Las organizaciones de personas discapacitadas Colectivo Palos de Ciego, la Asociación de Víctimas de la Talidomida en Chile, y la Asociación Latinoamericana de Medicina Social, en medio de una nueva campaña de la Teletón, criticaron las políticas públicas que garantizan sus derechos y se despliegan bajo el asistencialismo y el paternalismo.

“El Estado chileno no se hace cargo de su deber de garantizar nuestros derechos, a pesar de haber ratificado la Convención de la ONU sobre los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad, y promulgado una Ley de Igualdad de Oportunidades e Inclusión Social. Al contrario, las políticas públicas son insuficientes, y cuando se ejecutan son de carácter asistencialista y paternalista, de manera que en general la respuesta a nuestras necesidades y requerimientos queda librada a una industria benefactora privada, que ha constituido un mercado  en donde las personas pasamos a ser meros objetos de la caridad ajena, quedando relegadas como mercancías de iniciativas empresariales”, indicaron en un comunicado.

Para estas organizaciones, esta forma de abordar la discapacidad es coherente con el modelo neoliberal, y las campañas como la Teletón “tienen un efecto nefasto al reproducir un sentido común que nos hace ver como enfermas, incapaces de tomar decisiones de forma autónoma, de desarrollarnos de forma independiente, ligadas al padecimiento y que no aportan al desarrollo de la sociedad, contribuyendo a perpetuar la lástima pública y las actitudes conmiserativas”.

“No queremos depender del “buen corazón” ni de la “buena voluntad” de nadie, pues no es con el corazón que se ejecutan políticas públicas adecuadas ni se garantizan nuestros derechos”, afirman.

De acuerdo a estas organizaciones, son más de 2 millones y medio las personas en situación de discapacidad en Chile. De las que están en edad de trabajar, el 90% no tiene un trabajo remunerado, y de las que trabajan sólo el 1% lo hace con un contrato. “La gran mayoría no tenemos acceso a tratamiento ni rehabilitación integral. Entre los/as pobres la discapacidad es cinco veces mayor que entre los ricos. Sólo el 50% de nosotros/as logra terminar la enseñanza básica”, concluyen.