marco regulador del mercado de trabajo para la elaboración y aplicación de políticas públicas. En la medida en que la migración tenga fines de empleo, los ministerios o secretarías del trabajo deben desempeñar un papel central en la administración de las políticas migratorias, debido a que la migración de mano de obra tiene implicaciones directas en la regulación del mercado laboral, en las condiciones de trabajo y en otras áreas fundamentales de su competencia.

La relevancia que se otorga al control migratorio es a la vez causa y reflejo de los impedimentos fundamentales que existen para gestionar la migración internacional de una forma racional y eficaz. La migración, regular e irregular, forma parte de las fuerzas económicas de la economía globalizada. Sin embargo, los Estados, a veces con reticencia, reconocen la necesidad de una gestión y regulación de los movimientos de capital, bienes, tecnología, servicios e información, a través de mecanismos formales o de mercado, en contradicción con la lógica intolerante que se aplica a la migración.

La promoción de una agenda restrictiva sobre política migratoria es una manera eficaz para capturar la atención política, así como recursos presupuestarios. Sin embargo, atribuye un papel secundario a otras consideraciones, al subordinar los derechos humanos, incluyendo los laborales, así como factores económicos y de desarrollo. Si bien los controles son parte sustantiva de las políticas migratorias, no pueden ser los determinantes principales.

Para que una política migratoria sea viable y eficaz debe ser elaborada teniendo en cuenta consideraciones económicas, sociales y de desarrollo a largo plazo, en un contexto de respeto de las normas internacionales de derechos humanos.

[Fuente: Nahual Migrante, Voz del Movimiento de Inmigrantes Guatemaltecos en los Estados Unidos Migua, Diciembre 2012].